Crónicas de 2 siglos 1822-2022 – Nro. 36

Diciembre de 1822

Los Caballeros orientales – La resistencia a la ocupación luso-brasileña de la Provincia Oriental – 1822-23 

En septiembre se ha declarado la independencia del Brasil de Portugal. Se baten dos bandos: los que están a favor de Pedro I o los que siguen fiel a Portugal. En este escenario político aparecen Los Caballeros Orientales, logia que en el secreto de sus reuniones mantenía encendida la llama de la rebeldía contra el régimen dominante. Numerosos orientales que se encontraban en Buenos Aires vuelven a Montevideo y publican dos periódicos: La Aurora y El Pampero desde los cuales incitan al pueblo a formar un Cabildo abierto:» con el fin de resolver la forma de gobierno que afiance la seguridad individual y haga poner en vigor los derechos usurpados a los dignos orientales por una fracción que dirigió un congreso nulísimo en Buenos Aires(…)debe ser decisión nuestra, porque allí están los hijos de nuestros padres, y no en el  territorio del Brasil…»

1 de diciembre

Prosiguen en la Provincia Oriental las actividades revolucionarias en contra de la ocupación.

Juan Antonio Lavalleja aparece en la lista de desertores y después de un intento de reunirse con patriotas en Tacuarembó, atravesó el río Uruguay y se instaló en Entre Ríos.

Mientras tanto prosiguen en la Prov. las actividades revolucionarias y Tomás de Iriarte como delegado de los Caballeros Orientales gestiona en Buenos Aires ante el ministro de Relaciones Bernardino Rivadavia el apoyo del gobierno porteño.

Simultáneamente con el pronunciamiento del Cabildo Juan Antonio Lavalleja, que estaba en las ramificaciones que tenía la conspiración en la campaña, fue delatado en los primeros días de octubre como lo consigna una carta dirigida por doña Consolación Obes a su hermano Lucas, diputado en la corte de Río de Janeiro en la  que dice: “… El Sr. Lavalleja está con los Independientes de la plaza, fue delatado y afugado con quarenta hombres…”.

Perseguido por Rivera, se anota su deserción en la lista de revista del 1o. De diciembre, junto con su hermano Manuel, que lo había hecho el 28 de noviembre.

Lavalleja buscó reunirse con su gente en el Rincón de Clara, en Tacuarembó, pero al fracasar en su intento, debió seguir hasta las costas del Uruguay para refugiarse en Entre Ríos. Por tanto, es apócrifa la firma de Lavalleja que aparece en el acta de aclamación al emperador suscrita el 17 de octubre por los dragones de la Unión en el arroyo de la Virgen, tal como lo sospechó Silva Valdés en uno de sus importantes trabajos.

Fuentes:

Walter Rela, Cronología Histórica documentada, Tomo 3

1 de diciembre

Pedro I es coronado emperador constitucional  y Defensor perpetuo del Brasil.

El príncipe fue proclamado emperador, con el nombre de Pedro I, el día de su vigésimo cuarto cumpleaños, que coincidió con la fundación del Imperio de Brasil.​ Su coronación tuvo lugar en la Iglesia de Nuestra Señora del Monte Carmelo (Río de Janeiro). Su ascensión al trono, sin embargo, no se materializó de inmediato en todos los territorios brasileños, sino que tuvo que forzar la sumisión de varias provincias en las regiones Norte, Nordeste y Sur; de hecho, las últimas unidades leales a Portugal no se rindieron hasta comienzos de 1824.

Participantes: Pedro I

Fuentes:

https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_I_de_Brasil_y_IV_de_Portugal

2 de diciembre

Plan de Veracruz (México)

El Gral. Antonio López de Santa Anna (1791-1876) desde Jalapa se subleva contra Iturbide y proclama la República Mexicana en contra de Iturbide y a favor de la república apoyando a Guadalupe Victoria. Santa Anna prometió seguir los principios del Plan de Iguala, se dirigió a la población con los siguientes argumentos:

  • Dijo que cuando el país se había emancipado en busca de su independencia se había buscado igualdad, justicia y razón.
  • México había elegido un gobierno representativo a través de un Congreso que había sido disuelto por Iturbide.
  • El objetivo de su proclama era restituir una asamblea representativa de la nación.
  • Se respetarían los principios del Plan de Iguala y se consideraría reo de esa nación a quien atentase contra sus principios. Se firmaría un armisticio con las fuerzas realistas que permanecían en el castillo de San Juan de Ulúa.
  • Se restablecería la libertad de giro marítimo con la península.

