La actitud de España hacia el gobierno de las Provincias Unidas a partir de 1823: la continuidad de la política de Fernando VII

El retorno de Fernando VII al poder y la caída del gobierno constitucional en España volvió a hacer fracasar el débil contacto logrado entre Buenos Aires y Madrid. Mientras vivió Fernando VII, la Corona española alentó la ilusión de recuperar sus ex colonias sudamericanas. No fue suficiente la derrota sufrida por el Ejército Real del Perú en la batalla de Ayacucho para modificar esta actitud, y era un claro síntoma de la misma la respuesta del ministro español Cea Bermúdez, ante la noticia del reconocimiento británico a la independencia de México, Colombia y Buenos Aires, expresada en enero de 1825. Bermúdez decía en aquella ocasión: «El Rey no consentirá jamás el reconocer los nuevos Estados de América española, y no dejará de emplear la fuerza de las armas contra los súbditos rebeldes de aquella parte del mundo». (1) 
    Tras el paréntesis que impuso la revolución liberal de Riego en 1820, la década de 1823 a 1833 fue difícil para el retornado Fernando VII. Una vez más soberano, creyó que podía hacer retornar a las provincias americanas a la lealtad a la corona. Pero se encontró en la compleja posición de un soberano con tendencias absolutas que debía ser moderado y conciliador para conservar la aprobación y apoyo de los poderosos aliados europeos, y al mismo tiempo, otorgar la imagen de firmeza que demandaban los ultrarrealistas en el plano interno. Como resultado de estos factores interactuantes, nuevamente Fernando VII debió recurrir a una política de doble faz destinada a apaciguar tanto a los ultrarrealistas, que temían la revolución, como a los aliados europeos, que aconsejaban la moderación.
    Pero esta política no tenía futuro. España era demasiado débil para actuar efectivamente en el Nuevo Mundo. Además, el firme rechazo de Fernando VII a aprobar el reconocimiento de los estados americanos complicó las relaciones de España con otros actores importantes de la escena internacional. Estados Unidos y Gran Bretaña estaban especialmente ansiosos de remediar una situación que no sólo amenazaba sus intereses comerciales sino que invitaba a la intervención extranjera en América latina.
    Luego de rever la historia de las relaciones hispano-argentinas desde 1808 a 1833 se debe reconocer la dificultad y tal vez la imposibilidad de delinear una política dirigida específicamente al Río de la Plata por parte del rey  Fernando VII. La política real fue colonial, el rey veía al Imperio español en América como un todo, una unidad, no consideró colonias individuales excepto cuando las circunstancias focalizaron su atención en un área particular de crisis. Es claro que el rey nunca intentó reconocer la independencia de la República Argentina. Pero tampoco contó con recursos efectivos para dirigir expediciones simultáneas a todos los focos revolucionarios en las colonias. La expedición de Morillo fue un acabado ejemplo de esta situación. Originalmente diseñada para actuar en el Río de la Plata, se desvió luego hacia el norte sudamericano, procurando sofocar focos que para la Corona española resultaban más preocupantes, como el caso de Venezuela y Nueva Granada. Esta falencia material de la metrópoli y la percepción metropolitana de la relativa irrelevancia del Río de la Plata como foco revolucionario permitió otorgar oxígeno a un Estado protoargentino en permanente estado de anarquía y jaqueado por la presencia amenazante de los portugueses y de la Banda Oriental artiguista. Las dificultades financieras por las que atravesaba España podrían haber sido resueltas si ésta hubiera reconquistado el control de las colonias y sus recursos materiales, pero esto era imposible sin una expedición armada, demasiado cara para una España empobrecida. Era un círculo vicioso. (2)
    Fernando VII se negó al reconocimiento del Rio de la Plata pues veía el proceso separatista nacido en Buenos Aires como una injuria a su dignidad real. Su insistencia en la vía de las armas provocó la reacción negativa de Gran Bretaña, en tanto el Río de la Plata negociaba sólo sobre la base de la independencia. No hubo un plan efectivo para reconquistar el Rio de la Plata luego de 1823; puede decirse que esta área se perdió definitivamente cuando la expedición de Cádiz fue abortada por la revolución liberal de Riego de 1820. En síntesis, la política de Fernando VII hacia el Río de la Plata fue de no compromiso, y quizá pudo haber actuado con más rapidez y con menos duplicidad o ambigüedad, pero la facción ultrarrealista no habría aprobado ningún compromiso del rey con las ex colonias. Este factor llevó al monarca español a no tener espacio para innovar en su política respecto de la región rioplatense. (3)
    Hasta después de la muerte de Fernando VII el gobierno español no tomó medidas a favor del reconocimiento del Río de la Plata: el 4 de diciembre de 1836 las Cortes españolas votaron unánimemente en pro del mismo. El 9 de Julio de 1859, Juan Bautista Alberdi, actuando como emisario extraordinario y plenipotenciario de la Confederación Argentina ante las Cortes de Londres y París, firmó en Madrid un tratado de «reconocimiento, paz y unidad» con el secretario de estado español Saturnino Calderón Collantes. El tratado fue ratificado el 25 de febrero de 1860.

  • NOTAS
  1. José M. Mariluz Urquijo, Los proyectos españoles para reconquistar el Río de la Plata, 1820-1835, Buenos Aires, 1958 y Edmundo A. Heredia, Planes españoles para reconquistar Hispano-América, 1810-1818, Buenos Aires, 1975, fuentes citadas en Isidoro J. Ruiz Moreno, op. cit., p. 9.
  2. Charles Wentz Fehrenbach, «Moderados and exaltados: the Liberal Opposition to Fernando VII, 1814-1832», Hispanic American Historical Review, I (1970), 59-60, cit. en A. M. Rhodes, op. cit., pp. 204-206.
  3. Ibid., p. 214.
  4. Tomado de la web inaccesible del libro: Historia general de las relaciones exteriores de la República Argentina es una obra de 14 tomos, disponible en las principales librerías argentinas, que asume el desafío de examinar, sin mitologías chauvinistas, las relaciones externas de este país desde las invasiones inglesas de 1806 hasta el final del gobierno de Alfonsín en 1989. Sus Autores: Directores: Andrés Cisneros y Carlos Escudé, Colaboradores principales: Leonor Machinandiarena de Devoto, Francisco Corigliano, Alejandro Corbacho, Ana Margheritis. Colaboradores secundarios: Kristin Ruggiero, Laura Tedesco, Marisa González de Oleaga, Marina Carbajal, Rut Diamint, Constanza González Navarro, Lara Manóvil, María Fernanda Tuozzo

El Triunfo de la derrota

25 de agosto de 1825

La guerra con el Brasil (1825-1828). Gloria, caída y esperanza en el Río de la Plata. La cruzada de los 33 Orientales por la reunificación de la República Argentina. 

La gran Nación argentina, de que sois parte, tiene gran interés en que seáis libres, y el Congreso que rige sus destinos no trepidará en asegurar los vuestros.”

Juan Antonio LAVALLEJA

Proclama de 19 de Abril de 1825

Resumen:

En el siglo XX, la campaña militar de Malvinas buscó recuperar un territorio argentino bajo dominio inglés. En el siglo XIX, otra campaña prolongada tuvo lugar para recuperar la Provincia Oriental del Río de la Plata de manos del Imperio del Brasil. La ocupación había comenzado en 1817 y fue resistida por Artigas hasta su derrota en la Batalla de Tacuarembó en 1820. En 1825, el Imperio del Brasil controlaba la Provincia renombrada como «Provincia Cisplatina». Aunque olvidada por los argentinos, la Cruzada de los 33 Orientales liderada por Lavalleja buscó devolver la Provincia Oriental a la hermandad de las Provincias Argentinas de las que siempre se habia considerado parte.  La Gloria: El 25 de agosto de 1825, en el Congreso de la Florida, se proclamó la independencia del Brasil y la unión con la las demás provincias del Rio de la Plata. La guerra entre Brasil y las Provincias Unidas se desató como consecuencia. La Caída:  A pesar de las luchas y los tratados, la Provincia Oriental fue declarada independiente en 1828.  El Triunfo de la Derrota. La Esperanza: la memoria de aquella unión perdida y su reunificación. 

Por Carlos Emilio Biscay, carlos.biscay@gmail.com

El Juramento de los Treinta y Tres Orientales, Juan Manuel Blanes

Contexto Historico

En el siglo XX se produjo la campaña militar de Malvinas cuyo objeto fue la recuperación de un territorio argentino en manos inglesas. En el siglo XIX de la misma manera se desarrollará una campaña aún más prolongada por la recuperación también de un territorio argentino: la Provincia Oriental del Río de la Plata de manos del Imperio del Brasil también con la colaboración de Inglaterra. Dicha ocupación había sido iniciada por la fuerza en 1817 y resistida por Artigas hasta su derrota en la Batalla de Tacuarembó en 1820. Para 1825 el Imperio del Brasil había completado la ocupación y control total del territorio renombrado como “Provincia Cisplatina”.

La campaña de recuperación de la Provincia Oriental está prácticamente olvidada por los argentinos occidentales, no así para los orientales (uruguayos) que recuerdan cada 19 de abril desde 1825 el desembarco de un pequeño grupo de patriotas al mando de Lavalleja que había partido de las costas de San Isidro en la provincia de Buenos Aires, cuyas consecuencias fueron la guerra entre el Imperio del Brasil y las Provincias Unidas del Río de la Plata o República Argentina entre 1825 y 1828.

Monumento en San Isidro Provincia de Buenos Aires desde donde partió la expedición libertadora.

Lo primero que hay que decir que esta campaña no es un proyecto de uruguayo de independencia nacional como ha quedado sugerido en los libros de historia escolar.  Es la campaña de un grupo de unos aproximadamente 45 argentinos de diferentes provincias (incluido un mozambiqueño) con una importante cantidad de hombres de la provincia orientales (lo que es obvio al tratarse de su provincia), para devolver ese territorio a la hermandad de las demás Provincias, tal como fue el operativo Rosario en abril de 1982 para el caso de Malvinas y que se verá muy claro en las importantes leyes del 25 de agosto de 1825 en el congreso de la Florida del que hablaremos más adelante. “No hay ningún oriental, anterior a 1828, que haya luchado, de ninguna manera, por la independencia de la Provincia Oriental.” (Vazquez Franco, 2022) En medio de este conflicto, hubo individuos que, según Vázquez Franco argumenta, maquinaron en favor de la amputación de la Provincia Oriental, mutilando así a su propia Nación en beneficio de los intereses de Brasil e Inglaterra, tal como lo hizo Pedro Trápani. Siempre hay un judas…

La cruzada de los 33 orientales

La Cruzada de los 33 orientales fue una campaña añorada y cuidadosamente preparada por años que contó con el apoyo económico de algunos ganaderos y saladerístas de la provincia de Buenos Aires y de la provincia oriental.  La primera reunión para iniciar un movimiento armado se realizó en 1820, cuyos partícipes fueron Manuel Oribe e Ignacio Oribe, el saladerista oriental Pedro Trapani y Simón del Pino, Luis Ceferino de la Torre y Manuel Meléndez.

A primeros de 1823 Lavalleja encomendó a Gregorio Sanabria, quien en 1825 sería uno de los Treinta y Tres, para que desde Buenos Aires pasará a Colonia, San José y Soriano, donde contactó con varios patriotas, preparando la gesta libertadora. 

Durante todo el año 1824 los patriotas trabajaron intensamente, impulsados fundamentalmente por Lavalleja, Oribe y Trapani, contactando a muchos orientales exiliados en 1825 a Buenos Aires, consiguiendo el concurso de muchos de ellos como Pablo Zufriátegui, Manuel Oribe, Atanasio Sierra, Basilio Araujo etc., atando entre ellos fidelidades con los caudillos de las luchas anteriores que estaban en las provincias del litoral o en la misma Banda Oriental, como Tomás Gómez de Soriano o Andrés Latorre de Entre Ríos; llegando, también, a comunicarse con algunos líderes continentales, Bolívar entre ellos.

Juan Manuel de Rosas, fue uno de los representantes más caracterizados de ese grupo de ganaderos que  además realizó actividades de inteligencia previos a las operaciones en el territorio de la Provincia ocupada. Los ricos hacendados  Pascual Costa, Juan José de Anchorena, Julián Pacheco de Melo,​ Miguel Riglos, Ramón Larrea, Félix de Álzaga, Juan Pedro Aguirre y Mariano Fragueiro, entre otros, también financiaron con dinero.

Monumento en la Playa de la Agraciada donde desembarcaron las tropas al mando del Gral Lavalleja.

En 1868 Rosas brindaba desde su exilio en Southampton datos curiosos acerca de esa expedición:

«Recuerdo, [dice], al fijarme en los sucesos de la Provincia Oriental la parte que tuve en la empresa de los 33 patriotas». Refiere al itinerario y el objeto aparente de su viaje, tal como queda narrado, y agrega: «Ello crea una trampa armada a las autoridades brasileras en esa provincia (la Oriental) para que no sospecharan el verdadero importante objeto de mi viaje, que era conocer personalmente la opinión de los patriotas, comprometerlos a que apoyasen la empresa, y a ver el estado y número de las fuerzas brasileras. Así procedí de acuerdo en un todo con el ilustre don Juan Antonio Lavalleja; y fui también quien facilitó una gran parte del dinero necesario para la empresa de los Treinta y Tres Orientales…»

Este compromiso por parte del sector saladerista se debía principalmente a la necesidad, de este incipiente mercado, de contar con la gran riqueza pecuaria de la Banda Oriental, que tradicionalmente era una de sus fuentes básicas de materia prima. Desde la Invasión Luso-Brasileña las vacas orientales eran robadas y vendidas masivamente hacia el sur de Brasil, donde funcionaba una próspera industria saladeril. 

El gobierno de las Provincias Unidas simuló todo lo que pudo su neutralidad, mientras se iban gestando los preparativos de la expedición,  pese a las protestas brasileñas. En simultáneo el gobierno hizo acciones diplomáticas en el intento de lograr la devolución de la Provincia tratando de evitar la guerra, las que resultaron infructuosas.

Posiblemente los conspiradores decidieron pasar a la acción a partir del 21 de enero de 1825, cuando el general Sucre derrotaba a las últimas fuerzas realistas en la Batalla de Ayacucho y culminó el proceso de la independencia anticolonial y entonces de esta manera quedaba liberado de necesidad de tropas y defensa el frente norte.

El punto cúlmine de la primera etapa de la campaña libertadora fue justamente el 25 de agosto de 1825, donde un Congreso reunido en la Florida (Uruguay) va a declarar en sus famosas leyes la independencia del Brasil y su decisión de formar parte de la Provincias Unidas. De esta manera, el éxito coronaba el comienzo de la campaña cuya proclama a los “Argentinos orientales” había iniciado la lucha y desde ese momento la Argentina se había reunificado. «Quienes somos desde hace dos siglos el Uruguay fuimos la frontera en disputa, que configuró su autonomía en esa pulseada bifronte culminada en una guerra que nos dio, en realidad, la independencia de Brasil (no de España, ni de la Argentina, a la que nos habíamos adherido).» (Raúl Sanguinetti, El Brasil que precisamos, 2023)

Leyes de la Florida del 25 de agosto de 1825

La Ley de Independencia declaraba:

(…) írritos, nulos, disueltos y de ningún valor para siempre, todos los actos de incorporación, reconocimientos, aclamaciones y juramentos arrancados a los Pueblos de la Provincia Oriental, por la violencia de la fuerza unida a la perfidia de los intrusos poderes de Portugal y el Brasil (…) libre e independiente del Rey de Portugal, del Emperador del Brasil y de cualquier otro del universo y con amplio y pleno poder para darse las formas que en uso y ejercicio de su Soberanía, estime convenientes.

Escudo de la Provincia Oriental del Rio de la Plata

La Ley de Unión declaraba:

La H. Sala de Representantes de la Provincia Oriental del Río de la Plata en virtud de la soberanía ordinaria y extraordinaria que legalmente reviste para resolver y sancionar todo cuanto tienda a la felicidad de ella, declara: que su voto general, constante, solemne y decidido es, y debe ser, por la unidad con las demás Provincias Argentinas a que siempre perteneció por los vínculos mas sagrados que el mundo conoce. Por tanto, ha sancionado y decreta por ley fundamental la siguiente: Queda la Provincia Oriental del Río de la Plata unida a las demás de este nombre en el territorio de Sud América, por ser la libre y espontánea voluntad de los Pueblos que la componen, manifestada con testimonios irrefragables y esfuerzos heroicos desde el primer período de la regeneración política de dichas Provincias. Dado en la Sala de Sesiones de la Representación Provincial, en la villa de San Fernando de la Florida, a los veinticinco días del mes de agosto de mil ochocientos veinticinco.

La Ley de Pabellón. Establecía, como enseña de la Provincia, un pabellón:

compuesto de tres franjas horizontales, celeste, blanco y punzó, por ahora, hasta tanto que, incorporados los diputados de esta Provincia a la soberanía nacional, se enarbole el reconocido por el de las unidades del Río de la Plata a que pertenece.

Bandera original de los 33 orientales y de la Provincia Oriental

Lo segundo que también hay que decir es que jamás, jamás estuvo en la idea de nadie y menos de Artigas la idea de una independencia y soberanía absoluta. No se puede pensar tampoco que todos los orientales lo consideraban su jefe y estuvieran de acuerdo en sus ideas y lo apoyaran.  Cuando por ejemplo Artigas abandona el 2do sitio de Montevideo con algunos regimientos, otro Artigas (Manuel Francisco) y Pagola se quedan. El conflicto ideológico y de poder no estaba entre una orilla y la otra, no había uruguayos y argentinos en disputa territorial, sino que era transversal a esa sociedad de las provincias, entre quienes buscaban el centralismo (Unitarios) y quienes un sistema federal.

También un 25 pero de Octubre del mismo año el Congreso Nacional argentino reconocía por ley la reincorporación de la Banda Oriental a las Provincias Unidas, apoyando la solicitud y declaración que en esos mismos términos había efectuado el 25 de agosto del mismo año el Congreso oriental de la Florida. En la misma sesión y para no dejar dudas de su posición, el Congreso de Buenos Aires aprobaba los diplomas de Javier Gomensoro, diputado electo por la Banda Oriental.

El 17 de Noviembre todo en 1825 el Gral. Lavalleja da a conocer un manifiesto a los orientales en el que les confirma la resolución de incorporarse “a la gran Nación Argentina”.

¡Pueblos! Ya están cumplidos vuestros más ardientes deseos: ya estamos incorporados a la gran Nación Argentina por medio de nuestros representantes: ya estamos arreglados y armados. Ya tenemos en la mano la salvación de la Patria.
Pronto veremos en nuestra gloriosa lid las banderas de las provincias hermanas unidas a la nuestra. Ya podemos decir que reina la dulce fraternidad, la sincera amistad, la misma confianza. Nuestro enemigo está aterrado al ver que no tiene poder para variar el augusto destino a que la Providencia nos conduce”.

Un actor tan calificado como Fructuoso Rivera, lo dice diáfanamente, descontando que alguien haya pulido la frase haciendola inteligible: “La Provincia de Montevideo hace mucho tiempo ha declarado pertenecer a la Republica Argentina con la cula está intimamente ligada con lazos indisolubles e identificada por su idioma. costumbres, religión y leyes” (Vazquez Franco, 2021), quien también cita a  José Pedro Ramirez en su afirmación “abandono ignominioso que hizo Buenos Aires de la Provincia Oriental, su politica para con el Estado oriental fue debil y desleal.”

Territorio de la Provincia Oriental y de las Misiones orientales.

La guerra con el Brasil

Estas acciones desencadenan la reacción del Imperio del Brasil declarando la guerra a las provincias Unidas el 10 de diciembre. aceptado el 1 de enero por el congreso argentino.

El emperador del Brasil, Pedro I, estimando avasallados sus derechos de posesión sobre estos territorios, le declaró la guerra a las Provincias Unidas y a los pocos días, naves brasileñas bloquearon el Río de la Plata, iniciando así una guerra que duró más de tres años.