Participantes: 

Antonio López de Santa Anna, Guadalupe Victoria

Fuentes:

https://es.wikipedia.org/wiki/Plan_de_Veracruz_(1822)

El General Antonio López De Santa Anna proclama el Plan de Veracruz 

Walter Rela, Cronología Histórica documentada, Tomo 3

Plan de Vera Cruz

6 de diciembre

Retiro de las fuerzas realistas del norte Argentino, fue la última invasión. (Guerra en el Norte)

El Gral Olañeta realizó la última incursión en suelo argentino en junio de 1822, llegando hasta Volcán (40 kilómetros al norte de Jujuy). El 6 de diciembre de 1822 se retiró de territorio argentino finalizando la última invasión realista. Su fuerzas permanecieron, sin embargo, ocupando algunos pueblos fronterizos, tales como Santa Victoria Oeste.

Hasta 1822 se habían registrado en territorio argentino doscientos treinta y seis combates, habiendo muerto por acción de la guerra un tercio de la población masculina de Jujuy.

Participantes: Olañeta

Fuente:

https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_gaucha

6 de diciembre

Mansilla da a conocer una Proclama al pueblo de Entre Ríos sobre la inquietud de los portugueses de un posible pasaje de tropas entrerrianas a la Provincia Cisplatina.

Participantes: Lucio Mansilla

Fuentes:

Walter Rela, Cronología Histórica documentada, Tomo 3

8 de diciembre

Mansilla insiste ante Rodríguez sobre la necesidad de ayudar a los orientales y de que Lavalleja vaya a Buenos Aires para explicar la situación.

Fuentes:

Walter Rela, Cronología Histórica documentada, Tomo 3

10 de diciembre

El gobernador de Entre Ríos, Mansilla, envió al campamento general del Brg. Lecor en San José como comisionado suyo, al oriental sargento mayor Juan Florencio Perea (que aunque era su asesor, estaba al servicio del Imperio como agente secreto) a firmar un tratado por el que ambos gobiernos se mantendrían en absoluta neutralidad. Esto excluye toda posibilidad que Mansilla apoyará los planes orientales de revolución, pese a las anteriores promesas hechas a Lavalleja.

Perea llega a San José como comisionado de Mansilla, para llevar adelante un proyecto de convenio (datado el 9 de diciembre en Entre Ríos) que asegure “de un modo sólido, la tranquilidad y buena armonía de ambos Estados”.

En términos generales a través de 6 importantes artículos se establecía: límites territoriales, retiro de los exilados entrerrianos de la frontera del Uruguay, no prestación de ayuda ni protección a los orientales que intentasen perturbar la Prov. Cisplatina, para los robos de ganado, respeto a las propiedades de campos en la frontera y finalmente no declarar la guerra.

Fuentes:

Walter Rela, Cronología Histórica documentada, Tomo 3

11 de diciembre

Tratado de Neutralidad, amistad y buena armonía entre el capitán general de la Provincia Cisplatina y el Gobernador de Entre Ríos.

Lecor añade de que se deben eliminar las pretensiones bélicas que pudiese tener Entre Ríos contra la Cisplatina y sobre todo “no dar auxilio a los caudillos que refugiados de un lado y del otro pretendan la agresión armada”.

Aceptadas por Perea se firma el Convenio de San José integrado por dos partes: la proposición de Mansilla y las ampliaciones de Lecor.

Ambos Gobiernos se obligan a no dar auxilio alguno, directa ni indirectamente, a los caudillos y demás personas que se hallan refugiados, o que en adelante se refugiaren en cualquiera de los dos territorios, por haber conspirado contra el orden y la tranquilidad pública, impidiendo toda agresión que intenten hacer con fuerza armada.

Ambos Gobiernos respetarán la línea de límites de los dos territorios, y se obligan a no traspasarla con fuerza armada, por ningún motivo, durante la amistad y buena armonía que prometen guardar, conservar y mantener por todos los medios posibles; ni mezclarse, directa ni indirectamente, en las disensiones políticas interiores que puedan suscitarse en cualquiera de dichos territorios (1).