Campaña terrestre de las tropas del Ejercito Republicano

En esta guerra juagará un papel central El Reino Unido que ya desde un inicio pergeñó una solución ajustada a sus intereses. Canning a Ponsonby, el 28 de febrero de 1826  nombra a John Ponsonby, como veedor británico de la guerra, con asiento en Buenos Aires y titulo de ministro plenipotenciario en las Provincias Unidas. Sus instrucciones lo prevenían de pasar primero por Río de Janeiro a someter al gobierno imperial la «independencia de la ciudad y territorio de Montevideo en situación algo similar a la de las ciudades hanseáticas en Europa», dándole copia de las palabras de Canning a Itaboyana sobre la urgencia de hacer la paz en esas condiciones. Después, en Buenos Aires, dispondrá el nombramiento de un diplomático argentino para que firmase la paz con Brasil con esa condición. (Canning a Ponsonby, 28 de febrero de 1826, F. O., 6/12, publ. por Webster.) (citada Jose Maria Rosa, Tomo IV)

Canning haría que ambos contendientes ganasen la guerra: los argentinos echarían a los brasileños de la Provincia Oriental, y los brasileños a los argentinos de la Provincia Cisplatina, prestigiándose así el emperador y Rivadavia. Como en la fábula, los dos que disputaban se quedarían con las cáscaras gloriosas, y el mono se comería la nuez alimenticia. Sin perjuicio, con ayudas y retaceos dosificados con tino, que ambos estuvieran agradecidos y aumentasen los privilegios comerciales británicos. (JM Rosa, Tomo IV)

Para lograr esto y poner fin a la guerra habra dos intentos, dos Convenciones Preliminares de paz la de 1827 cuyo resultado fueron de tal espanto que hará caer al gobierno de Rivadavia y la guerra ha de continuar hasta 1828 donde finalmente se produce la segunda Convención Preliminar de paz menos mala que la segunda, pero igualmente infame. Partamos de la base que la consigna diplomatica argentina original de Rivadavia en acuerdo con Ponsonby, fue mandar a García a Río de Janeiro a concluir la «paz a cualquier precio”. De ahí salió las conclusiones de la primera convención. Remontarla y con los mismos actores fue practicamente imposible.

La Convención Preliminar de 1828

La guerra con el Brasil terminó el 27 de agosto de 1828, cuando como producto de las negociaciones de paz mediadas por Inglaterra los representantes del Brasil y la Argentina firmaron “Convención Preliminar de paz” y la Provincia Oriental fue declarada independiente por las partes contratantes, sin la intervención de ningún ciudadano oriental que debieron aceptar sin ningún reclamo la separación forzada de su territorio del resto de las provincias. 

La Convención preliminar establecía:

1 ) La renuncia de Brasil y la Argentina a la «provincia de Montevideo llamada hoy Cisplatina» que se constituirá en Estado libre e independiente.

2) Ambas naciones se obligaban a defender la independencia e integridad del nuevo Estado.

3 ) Un congreso oriental redactarla su constitución, que serla examinada por comisarios de la Argentina y Brasil «‘con el único fin de ver si en ella se contiene algún artículo que se oponga a la seguridad de sus respectivos Estados …

4 ) Las tropas argentinas y brasileñas evacuarían el territorio oriental dentro de los dos meses.

5 ) Canjeado el Convenio Preliminar, se nombrarían plenipotenciarios para el tratado definitivo: «Si lo que no es de esperarse -dcía el art. 18– las altas partes contratantes no llegasen a ajustarse, no podrán reanudar las hostilidades sin previa notificación hecha recíprocamente seis meses antes con conocimiento de la potencia mediadora

6 ) Por un artículo adicional Argentina y Brasil se reservaban por quince años la navegación del río de la Plata y sus afluentes.

Fue firmado entre el Imperio del Brasil y las Provincias Unidas del Río de la Plata con mediación del Reino Unido el 27 de agosto de 1828, en Río de Janeiro, por el cual Argentina y Brasil acordaron la independencia del denominado provisoriamente «Estado de Montevideo» actualmente llamado Uruguay.

Ese maltrecho “Estado oriental soberano” existe desde el 27 de agosto de 1828, ni un día de diferencia, por voluntad inapelable de dom Pedro de Braganza (Pedro I emperador de Brasil), según reza el articulo que encabeza la Convención y, como dice Ellauri, nada tienen que ver en ello los orientales ni los demas provincianos. Nos guste o no, así fué. En ese primer artículo está escrito, en portugues, una de las frustraciones argentinas que en subconsciente sobrellevamos, que no se supera con exaltadas declamaciones golpeandose el pecho….Lo más seguro es someter la Convención Preliminar a la ley del silencio.  Vazquez Franco, 2021.

La independencia del Uruguay quedó definitivamente sellada el 4 de octubre del mismo año en Montevideo a las dos de la tarde, cuando las naciones firmantes canjearon las ratificaciones del tratado. El 18 de julio de 1830, se jura la primera constitución del Uruguay tal cual lo establecido, este acto es conocido en Uruguay como la Jura de la Constitución

El 4 de no­viembre de 1828 con el retiro de los diputados orientales del Congreso Nacional (Argentino) – serán los únicos en no votar la independencia de su territorio – .

Esto retarda la inauguración del cuerpo. Pero el 19 de setiembre se sabe que ha llegado a Buenos Aires el Convenio Preliminar, y  el hecho decide a empezar las sesiones, no obstante hallarse sólo nueve provincias representadas, inclusive la Banda Oriental y Misiones. Manuel Moreno y Cavia traen de Buenos Aires el Convenio. Son recibidos el 26 en sesión secreta, discutiéndose el tratado. El 4 de no­viembre con el retiro de los diputados orientales -los únicos en no votar la independencia uruguaya- quedará aprobado el tratado de Paz y la amputación de la Provincia.  Terminaron así  los últimos años de la Argentina completa y no mutilada.

El Profesor Vazquez Franco ha de concluir: “No es la primera vez que lo digo: la antigua Banda Oriental (del Uruguay),  que durante el siglo XVIII en el imaginario Porteño no se podía distinguir fácilmente de la Mesopotamia, debió de esa desargentinizarse hasta perder su sentido de territorialidad, perder su sentido de pertenencia, sus raíces, para partir de cero, remontando sin nada, un empinado repecho, castrada, aunque cueste decirlo. Nada de lo que el conjunto de las provincias – es decir, la Nación en ciernes, la Patria, si fuera posible definirlas – reconocían su pasado común para mirarse en él,   pudo luego recogerlo el endeble Estado Oriental desde 1828, porque la artificiosidad del nuevo aparato político diseñado en Londres (en inglés), y resuelto en Río de Janeiro(en portugués), le creaba la necesidad de olvidar, de sacudir y desprenderse de su argentinidad congénita para no compartir la misma Historia….. Esto es la derrota….. Los argentinos de acá (Uruguay) y de allá (Argentina), la tomamos con el con la mayor discreción, invirtiéndola, mintiendo, presentando, los argentinos de allá, la traición a la patria, como si hubiera sido una victoria “honrosa” sobre Brasil. Y la falacia sin discusión, mansamente, se incorporó al relato. Y los argentinos de acá, presentándola como un “reconocimiento” de la lucha de los orientales.” 

Así pues, de la misma manera que recordamos Malvinas deberíamos recordar esta campaña donde otra vez debimos enfrentarnos al poder de Gran Bretaña no militar pero si diplomático.  La pérdida de la Provincia Oriental tuvo consecuencias mucho más graves que la derrota transitoria de Malvinas. Perdimos no solo un importante territorio, se abandonó a su suerte a una población argentina sin voz ni voto, quedaron sin demarcar los límites entre el Imperio del Brasil y el naciente Estado Oriental lo que fue en el menoscabo de su integridad territorial por décadas: se perdieron además las misiones orientales,  el Río de la Plata se convirtió en un río Internacional, perdimos los puertos de Montevideo y Maldonado entre otros.  Si hubo un proceso de desmalvinización hay que pensar que hubo también un proceso de olvido de esta campaña, ganada en el terreno militar y malversada en el campo diplomático y tergiversada en su relato histórico popular.

En la historia del Río de la Plata y la lucha por la soberanía, la Cruzada de los 33 Orientales brilla como un episodio de valentía y determinación que refleja la fuerza del espíritu patriótico. Aunque olvidada y desviertuada en gran parte por los argentinos occidentales y orientales, la campaña de recuperación de la Provincia Oriental del Río de la Plata es un recordatorio poderoso de la unidad y la lucha compartida por una Nación aún en formación. A través de la valiente expedición liderada por Lavalleja y su compromiso incansable, se gestó una lucha que trascendió fronteras y diferencias, uniendo a hombres y mujeres que buscaban la liberación de su tierra.

La determinación de aquellos 33 héroes se convirtió en un faro de esperanza y hermandad. Su lucha contra el Imperio del Brasil, con la colaboración de Inglaterra, no solo representa un capítulo de la historia sino también un ejemplo de sacrificio en pos de la libertad. Las palabras de Juan Antonio Lavalleja, plasmadas en su proclama de abril de 1825, resuenan como un eco del fervor patriótico que unió a los corazones de aquellos valientes:

“La gran Nación argentina, de que sois parte, tiene gran interés en que seáis libres, y el Congreso que rige sus destinos no trepidará en asegurar los vuestros.”

El 25 de agosto de 1825, en el Congreso de la Florida, se selló un destino compartido y cumpliremos pronto el bicetenario. Aunque el proceso estuvo plagado de dificultades y sacrificios, la Cruzada de los 33 Orientales dejó una huella imborrable en la historia de la región. Aquel día, la independencia de la Provincia Oriental del Brasil y su posterior reunificación con las demás provincias argentinas simbolizó la culminación de una lucha que había trascendido los límites geográficos y se había convertido en un esfuerzo conjunto.

Consecuencias y Reflexiones

Aunque los eventos posteriores llevaron a la amputación de la Provincia Oriental y su transformación en el Estado Oriental del Uruguay, la Cruzada de los 33 Orientales permanece como un recordatorio de la valentía y el patriotismo que pueden unir a una nación en momentos cruciales. En la historia compartida de Argentina y Uruguay, este episodio despierta un sentido de pertenencia y hermandad que trasciende las diferencias y resalta la importancia de la unidad en la lucha por la libertad. Por eso quiero llamar la atención de los argentinos occidentales de esta mutilación baypaseada de la historia. Que ha dejado afuera a una de las Provincias que más aportó en esfuerzo y sacrificio por la fundación de la Patria naciente. 

Como un amigo oriental no se cansa de afirmar la Convención Preliminar y la independencia de la Provincia Oriental fue el triunfo de la derrota. De repente nos encontramos festejando u olvidando que aquello que fue una derrota quedó transformada en una “victoria”, porque estaba todo dado para que se ganara la guerra y de golpe sale una solución no querida por los propios actores principales e impuesta a rajatabla. Luego se hizo una construcción historica falsa donde aquello parece que fuera lo mejor que nos podria haber pasado. Con el Uruguay no compartimos una historia común, es la misma historia. No es un pueblo hermano, es el mismo pueblo. Cuando el lider radical Ricardo Balbín, justificando su renuencia a concurrir a un acto político en Montevideo porque “yo nunca salí de suelo patrio”, Julio Maria Sanguinetti, con sentido de territorialidad, le pregunta; “Don Ricardo: ¿Ud. cree que ir al Uruguay es viajar al extranjero?” (La Reconquista, p28, citado por Vazquez Franco 2021)

Mas alla de la convenciones políticas, los pueblos poseen su identificación y si el futbol nos acerca entre la Celeste y la Albiceleste, solo para ser un fiesta entre hermanos de un mismo pueblo.

Yendo al bicentenario de estos acontecimiento (2025), recordemos con orgullo a aquellos hombres y mujeres que desafiaron las adversidades. Mantengamos viva la llama del patriotismo y la unidad, recordando que la historia nos enseña que, cuando nos unimos en pos de un objetivo común, somos capaces de superar cualquier obstáculo y alcanzar la grandeza que merecemos como nación. Así como con Malvinas esperamos algun día su recuperación, podemos también tener la esperanza con el Uruguay de la reunificación. La Victoria por sobre la derrota.

Canciones para el sentimiento:

Virgen de los 33, José Damiani

Tierra Hermana, Tango, Música: Guillermo Barbieri, Letra: Eugenio Cárdenas,  interpretado por Ana María Pfeiff

La cruzada, Tabare Etcheverry

Zamba de Artigas, Padre Federalismo. Homenaje. Roberto Rimoldi Fraga

Marcha Militar de Ituzaingó, Autor anónimo atribuida a Pedro I emperador de Brasil

Los orientales, Los Olimareños 

Cruzada de los 33 orientales por Anibal Luis Pardeiro

Tierra Hermana, Interpretado por Carlos Gardel, Autores: Eugenio Cardenas y Guillermo Barbieri.

Principales fuentes consultadas.

Guillermo Vazques Franco.  Traición a la Patria. Ed El mendrugo. 2021

José María Rosa, Historia Argentina, Tomo III y IV

El desembarco de los Treinta y Tres Orientales. Entrevista a Vazquez Franco por Canal 12

La Cruzada Libertadora. Wikipedia

Congreso de la Florida en Wikipedia. Wikipedia

El Congreso de las Provincias Unidas acepta la reincorporación de la Banda Oriental

La historia no contada de los 33 Orientales

Artigas, Belgrano y Güemes

Héroes de las Provincias Unidas del Río de la Plata

Por Carlos Emilio Biscay

José Artigas (Montevideo, 19 de junio de 1764 – 23 de septiembre de 1850), Manuel Belgrano (Buenos Aires, 3 de junio de 1770, 20 de junio de 1820) y Miguel de Güemes (Salta, 8 de febrero de 1785 – Salta, 17 de junio de 1821).

Junio trae consigo un fin de semana largo en ambas riberas del Río de la Plata motivadas por tres importantes efemérides: un nacimiento y dos fallecimientos, o más bien, sus pasos a la inmortalidad. Artigas es especialmente recordado en Uruguay y en algunas provincias argentinas que formaron parte de la Liga de los Pueblos Libres, mientras que Belgrano y Güemes tienen efemérides nacionales en Argentina y son menos conocidos en Uruguay. El 19 de junio se conmemora el Día de la Bandera en Uruguay y en la provincia de Entre Ríos, y el 20 de junio se honra la memoria de Belgrano en Argentina. Los tres son héroes del Río de la Plata, y sus contribuciones a los primeros días de nuestra independencia trascienden las dos repúblicas actuales. ¿Podemos imaginar qué hubiera de nuestra Patria sin estos tres hombres? Por lo tanto ,no deberíamos mencionar a uno sin reconocer la necesidad de los demás.

Artigas, en la Banda Oriental, liberó su Provincia de los realistas y se plantó como una barrera contra las aspiraciones portuguesas sobre estos territorios. Martín Güemes fue una barrera en el norte contra los realistas en Salta. Rechazando seis invasiones españolas según los planes trazados por San Martín en su campaña de liberación. San Martín dijo: «Los gauchos de Salta solos están librando una guerra de desgaste tan feroz contra el enemigo que se vieron obligados a enviar una división solo para extraer mulas y ganado». Güemes también tuvo que resistir a los ejércitos porteños y a las luchas internas que intentaban derrocarlo. Con razón se dice que Güemes es el Artigas del norte, ya que ambos hombres enfrentaron dificultades y conflictos similares y tuvieron el mismo destino de exilio y muerte.

Los tres se conocieron y se relacionaron entre sí. Artigas y Güemes llevaron vidas paralelas: tuvieron que enfrentarse en el norte a los portugueses y a los españoles respectivamente, al sur los embates de las tropas porteñas que buscaban doblegarlos y además también a las intrigas y conspiraciones de los propios compatriotas. 

Güemes, cuyas últimas palabras antes de morir fueron «Voy a dejarlos, pero me voy tranquilo, porque sé que ustedes, que han dado pruebas de valor, sabrán defender la patria», y Artigas sufrió traición y se vio obligado al exilio en Paraguay. Cuando fue invitado a regresar a la joven República Oriental, se negó diciendo: «Ya no tengo Patria».

Belgrano va a morir enfermo y en la pobreza en Buenos Aires, su muerte va a transitar el mismo día en que nos debatimos en la anarquía. Aquel hombre que siendo un civil se había puesto el uniforme de militar y había ido a luchar por el sueño de mayo, no fue ajeno en sus últimos momentos a la desdicha de ver que todo se perdía y en su último suspiró exclamó  ¡Ay, Patria mía!…

Belgrano fue el “amado Jefe” para Artigas en su “Proclama de Mercedes” en la Banda Oriental dando inicio a la campaña que terminó con la Batalla de las Piedras. Esta tensión entre dos frentes, los españoles-portugueses y porteños es bien explícita y se refleja en esta carta de Artigas a Güemes del  5 de febrero de 1816 y entre los párrafos les expresa: “Estoy informado de su carácter y decisión y ello me empeña a dirigir a Ud. mis esfuerzos por este deber: Contener al enemigo después de la desgracia de Sipe-Sipe debe ser nuestro principal objeto. Por acá no hacemos menos esfuerzos por contener las miras de Portugal. Este gobierno rodeado de intrigantes duplica sus tentativas pero halla en nuestros pechos la barrera impenetrable. La fría indiferencia de Buenos Aires y sus agentes en aquella corte me confirma de su debilidad. Nada tenemos que esperar sino de nosotros mismos. Por lo tanto es forzoso que nuestros esfuerzos sean vigorosos y que, reconcentrado el Oriente, obre con todos sus recursos.”  Carta de Artigas a Güemes.” (5 feb 1816) 

Hubo algo común a los tres y que aún perdura flameando “alta en el cielo” como “un águila guerra”. El día 27 de febrero de 1812 Manuel Belgrano decide inaugurar las baterías ·”Libertad e Independencia” donde hoy se ubica el Monumento Histórico Nacional a la Bandera a orillas del Paraná”. Como se encuentra con la necesidad de enarbolar bandera, escribe un oficio al gobierno diciéndole: “siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola la mandé a hacer blanca y celeste conforme los colores de la escarapela nacional”. Además de esto, Belgrano hace un discurso a toda la tropa en los términos que les dice:

“Soldados de la patria juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores y la América del Sur será el templo de la independencia, de la unión y de la libertad. En fe de que así lo juráis decid conmigo Viva la Patria”.

Podría parecer, por el desenlace de estos hombres, la imagen de tres derrotados. Uno murió asesinado, el otro enfermo y el tercero debió exiliarse, pero nada más lejos de esto. Realizaron aquella máxima del Evangelio: “si el grano de trigo al caer en tierra no muere, queda él solo; pero si muere, da abundante cosecha”.

Estos tres héroes son parte esencial de nuestra historia y su legado perdura en el recuerdo de nuestros países. Son ejemplos de valentía, lucha por la libertad y defensa de los derechos de los pueblos. En junio, honramos su memoria y recordamos su sacrificio en aras de una América del Sur libre e independiente. 

Renovemos por ellos el juramento de fidelidad a nuestra Banderas acariciadas todas por el pampero, símbolo de las cosas que valen la pena vivir. Imitemos sus virtudes de amor a la Patria, abnegación y fortaleza antes las dificultades, para que sus sacrificios no hayan sido en vano y la cosecha sea abundante.

Canciones y Marchas alusivas a las efemérides

Salud a la Bandera (Ar).Fabiana Cantilo

Canción a la Bandera Uruguaya (Uy). Daniel Deniesse.