La vigencia de este tratado impulsó a los disidentes uruguayos a creer (erróneamente) que no podrían contar con el auxilio entrerriano. En cuanto a la provincia de Corrientes, los disidentes orientales prescindieron de enviar un delegado allí ya que supusieron que ella seguiría el ejemplo de las otras provincias firmantes del tratado del Cuadrilátero, debido a que, por su pequeña importancia y su situación geográfica más alejada respecto de la Provincia Cisplatina, ajustaría su proceder a la conducta que le indicasen las provincias de Buenos Aires y Santa Fe.  

Ver el tratado aquí.

Fuentes:

Historia General de las Relaciones Exteriores de la Argentina (1806 – 1989). Carlos Escude, 2015

Walter Rela, Cronología Histórica documentada, Tomo 3

16 de diciembre

El Cabildo de Montevideo, a iniciativa de Cristóbal Echevarriarza, se pronuncia contra el gobierno de Lecor. Se inician las acciones de los “Caballeros Orientales”, facción decidida a aprovechar las circunstancias para separarse del Brasil, pero con dos opciones: la independencia absoluta o la unión con Buenos Aires.

16 de diciembre

Rivadavia renuente a apoyar la gestión de los orientales, contesta que tiene dos problemas que resolver: la situación interna de Brasil y la de la Provincia de Buenos Aires atacada por los indios.

El cabildante Cristóbal Echevarriarza expone ante el cuerpo su punto de vista con respecto a la incorporación al Brasil, que es apoyado por unanimidad de sus miembros. Con argumentos contundentes sostiene que la incorporación de la Prov. Oriental al Brasil sólo podía ser hecha por un Cabildo que representase con libertad la voluntad de los vecinos.

Simultáneamente se le comunicaba a Lecor que quedaba “suspendida la obediencia de autoridad” y en cuanto a las funciones del síndico procurador del Estado, Tomás García de Zúñiga se le desconocían en el mismo acto.

Entre tanto en Montevideo, los “Caballeros Orientales” aprovechando el creciente antagonismo entre Lecor y Alvaro da Costa y a favor de la tolerancia de este úitimo, crecían en sus propósitos independentistas. Uno de sus miembros, Cristóbal Echevarriarza, en sesión del Cabildo del 16 de diciembre de 1822 hizo una clara y terminante exposición de la situación imperante, señalando el grave compromiso en que se hallaban las autoridades y el vecindario de Montevideo ante aquella pugna entre los poderes de Portugal y Brasil “extraños” por igual a la Provincia.

“La incorporación de ella —añade—, propuesta por el dicho Congreso Cisplatino (prescindiendo de lo que puede decirse sobre su legitimidad) fue al Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarbe; este reino unido no existe de hecho”.

“La incorporación de esta Provincia —prosigue Echevarriarza—, y especialmente a un nuevo Estado, no puede ser legitimada si no por un acto público de un Congreso regular que exprese el voto libre de sus habitantes”; y termína proponiendo la reunión de este Congreso representativo de la parte de la Provincia no dominada por las fuerzas de Lecor, esto es, Montevideo y sus alrededores. Por unanimidad el Cabildo aprobó la convocatoria de aquella Asamblea, recábando para ello la anuencia del Consejo Militar portugués presidido por el brigadier da Costa; igualmente resolvió negar obediencia a Lecor, y desconocer la autoridad del Síndico Procurador García de Zúñiga.

En: Castellanos, o.c.

“Pero el rumbo de los acontecimientos estaba tomado y la autoridad capitular, en 16 de diciembre, después de oír la palabra autorizada de su Regidor don Cristóbal Echeverriarza, quien precisó exactamente la situación producida por la separación del Brasil y Portugal, hecho que anulaba las resoluciones del Congreso de 1821, decidía el desconocimiento absoluto de la autoridad de Lecor y del Brasil en el territorio nacional, y la celebración inmediata de una Asamblea elegida popularmente, la cual debería reasumir los destinos del Estado Oriental.49 A esta declaratoria, y como complemento de ella, se siguieron dos actos de singular importancia: uno, la convocatoria del congreso elector; el otro, la comunicación del Cabildo, apoyada en los mismos términos, con iguales propósitos, por otro oficio suscrito por el vecindario de la ciudad, y que era dirigido al gobernador de la Provincia vecina de Santa Fe, don Estanislao López, enterándolo de las medidas adoptadas de la próxima instalación de “una Asamblea de diputados del pueblo que proclamaría su libertad e independencia y solicitando, tan sólo, el auxilio de algunas fuerzas para que la Banda Oriental saliese a su encuentro en masa, reproduciéndose así —decían— las épocas de las primeras glorias”.50