Marcha Mi Bandera – (Uy)

Marcha Mi Bandera – (Ar)

Homenaje a Martin M. de Güemes (Ar) – Jorge Cafrune

A Don José, (Uy) Alfredo Zitarrosa

Zamba al General Belgrano  (Ar) Sebastián Matthews

Otras fuentes:

Gabriel Di Meglio, (2020) «Sin la Guerra Gaucha, la Independencia no podría haber sido ganada”

«Hacedores de la Patria»: Güemes, Artigas y Belgrano homenajeados en Jesús María

Crónicas de 2 siglos 1823-2023 – Nro. 41

Junio de 1823

7 de junio

Segunda Campaña de Intermedios – Toma de Arica

Retomando el plan de la Primera Campaña de Intermedios, el ejército peruano, bajo el mando del general Andrés de Santa Cruz, desembarcó en los «puertos intermedios» del sur del Perú y se adentró hasta el Alto Perú (actual Bolivia), región dominada por las fuerzas realistas al mando del virrey José de la Serna. Tras la indecisa batalla de Zepita, los patriotas se vieron abrumados por el masivo ataque realista y retrocedieron a la costa, logrando los sobrevivientes embarcarse a duras penas. La campaña se inició con el asalto y la captura de Arica por parte del contralmirante Guise, el 7 de junio de 1823. El 11 de junio llegó a ese puerto el general Santa Cruz, que continuó rumbo a Iquique para dirigir las operaciones de desembarco de las fuerzas patriotas. Luego, los patriotas ocuparon sucesivamente Tacna y Moquegua, puntos donde permanecieron mucho tiempo, con el que se perdió el factor sorpresa. Recién en julio, los patriotas, divididos en dos grupos, avanzaron al Alto Perú: el 8 de agosto Santa Cruz ocupó La Paz y el 9 de agosto Gamarra hacía lo mismo con Oruro. 

Fuente:

https://es.wikipedia.org/wiki/Segunda_Campa%C3%B1a_de_Intermedios

16 de junio

Lecor Contesta a Mansilla

Lecor, que ya era práctico en este ramo de las protestas e intimaciones sin ulterioridades de ninguna especie, contestó desde su cuartel general de la villa de Guadalupe el 16 de junio de 1823, que no reconocía al General Mansilla “autoridad para ingerirse en los negocios de una provincia de la Confederación del Imperio”.

Walter Rela, Cronología Histórica documentada, Tomo 3 

18 de junio

El general realista Canterac ocupa Lima durante un mes; el gobierno y el ejército patriotas se instalan en el Callao.

El 2 de Junio, abandonaron los realistas sus acantonamientos de Jauja, y descendieron al valle de Lurín, alcanzando a entrar en la ciudad el día 18 de Junio.

Los españoles, ingresaron como en un país conquistado. Riva Agüero había ordenado que se enviase al Callao cuanto dinero había en las cajas fiscales, los archivos y aun la plata labrada de las iglesias, la que en ellas quedaba, después de las anteriores depredaciones, pero Canterac se dio maña para desvalijar a los vecinos de Lima, exigiendo del comercio medio millón de pesos, imponiendo cupos de dinero o de especies, obligando a los arrendatarios a pagar por adelantado los arrendamientos, sustrayendo de los templos lo que se podía transportar y se juzgaba de algún valor, y de la Casa de Moneda todos los artefactos que podían serle útiles, añadiendo a todo esto el insulto y el atropello. La Gaceta del Gobierno del 19 de Julio, resumiendo este cuadro de horrores, decía: “Lima ha visto a los españoles apoderarse de su recinto, desnudar los templos, saquear las casas, violentar el sexo, quemar sus fábricas, insultar a sus habitantes, derramar la sangre de los sacerdotes e inocentes y devastar sus campos. Ha visto…, pero un cuadro tan lúgubre quede siempre cubierto de un velo denso y sólo se descorra cuando se trate de convencer que Lima aún no ha comprado su libertad al precio que la libertad tiene”.

La ciudad de Lima es ocupada durante estos dos días por las fuerzas realistas dirigidas por el general realista José Canterac. El congreso peruano, refugiado en la fortaleza de El Callao, destituye a Riva Agüero del mando político (día 23) y nombra en su lugar al general Sucre. Riva Agüero huye a Trujillo, donde establece la sede de su gobierno (26 de junio). El congreso peruano pide a Bolívar que viaje a Perú.

Fuente

Walter Rela, Cronología Histórica documentada, Tomo 3 

19 de junio

Rivera fija su posición del momento en un oficio que manda al Cabildo de Montevideo, que había requerido sus servicios como oriental y militar sagaz, buen conocedor de la campaña. “V.E. se decide y me invita a defender la libertad e independencia de la Patria, y felizmente estamos de acuerdo en principios y opiniones… La diferencia entre V.E. y yo en la causa que sostenemos sólo consiste en el diverso modo de calcular la felicidad común a que ambos aspiramos. V.E. cree que el país será feliz en una independencia absoluta, y yo estoy convencido de que sólo puede serlo en una independencia relativa; porque la primera, sobre imposible, es inconciliable con la felicidad de los pueblos… Para establecer la independencia absoluta de la Banda Oriental, necesita V.E. hacer la guerra y triunfar del Imperio, mantener el orden interior y evitar la anarquía después de haber triunfado”…

Fuente:

Walter Rela, Cronología Histórica documentada, Tomo 3 

25 de junio

Reconocimiento de la Independencia de Brasil de Portugal

Rivadavia  envió  al  ministro  de  Relaciones  Exteriores  brasileño  la  siguiente  nota,  archivada  en los registros históricos argentinos bajo el siguiente título: “N.º  251.  –  [Al  Ministro  de  Estado  y  Relaciones  Exteriores  del  Brasil,  celebrando  la  independencia  de  su  nación,  y  le  anuncia  el  envío  de  la  misión  Valentín  Gómez  a  fin  de tratar definitivamente la evacuación de la Banda Oriental]. Buenos Aires, 25 de junio de 1823 Il.mo e Ex.mo Señor,El Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores en el estado de Buenos Aires tiene el honor  de  dirigirse  a  S.  E.  el  Excelentísimo  Señor  Ministro  de  Estado  y  Relaciones  Exteriores  del  Gabinete  del  Brasil,  haciéndole  presente para que se digne elevarlo al conocimiento de su Gobierno Que  su  Gobierno  ha  celebrado  con  la  más  plena   satisfacción   la   Independencia   del   Brasil, y el establecimiento de un Gobierno que satisface sus necesidades, y más justos votos–” 

Rivadavia da instrucciones al delegado Pbo. Valentín Gómez ante la Corte de Río de Janeiro, para que logre un doble objetivo: mejorar las relaciones políticas entre las Provincias Unidas y el Brasil, y pedir que éste abandone la Prov. Oriental, dejando a un lado sus pretensiones de incorporación al Imperio.

Fuentes;

https://www.gov.br/mre/pt-br/media/artigo-argentina.pdf/view

Los soldados orientales en las campañas por la independencia y su relación con el Gral. San Martín.  Carlos Emilio Biscay

Síntesis de la exposición en el Congreso Regional de Historia y de los  Conflictos Armados. Maldonado. Uruguay


Introducción   

Estadísticas de orientales en el Ejército libertador   

La campaña libertadora – El Plan Continental   

El Regimiento de Granaderos a Caballo (Constituido el El 16 de marzo de 1812)   

El Ejército de los Andes   

Oficiales orientales pertenecientes al Ejército de los Andes   

Coronel Ramón Santos Buenaventura Alegre   

Sargento Mayor Valentín Calderón   

Prudencio Zufriategui   

Teniente coronel Justo Rufino Guaty   

Brigadier General Enrique Martinez   

Coronel Jaime Montoro  

Gregorio Sanchez  

Francisco Zelada  

General Eugenio Garzón  

Manuel Antonio Artigas  

Juan Francisco Martinez (Capellán)  

Francisco Xavier de Viana  

Capitán Bermúdez y Ramón Anador caídos en el El combate de San Lorenzo (3 de febrero de 1813)  

Cap. Justo Germán Bermúdez  

Cabo Ramón Anador  

Artigas y San Martín  

San Martín y el Uruguay   

Fuentes consultada   

Introducción

Desde el 25 de mayo de 1810 hasta la Batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824 un importante y distinguido número de orientales formaron una parte muy importante en el esfuerzo bélico por la libertad de América.  

San José, San Lorenzo, Suipacha, ambas Piedras, Salta y Tucumán” reza el coro de la “Marcha Patriótica” de Vicente Lopez y Planes. Luego se sumarían Chacabuco, Cancha Rayada, Maipú, Sipe Sipe, Vilcapugio y Ayohuma, Pichincha, Junín y Suipacha entre tantos otros combates, campañas y campos de batallas regada con la sangre generosa de los orientales, en las horas de parto  de nuestra Patria. A esta historia se le agrega un capítulo adicional con la guerra con el Brasil y la Batalla de Ituzaingó el 20 de febrero de 1827.

Los hombres de la  Provincia Oriental del Río de la Plata abrazaron con patriotismo la causa de la libertad y la independencia sumándose a los ejércitos y campañas libertadoras, desde el inicio junto al Gral San Martín y la creación del Regimiento de granaderos a Caballo hasta la última batalla por la independencia en la recordada gesta de Ayacucho de finales de 1824.

Vamos a traer de la historia a la memoria, estos hechos históricos, las personas y los valores que los fundamentaron, como parte de un acervo indivisible y común de las actuales repúblicas rioplatenses, que marcan su identidad y explican los lazos profundos que las vinculan entre sí.

Como si esto fuera poco el famoso Monumento al Ejército de los Andes, orgullo de la ciudad de Mendoza y paseo obligado de quien la visita,  es una obra artística del escultor uruguayo Juan Manuel Ferrari. Se encuentra emplazado en la cima del Cerro de la Gloria en el Parque General San Martín. Fué un 12 de febrero de 1914 al conmemorarse el nonagésimo séptimo aniversario de la Batalla de Chacabuco que se inauguró el monumento. 

Estadísticas de orientales en el Ejército libertador

58 personas involucradas como jefes en las campañas de la independencias de las Provincias Unidas en su guerra con España. No estamos hablando de la tropa y hemos partido de la lista que da el libro Los Orientales en la emancipación americana, Homero Martinez Montero, Centro Militar, Montevideo 1982. entre otras fuentes.

21 estuvieron vinculadas directamente con el Gral San Martín.

De estos 21, 8 participaron de la Guerra del  Brasil.

El promedio de edad al morir de estos 58 hombres fue de 55 años. y en 1820 el promedio de edad era de 31 años. San Martín tenía 42 y el Gral Artigas 56

Es más longevo fue Felix Garzón (83) que participó de la guerra con el Brasil. y el màs joven al morir Lino Ramirez de Arellano (24) que participó de la Cruzada de los Andes

Lugar de nacimiento: la mayoría procedía de Maldonado y Montevideo.

La campaña libertadora – El Plan Continental

El Regimiento de Granaderos a Caballo (Constituido el El 16 de marzo de 1812)

El Primer Triunvirato otorgó a San Martín el grado de teniente coronel de Caballería y lo nombró conjuntamente comandante del Escuadrón de Granaderos que había de organizarse, previendo la necesidad de conformar un cuerpo de caballería idóneo y cualificado, compuesto por voluntarios rigurosamente seleccionados, cumpliendo parámetros de conducta y personalidad muy elevados. 

Código de Honor

De la misma forma en la que San Martín reclamó de los granaderos el acatamiento de una conducta ejemplar frente a la sociedad y el ejército, hizo caso irrestricto de tales disposiciones sosteniendo como forma de vida la política de «predicar con el ejemplo».

La férrea disciplina, el culto al valor y al honor, la exigencia y rigurosidad en la instrucción física y militar quedaron entonces patentes en las siguientes disposiciones, establecidas en aquel entonces como la lista de «Delitos por los cuales deben ser arrojados los oficiales», a fin de establecer una norma de conducta para los oficiales del regimiento que sentara el ejemplo para el resto de la tropa.

El Ejército de los Andes 

Como gobernador intendente de Cuyo se dedicó a organizar el futuro Ejército de los Andes. El general San Martín conformó el ejército con 3 generales, 28 jefes, 207 oficiales, 15 empleados civiles, 3778 soldados de tropa.

Tres uruguayos evocaron en los Andes la gesta de San Martín a los 200 años de Chacabuco

Oficiales orientales pertenecientes al Ejército de los Andes

Visita a Chile del Presidente de la Republica Luis Alberto Lacalle de Herrera el 21 de marzo de 1991.

REPÚBLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACIÓN OFICIAL

Sesión Conjunta del Senado y de la Cámara de Diputados, en 21 de marzo de 1991, para recibir al Presidente de la República Oriental del Uruguay, Excelentísimo señor Luis Alberto Lacalle de Herrera

(De 16:19 a 17:9)

PRESIDENCIA DEL SEÑOR GABRIEL VALDÉS SUBERCASEAUX, PRESIDENTE DEL SENADO

SECRETARIO, EL DEL SENADO, SEÑOR RAFAEL EYZAGUIRRE ECHEVERRÍA

(Integran también la Mesa el Presidente de la Cámara de Diputados, señor José Antonio Viera-Gallo Quesney, y el Secretario de la misma Corporación, señor Carlos Loyola Opazo).

“Y yo, señor Presidente, para que no solamente quede en la memoria de los presentes, sino también en la Versión Taquigráfica de esta sesión, quiero repetir veintiún nombres que, como veintiún estampidos de salvas de honor, dicen de la letanía de los oficiales orientales que cruzaron con el Ejército de los Andes y pelearon como buenos en Cancha Rayada, en Chacabuco y en Maipú: Coronel Ramón Santos Buenaventura Alegre; General Pablo Alemán; Coronel Benito Álvarez; Sargento Mayor. Valentín Calderón; Coronel Juan Espinosa; Teniente Coronel Pedro Rafael Galup; Coronel Tomás Gómez; Teniente Coronel Justo Rufino Guaty; Brigadier General Enrique Martínez; Teniente Coronel Miguel Anacleto Martínez; Coronel Jaime Montoro; General Hilarión de la Quintana; Coronel Juan Ramírez de Arellano; Teniente Coronel Lino Ramírez de Arellano; Coronel Gregorio Sánchez; Coronel Antonio Saturnino Sánchez; Coronel Andrés Seguí; Coronel Ventura Vázquez Feijoo; Teniente Coronel Francisco Zelada; Coronel José Benito Martínez, y aquel soldado de soldados, el General Eugenio Garzón. “

l señor LACALLE (Presidente de la República Oriental del Uruguay)

Biografías 

Hemos hecho una selección de las biografías basados en tres principios que son los siguientes:

  • Haber estado bajo el mando del Gral.  San Martín
  • Haber participaron además de la guerra con el Brasil

Se han hecho 4 excepciones por la trascendencia de estos hombres en la causa americana: Manuel Antonio Artigas, Francisco Javier de Viana y el capitán Justo Bermudez y Ramón Anador. 

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Oficiales a las órdenes del Gral. San Martín y participantes de la Guerra con el Brasil

Coronel Ramón Santos Buenaventura Alegre

Nacido en Montevideo el 1 de noviembre de 1795. Con 16 años se incorpora al movimiento revolucionario iniciado en Ascencio, sublevando con Manuel Francisco Artigas el este de la Banda Oriental; se incorpora a José Artigas en las vísperas de la batalla de Las Piedras, a quien sigue al Ayuí tras el primer sitio; participa del segundo. Al organizarse el regimiento de infantería Nro. 9 con Manuel Vicente Pagola, se incorpora al mismo como subteniente. Luego marcha con dicho cuerpo a integrar el Ejército del Norte que manda Rondeau, con la jerarquía de teniente. Participa de Sipe-Sipe; luego marcha a incorporarse al Ejército que prepara San Martín del cual es designado ayudante de campo con Eugenio Garzón. Participa del triunfo de Chacabuco, de Cancha Rayada y de la victoria de Maipú punto en 1815 se incorpora el Ejército auxiliar estacionado con Belgrano en Tucumán, donde se gesta un espíritu de rechazo a los orientales por la actuación de Artigas, por lo que en 1819 se le remite preso al cuartel general. San Martín lo incorpora de nuevo a su Ejército. 

Embarcó en Valparaíso el 20 de agosto de 1820 para la campaña del Perú formando parte del Estado mayor de San Martín. Es capitán cuando el Ejército patriota entra en Lima; Teniente coronel en 1823, designándose el jefe del batallón de cazadores con el cual embarca hacia el sur. 

Con el Mariscal Santa Cruz hace la campaña de puertos intermedios hallándose en Zepita, donde destaca su denodado valor. Luego interviene en Junín y de diciembre de 1824 a febrero de 1825 se desempeña como prefecto de Huamanga. 

Terminadas las guerras de la independencia con el triunfo de Ayacucho. Alvear le encomienda la organización del segundo batallón de infantería, con el cual se incorpora al Ejército Republicano en su campaña contra el Imperio del Brasil. Es baleado y muerto mientras visita a su madre en Maldonado el 16 de mayo de 1827, con 31 años.

Sargento Mayor Valentín Calderón

Nace en Montevideo en 1799; el 2 de junio de 1819 se le da de alta como sargento primero en el batallón número 5 de infantería de Chile, con el cual embarcó en Valparaíso para la campaña libertadora del Perú. Así participa en el asalto al Callao y en la expedición a “puertos intermedios” con Alvarado, encontrándose en los combates de Torotá y Moquegua. Hechos prisioneros conducido a la isla de Chucuito recuperando la libertad luego de Ayacucho. De inmediato se incorporó a las fuerzas de Alvarado, marchando a la Paz y Potosí con el mariscal Sucre. 

Terminada las luchas de la emancipación, retorna a Buenos Aires y participa de la guerra contra el imperio del Brasil, siendo distinguido por su comportamiento en Ituzaingó. Falleció en acción de guerra el 26/04/1829. (Batalla de Puente de Márquez -Unitarios y Federales.) 

Prudencio Zufriategui

Hermano de Pablo, Prudencio Zufriategui, cadete en los Blandengues desde 1803, partícipe de las campañas contra los realistas en la Banda Oriental, en el Ejército de los Andes y en la Expedición Libertadora del Perú, finalizando su carrera como coronel y auditor de guerra en la República del Perú y el citado Juan (1786-1848) que participó en la defensa como ayudante de los húsares de Montevideo, formó parte de la Logia Lautaro de Buenos Aires, en 1817 integró la Logia Caballeros Orientales de Montevideo y dirigió el 8° de caballería en la campaña que finalizó en Ituzaingó. 

Teniente coronel Justo Rufino Guaty

Oriundo de Maldonado, nacido en 1802 las Fuerzas Armadas de Buenos Aires y participa en el segundo sitio de Montevideo. En la campaña de Santa fe de 1815 fue herido, incorporándose luego como sargento al Ejército de los Andes coma en la división de Soler está en Chacabuco haciéndose acreedor al escudo discernido por el Gobierno de las provincias Unidas; Luego interviene en curapaligüe, cerrito del Gavilán y en el asalto a talcahuano, donde es herido gravemente. Estuvo después en Cancha rayada y en maipú, haciéndose acreedor a distinciones por su comportamiento. Embarca con el Ejército de los Andes para la liberación del Perú, participa de la segunda campaña de la Sierra; Asiste al Callao y persigue al Ejército realista en su retirada de Lima. Con el Batallón Río de la Plata hace la campaña de puertos intermedios, batiéndose en calana torta y moquegua, en cuya acción cae prisionero, confinado en la isla esteves del titicaca coma hasta el 20/02/1814. Al recuperar la libertad pasa a revistar en la división de los Andes, y al regresar al plata se enrola en el Ejército republicano, participando de ombú, ituzaingó, camacuá y Yerbal. Fallece el 03/05/1841.

Brigadier General Enrique Martinez 

Es otro de los soldados orientales que con merecimientos sobresalientes interviene en la epopeya de la emancipación americana. Ocupa cargos militares de responsabilidad, desempeña funciones civiles, es hombre de consulta de Bolívar en momentos difíciles; soldado leal al pabellón bajo el cual milita.

Nació en Montevideo el 15 de julio de 1779; a los 12 años ingresó como cadete en el regimiento de dragones y como portaguión luchó contra los ingleses en las dos capitales del Plata; se pronuncia por la causa de mayo y es designado capitán del tercer regimiento de caballería creado el 4 de agosto de 1810. 

En 1810 fue uno de los conjurados que asistieron a la casa de Rodríguez Peña, y tuvieron activa participación en los sucesos memorables de aquel año, con Darregueira, Belgrano, Guido, López y otros patriotas

Con el batallón de granaderos participa de la rendición de Montevideo, siendo acreedor a la medalla instituida y a la promoción de sargento mayor.