La Asamblea Nacional no llego a reunirse, pero citado el pueblo a comicios para la formación de una corporación que remplazase las funciones del Cabildo, cuyo mandato expiraba el 31 de diciembre, resultó electa la nueva autorida que, por el carácter investido, denominóse “Cabildo representante”.51 Fue su primer acuerdo la ratificación plena de las resoluciones de 16 de diciembre desconociendo la autoridad de Lecor y el nombramiento de una comisión especial, la cual tomaría para sí aquellas atribuciones de carácter político inherentes a los capitanes generales y su perintendentes de Provincia. Esa Comisión especial quedó compuesta por los regidores, don Manuel Pérez, don Juan Francisco Giró y don Luis Eduardo Pérez. Acto seguido y por decisiones consecutivas, se dispuso la publicación de un manifiesto al país, que lo enterara de los fines perseguidos, y el envio de dos delegaciones, una a Buenos Aires, compuesta por don Santiago Vázquez, don Gabriel A. Pereira y don Cristóbal Echeverriarza, y otra a Santa Fe, formada por don Luis Eduardo Pérez y don Ramón de Acha, a quienes se dieron facultades bastantes a fin de solicitar, de los respectivos gobiernos provinciales, la cooperación y auxilio en los propósitos perseguidos. 

(49) La Declaración del Cabildo de 16 de diciembre de 1822 mandada publicar y repartir en todo el país, por la misma autoridad, levaba la firma de Carlos Camusso, José María Roo, Gabriel Pereira, Francisco Farías, Bernardo Susviela, Cristóbal Echeverriarza, Agustín Aldecoa y Estanislao García de Zúñiga.

(50) Copiador original en Archivo General Administrativo. Las notas fueron publicadas por Lasaga: “Historia de López”, páginas 505 y siguientes.

(51) Producido el desconocimiento de la autoridad de Lecor por el Cabildo, éste comunicó la resolución de 16 de diciembre al Consejo Militar compuesto de Jefes portugueses, quienes, si aprobaron la medidas de ruptura con el Brasil, formularon ciertas reservas sobre la convocatoria de una Asamblea Nacional. El Cabildo, en sesión de 24 de diciembre, creyó menester postergar la elección de ese cuerpo, aun cuando la nueva autoridad capitular derivase su mandato del pueblo, conlo cual se obviaban las dificultades puestas por los portugueses. (Documentos Inéditos. Archivo General Administrativo. Acta de 24 de diciembre de 1822).

En: Blanco Acevedo, o.c.

Fuente:

Cronología Histórica documentada del Uruguay. Walter Rela

19 de diciembre

El Cabildo de Montevideo envía a otro comisionado, Domingo Cullen (miembro de los Caballeros Orientales) con ánimo de sondear el apoyo porteño.

Lecor aumenta las medidas represivas. Nicolás Herrera le escribe a Rivera noticiándole lo ocurrido con el tratado de amistad con Mansilla, añadiendo que “si se descubre el paradero de Lavalleja avísemelo, el infeliz está perdido porque en Entre Ríos no tendrá cabida.

Fuentes:

Walter Rela, Cronología Histórica documentada, Tomo 3

23 de diciembre

Rivadavia se presenta ante la Sala de Representantes de la Provincia de Buenos Aires para informar sobre la situación política en la Prov. Oriental.

Fuentes:

Walter Rela, Cronología Histórica documentada, Tomo 3

Del 26 al 28 de diciembre

Un importante grupo de orientales se dirigen al gobernador de Santa Fe, Estanislao López, pidiendo auxilio para emprender la campaña de libertar a la Provincia Oriental de los portugueses. El Cabildo de Montevideo apoya la iniciativa.

No tenían fuerzas ni recursos suficientes los patriotas de Montevideo para continuar la lucha una vez que desapareciera el concurso de las tropas portuguesas.