En 1815 se le destina a cuyo e integra el Ejército de San Martín; en el cruce de los Andes forma parte de la división del coronel Gregorio de las Heras y como su segundo le corresponde el privilegio de mantener el primer choque con el enemigo en potrerillos y casi enseguida en Guardia vieja, posición fortificada que toma a sable y bayoneta. En Chacabuco, mandando el Nro. 8 carga a fondo siendo su Cuerpo el que más bajas sufre, pero colabora decididamente al triunfo, mereciendo especial mención del general en jefe. Interviene también en los combates de Curapaligüe, donde manda el ala izquierda del Ejército, Cerrito del Gavilán y Maipú. San Martín le promueve a coronel graduado O Higgins le designa gobernador militar y político de Talca y Curicó. Ante el grave suceso de la renuncia de San Martín que pone en peligro los planes de liberación del continente, promueve la solución que se asienta en el acta de Rancagua que le mantiene el cargo y puede así embarcar hacia la campaña libertadora del Perú donde sus excepcionales condiciones la reservan cargos de responsabilidad.

La Revista de Rancagua» – Óleo de Juan Manuel Blanes

Participa de la ocupación de Lima y de la rendición del Callao; es designado miembro fundador de la orden del Sol; presidente del departamento de Trujillo donde se consagra la organización de un cuerpo de reserva y como jefe del Estado mayor del Ejército de los Andes participa de la expedición de “puertos intermedios” mandando la vanguardia de Alvarado. Le corresponde el efímero y único triunfo de esta campaña en Calana y por desoír se sus ponderados consejos, los patriotas sufren luego los descalabros de Torata y Moquegua, cuyas consecuencias produce el cambio de Gobierno en Lima. Por acuerdo de los jefes expedicionarios superiores Martín es designado jefe del Ejército Libertador que componen cuerpos de Perú y Colombia con el cual afronta las fuerzas españolas en su intento de recuperación de Lima punto al frente de los batallones “Río de la Plata” y “Rifles” les obliga a repasar el río Lurín; Por esa época es mariscal del Perú.

Conmovido su espíritu por tanto sucesos y su físico por dolencias, renuncia a todos sus cargos y se dirige a Santiago de Chile. Durante su permanencia allí, ya finalizadas las guerras de la emancipación americana, recibe de Buenos Aires el honroso cometido de conducir a ella los restos del famoso regimiento de granaderos, 76 hombres de aquel glorioso cuerpo que tras 9 años de lucha se reintegraba a su patria. No termina aquí aún su intervención en la tarea de moldear un nuevo continente.

Durante la Guerra del Brasil, pasó al ejército de la Banda Oriental, después de la campaña de Ituzaingó, y realizó una campaña en el norte de ese territorio.

Fue designado Comandante del «Primer Cuerpo del Ejército Republicano en operaciones entre la Banda Oriental y el Brasil» en la guerra contra el Imperio desplazando militarmente a las tropas brasileñas de Las Piedras, Yaguarón, Cerro de María, Pintos donde el general Martínez tomó prisionero al legendario guerrillero Juca Teodoro-San Miguel, Potreros y Laguna Merim. Sitió posteriormente Montevideo, pero no consiguió tomar la ciudad.

El 1 de diciembre de 1828 fue el segundo jefe del general Juan Lavalle, durante la revolución que derrocó a Dorrego, y logró la rendición de los ministros Tomás Guido y Juan Ramón Balcarce..

De regreso al Uruguay en 1833, fue ministro de Guerra y Marina (1838-43) del gobierno de Rivera, hallándose entre los jefes vencedores de Cagancha (Ver Cagancha). Durante el «Sitio Grande» (Ver Sitio Grande) fue capitán del Puerto de Montevideo y miembro de la Asamblea de Notables del «Gobierno de la Defensa» (Ver Defensa).

Nuevamente ministro de Guerra y Marina (1853-55), bajo el Triunvirato, y el gobierno de Flores (Ver Flores, Gral. Venancio). Luego del fracasado intento revolucionario de 1858, contra el presidente Pereira (Ver Pereira, Gabriel A.), en el que perdió la vida César Díaz (Ver Díaz, Gral. César), yerno del anciano general Martínez, partió éste a Buenos Aires, donde habría de morir en 1870, a la edad de 81 años

Expresa el doctor Adolfo Saldías en su historia de la Confederación Argentina: “el general Enrique Martínez había sido uno de los jefes más brillantes del Ejército de los Andes punto su audacia y te dice militar valieron el justo renombre en Chile como Perú y en todas las campañas que hicieron las armas argentinas por la independencia de América del Sur. San Martín fue su amigo; Bolívar lo distinguió y arenales coma las Heras y Necochea lo elogiaban, Era un militar de escuela que había cometido empresas difíciles para sentirse con fuerzas cuando quisiera cometer cualquiera de las que le sugieren sus brillos geniales y su marcada predisposición para dominar a los que le rodeaban.

Pasó sus últimos años peleando contra Rosas a las órdenes de Rivera.

Bartolomé Mitre, lo designó padrino de la ceremonia de inauguración del monumento al general San Martín en la plaza que hoy lleva su nombre el 13 de julio de 1862, pronunciando una vibrante arenga. En su vejez escribió sus Memorias, y colaboró con Bartolomé Mitre en su Historia de San Martín

Coronel Jaime Montoro 

Nacido en colonia el 15/01/1793; Se inició joven en la carrera militar y como alférez actúa en las tropas sitiadoras de Montevideo. El 01/10/1814 se incorpora al regimiento de granaderos a caballo y con el Ejército del norte marcha a la campaña del alto Perú, asistiendo a las batallas de paso del marqués, vuelta y media y sipe sipe, replegándose con el Ejército vencido,  a juju. Se integra el Ejército de los Andes y con el regimiento de cazadores acabados participa del triunfo de chacabuco siendo propuesto por San Martín como sargento mayor en mérito a su actuación punto hizo la campaña del sur de Chile; Se halló en la sorpresa de cancha rayada y en la victoria de maipú. En 1819 regresa a Buenos Aires y en 1008 26 incorporó al Ejército republicano, encontrándose en los combates de Ombú, ituzaingó, camacuá y Yerbal. Por su comportamiento en el segundo coma fue reconocido en la orden general como comandante del segundo escuadrón del cuarto de caballería.

Gregorio Sanchez

Hermano de Antonio Saturnino Sánchez nació en el actual departamento de lavalleja 1797 como ingresando como cadete en el cazadores del río de la plata el 11/01/1811; subteniente en mayo de 1809 puntos incorpora las fuerzas americanas en 1812 con que como perdí en el segundo sitio de Montevideo y recibe la condecoración de los que rinden a la ciudad así como su promoción a teniente. Viaja a Buenos Aires y es destinado a la compañía del alto Perú; Pasa al glorioso número 9 de Pagola y No obstante ser herido herido de bala en lucha de guerrillas coma puede intervenir en sipe sipe.

En enero de 1816 se ha destacado en en febrero en guan Calera, pasando a salta con el Ejército auxiliar acantonados en Tucumán y en 1821 se le comisiona para conducir 300 hombres a Lima. Hace la campaña de ica con Juan Pardo de zela; Cumple varias comisiones dedicadas y regresa a la capital peruana por orden de San Martín, incorporándose al Ejército de los Andes 20, interviene en cuartos intermedios. Se le defina luego a las 10:03 minutos de un cuerpo de milicias en Lima; En 1824 regresa a Buenos Aires. Al año siguiente se incorpora al Ejército de observación sobre el río Uruguay 1826 se le promueve a sargento mayor. Fallece en Montevideo en 1841

Francisco Zelada

Meritorio soldado de la situación americana toma más nacido en la colonia del sacramento entre 1784 y 1790. Es muy de 1801 ingresó como cadete en el regimiento de infantería de Buenos Aires, con asiento en Montevideo. Es subteniente en mayo de 1810 y Ayudante Mayor en diciembre de 1811, en Pardos y Morenos. Como ayudante de su compatriota Hilarión de la Quintana asistió al segundo sitio de Montevideo; se batió en el cerrito y penetró en la ciudad rendida con sus galones de capitán.

En septiembre de 1814 marchó con el sector infantería del Ejército del norte haciendo con Rondeau la campaña del alto Perú, interviniendo las acciones Ayohuma y Sipe Sipe; con Belgrano se acantonó en Tucumán.

Ante una solicitud de cooperación de San Martín que se preparaba para liberar Chile,  Belgrano le  envió una partida de 50 infantes de línea al mando de Zelada que lo condujo hasta La Rioja. De acuerdo a las órdenes del general en jefe,  el ya teniente coronel Zelada  invadió el territorio chileno y derrotando partidas enemigas ocupó las localidades Huasco y Copiacó. Por sus acciones en esta campaña mereció los plácemes de San Martín y los premios acordados con el Gobierno de las Provincias Unidas a los vencedores de Chacabuco.

Luego y otros servicios menores falleció en Buenos Aires el 09/07/1863

General Eugenio Garzón

Jefe y amigo de San MartínA person with a beard

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Bizarro oficial que con Ventura Alegre realizara gloriosamente la campaña emancipadora de América, prócer (de siete repúblicas americanas) regresando luego a la patria cargado de medallas y de honores, era también el mismo que, niño aún, jadeante de entusiasmo, con su hermano Félix y llevado del brazo de su madre se presentara en 1811 en el campamento de Artigas a compartir las fatigas de la lucha y desenvainar la espada que sólo había de volver a la vaina después de asegurar la libertad en el campo tendido desde del Plata al Orinoco.

Nace en Montevideo el 06/09/1796; A los 15 años se presenta voluntario a las fuerzas de D. José Artigas; ofrece sus servicios a Rondeau, su jefe en el segundo sitio de Montevideo y en el Cerrito. Con grado de teniente primero se le incorpora al regimiento Nº 9 formado por Manuel Vicente Pagola y hace toda la campaña de 1815 del alto Perú hasta el desastre de Sipe-Sipe. 