Y resolvieron dirigirse a las provincias hermanas. Dió la señal un grupo constituido por los siguientes ciudadanos: Juan Francisco Giró, José María Platero, Daniel Vidal, Manuel Vidal, Gregorio Pérez, Manuel Oribe, Ramón Castriz, Pablo Zufriatetegui, Ramón de Acha, Silvestre Blanco, Francisco Araucho, Antonio de Chopitea, José Félix de Zubillaga, Francisco Aguilar, Gabriel A. Pereira, Atanasio Aguirre, Pablo Antonio Nieto, Pedro Lenguas, Lorenzo J. Pérez, Francisco Solano Antuña, Juan B. Blanco, Roque Graceras, Luis E. Pérez, Francisco Lecocq, Juan Zufriategui, Santiago Vázquez, Antonio Acuña, Gregorio Lecocq, D. F. Benavente, León J. Ellauri, Agustín Aldecoa, Rafael Sánchez Molina. Extractamos de la representación que el mencionado grupo dirigió al gobernador de Santa Fe, el 26 de diciembre de 1822 (“Lasaga, Historia de López”).

“Una porción de vecinos respetables del pueblo patriota de Montevideo y su campaña, animados por el sentimiento de su libertad e inspirados por el amor a su país, despreciando los riesgos y compromisos en que los coloca su situación, eleva ante V. E. la voz clamorosa de la Patria, e implora de la generosidad de sus hermanos los santafecinos su poder y auxilio para la salvación de la tierra que no pueden esperar de

sus propios esfuerzos. El momento ha llegado, Excelentísimo Señor, de dar la libertad a la Banda Oriental y arrojar de nuestro suelo un enemigo que sólo pudo ocuparlo a la sombra de nuestras disensiones. Él a su vez empieza a sentir los elementos de la discordia que la razón ya sofocó entre nosotros, y dándonos en su confusión un auxilio poderosísimo nos ofrece un triunfo fácil y un vasto campo de gloria al esfuerzo y patriotismo de nuestros hermanos. La Provincia no cuenta hoy más enemigos que un número inconsiderable de continentales que colocados en medio de una población guerrera que arde en deseos de vengar los ultrajes de su honra y el saqueo de sus propiedades, mantienen insolentes los principios de dominación que no quieren para sí… La División europea de Voluntarios Reales aspira sólo a regresar a Europa, se mantiene en una completa separación de las tropas del continente, y no teniendo interés en conservar el país, lejos de mezclarse con la guerra que suscitase la insurrección, vería con placer secreto nuestros esfuerzos en arrancar la tierra a la dominación de un enemigo que nuestros intereses hacen común. Un cuerpo de quinientos hombres que atravesase el Uruguay, sería más que suficiente para realizar nuestras esperanzas. La noticia de hallarse en esta Banda, sería la señal de una insurrección general, que distrayendo por todas partes la atención de nuestros enemigos, apoyaría los movimientos parciales de la población. La Banda Oriental en masa saldría al encuentro de sus libertadores, y reproduciendo unidos la época de nuestras primeras glorias, libertaremos nuestro suelo del peso de una dominación que lo degrada”. Agregaban los firmantes al general López, que análoga solicitud habían elevado al Gobierno de Buenos Aires; pero que la formalidad y circunspección con que dicho gobierno quería proceder podían dar lugar a malograr los mejores momentos.

Dos días después, resolvía el Cabildo de Montevideo robustecer la representación de los orientales. Extraemos de su oficio al gobernador de Santa Fe de 28 de diciembre de 1822 (Lasaga, “Historia de López”): “El Cabildo aparta la vista de aquella época infeliz en que los extranjeros ambiciosos, conducidos por la anarquía, establecieron su odioso yugo en la patria de tantos bravos. Pero supone a V. S. instruido de que con pocas, aunque con vergonzosas excepciones, sus habitantes americanos se conservaron dignos de este nombre y no se prostituyeron por el oro ni la intriga. Tampoco se fija el Cabildo en la época en que añadiendo la desvergüenza a la tiranía, se quiso justificar una violencia con otra violencia mayor para fundar la pretendida incorporación a su territorio; y sólo la recordará para protestar, como lo hace, la nulidad del supuesto Congreso y de todos sus actos tramados por la intriga y sostenidos por la violencia… Los acontecimientos públicos de que V. S. estará instruido manifiestan la feliz divergencia de intereses entre la División de Voluntarios Reales y las tropas del continente del Brasil, de que ha resultado que la mayor parte de aquéllas hayan quedado ocupando esta plaza con el empeño de embarcarse para Lisboa o Bahía de todos los Santos licenciándose el resto, y que el general Lecor subsista en la campaña con los brasilenses”.

En: Eduardo Acevedo, o.c.

Walter Rela, Cronología Histórica documentada, Tomo 3