Designado ayudante de campo del ilustre jefe, cruza los Andes una vez más para participar de chacabuco, cancha rayada y maipú que da la libertad Chile. En Chacabuco,por su acción descollante,  es promovido a mayor.

Regresando a Mendoza con más incorpora al Ejército auxiliar de Belgrano; El ambiente es allí desfavorable de los orientales a causa de la política federalista de Artigas coma por lo que conjuntamente con otros militares es remitido preso e incomunicado al cuartel general de San Martín que tras acusar recibo los reincorporó a sus fuerzas. Como integrante del Estado mayor general del Ejército de los Andes embarca en el navío San Martín para intentar la liberación del Perú.

En Lima, intervienen las negociaciones de San Martín con el virrey que se resuelve en el armisticio de Punchauca; Garson  es ahora capitán efectivo y ostenta las medallas de Montevideo, chacabuco, maipú y Pasco; Con la creación de la orden del Sol se designa benemérito de la misma.

Marcha con las fuerzas de Santa Cruz a la campaña de Quito e intervienen Pichincha, mereciendo el ascenso a sargento mayor al regresar al Perú se le destina a la guarnición del Callao al frente del segundo de cazadores y actuando como ayudante del Estado mayor con jerarquía de teniente coronel. El 16/05/1823 embarca en la división de Santa Cruz para la tercera campaña de puertos intermedios, encontrándose en Zepita coma donde se distinguió por su bizarro comportamiento que le hace acreedor a especiales testimonios de Bolivar,Santa Cruz y Gamarra. 

Con las fuerzas del general Miller interviene en la jornada de Junín y Ayacucho que pone fin a la emancipación de América.

De la consideración de Bolívar es claro testimonio su designación para pacificar la región de Huancavelica conmovida por sangrientas conmociones indígenas.

Por los días en que el Libertador le promueve a coronel,  llega a Chuquisaca la noticia de la declaración de guerra de la Provincias Unidas al imperio del Brasil, lo que impulsa a Garzón a solicitar licencia para prestar servicios a su tierra natal al dar este paso dice “no tengo otro interés que me anime que el tomar una parte aunque sea pequeña en defender mi patria en la Banda Oriental, cuya suerte no puedo mirar con indiferencia”.

Integró el Ejército Republicano de las Provincias Unidas en la guerra contra el Imperio de Brasil (1826-28) Participó en la victoria de Ituzaingó. Luego fue diputado a la Convención Constituyente uruguaya, y ministro de guerra de los presidentes provisionales Rondeau y Juan Antonio Lavalleja.1

En las luchas civiles posteriores a la independencia  Apoyó a Oribe contra Rivera, pasando a Buenos Aires en 1838. Distanciado de Oribe se unió a Urquiza contra Juan M. de Rosas, gobernador de Buenos Aires.

Celebrada la Paz de 1851 que culmina la Guerra Grande era el hombre destinado a ocupar la presidencia del país cuando lo sorprende la muerte el 10 de diciembre de ese año.

Su servicio como soldado de la emancipación de América totalizaba entonces 12 años y un día.

Estando en 1829 San Martín en Montevideo, el General Eugenio Garzón, tuvo grandes gentilezas con San Martín que había sido su Jefe y amigo.

Como hemos dicho el Ministerio de la Guerra del nuevo Estado Oriental había sido confiado a la pericia del Coronel Eugenio Garzón, habiendo querido el destino que le tocará recibir en su patria al glorioso Jefe bajo cuya dirección había servido en el ejército de los Andes al hacer la campaña de Chile y el Perú. Tenía entonces Garzón 33 años y lucía en su haber las condecoraciones que le acreditaban como héroe de la Independencia de las Provincias Unidas, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador.

Cómo lo sabe el señor Ministro, siendo yo Oficial auxiliar del Ministerio de la Guerra, fui designado ayudante del General San Martín, cuando permaneció en Montevideo y aún tengo bien presente, a pesar de los años, el recuerdo afectuoso de aquella despedida que los orientales le hicieron, habiendo sido yo el último, cumpliendo con mi obligación militar, que abandonara el barco que le condujera a Europa después de recibir el abrazo del glorioso soldado que emocionado abandonaba la patria.

Quedo siempre a órdenes de V. E. a quien Dios guarde. ms. Años. — Hermenegildo de la Fuente.

«Montevideo, Junio 12 de 1907. –Señor don Plácido Abad.

Estando el General Eugenio Garzón muy rendido a los piés de una dama, San Martín, le dijo al pasar:

—Cuidado mi jóven Coronel, con un segundo Sipe-Sipe. 

—Siempre es agradable mi General, ser vencido por una mujer, contestó Garzón. (x)

(x) Esta anécdota histórica fué contada por la ilustre dama oriental María Inés Furriol de Lasala a su

sobrino camal Eugenio Garzón.

Manuel Antonio Artigas

Fue el primero en caer en 1811 junto con Felipe Pereyra Lucena, aunque no formó parte de la campaña de los Andes, Manuel Antonio Artigas, primo de José Gervasio pero merece la pena la mención que con justicia guarda la pirámide de mayo en Buenos Aires. 

Una placa en la Pirámide de Mayo los recuerda sin más datos. Estos hombres fueron los primeros oficiales muertos en combate por la Patria en 1811.

Manuel Antonio Artigas durante la Revolución de Mayo participó en el grupo de “chisperos” de French y Beruti. Como Capitán del Ejército de Manuel Belgrano a la Expedición al Paraguay y ascendido a Comandante durante ésta fue herido de gravedad en la batalla de San José (25.Abr.1811) falleciendo un mes después a resultas de las heridas a los 33 años.

Juan Francisco Martinez (Capellán)

Presbítero, poeta y escritor

Autor de la primera obra dramática escrita por un hijo del país: «La lealtad más acendrada, o Buenos Aires vengada», en que se celebra la victoriosa Reconquista de Buenos Aires (Ver Reconquista), de manos de los ingleses (1806). Escribió también la poesía titulada «Canción de despedida del Regimiento número 9, en su partida al Perú, en el año 1814», cuerpo integrado casi enteramente por orientales (Ver Regimiento Nº 9), y del que fue nombrado capellán.

Hacia 1814 ofició de capellán del 9.º regimiento en una de las Expediciones Auxiliadoras al Alto Perú.

Fransisco Xavier de Viana 

Hijo del primer gobernador de Montevideo nació en esta ciudad el 03/12/1764. antes de los 10 años fue enviado a estudiar a España,ingresando  en el Real Colegio de guardiamarinas, haciendo brillante carrera en la Armada española. Participa, a pesar de su baja jerarquía en la expedición político científica de Alejandro Malaspina. A su solicitud, siendo ya capitán de corbeta, se lo agrega al apostadero de Montevideo. En un primer momento sostiene la causa realista, pero se pronuncia pronto por los patriotas; intervienen en el segundo sitio de Montevideo y en la batalla del Cerrito. En junio de 1813 es designado gobernador intendente de Córdoba donde, entre otras iniciativas, favorece la creación de una fábrica de armas y la fundación de escuelas. El director Posadas lo nombró Ministro de guerra,  desde cuyo cargo favorece decididamente la creación de la fuerza naval como indispensable para arrebatar a los españoles su superioridad en las aguas. Apoyó asimismo la creación de fuerzas auxiliares argentinas destacadas en Chile a las órdenes de Marcos Balcarse y Juan Gregorio de las Heras. Manteniendo su alta jerarquía ministerial con Alvear, prestó todo su apoyo a la formación del Ejército de los Andes. Cae con este director siendo confinado por cuatro años en Chascomús, cesando luego en toda actividad política militar. Fallece en Montevideo el 05/03/1820

Capitán de fragata D. Francisco Xavier de Viana y Alzaibar desde el 17 de marzo de 1798 a los primeros días de abril de 1799. Fue gobernador de las islas Malvinas.

Los hechos concretos son que los pasajeros de la fragata George Canning, San Martín, Alvear, Vera, Arellano, Holmberg, Zapiola, son incorporados a los ejércitos patriotas por gestión de Viana. Está tras de la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo, así como de toda la organización de los ejércitos, de su logística en general, de la gestión del personal militar: nombramientos, ascensos, traslados, remuneraciones, bajas, premios. De la provisión del armamento menor y mayor, artillería, munición; de la instalación de fábricas militares tanto de armas como de pólvora. Del transporte y desplazamiento de tropas. De la caballada. De la alimentación de hombres y caballos. De la provisión de uniformes. Y de presupuestar, distribuir y obtener los recursos para todas las operaciones militares. Durante su jefatura del Ejército Belgrano vence en Salta y Tucumán. San Martín lo hace en San Lorenzo. Viana es responsable de los sitios de Montevideo. La victoria del Cerrito se obtiene estando él en el mando in situ. La estrategia sobre el desplazamiento final de los españoles del gobierno de Montevideo por Alvear, para después –con los recursos obtenidos- iniciar la tercera campaña al Alto Perú, se establece cuando Viana es el Secretario de Guerra y Marina. La formación de la primera armada patriota ocurre bajo su responsabilidad. La selección, compra y armado de los navíos, la contratación de los mandos navales y la marinería también. Cuando Viana es ministro, la flota obtiene las victorias de Martín García y de Montevideo y Alvear rinde a esta ciudad.

Viana es el autor de un plan para defender el Río de la Plata cuando sobreviene la amenaza de un poderoso ejército español. Es defensor insospechado de la unidad de las Provincias. En su exilio de Chascomús esboza uno de los primeros planes de ampliar las fronteras sud-occidentales del país. Es quien instruye a Fructuoso Ribera sobre cómo enfrentar a los invasores portugueses de la provincia Oriental.

Capitán Bermúdez y Ramón Anador caídos en el El combate de San Lorenzo (3 de febrero de 1813)

Cap. Justo Germán Bermúdez

En el fragor del combate mientras San Martín estaba caído debajo del caballo y Cabral y Baigorria lo ayudaban, Bermúdez tomó el mando y se puso al frente de batalla

«Bermúdez es el granadero a quien San Martín le confía una de las dos alas en las que había dividido su tropa. El general le ordena que cuando lleguen al medio del campo de batalla inicien el ataque; pero a Bermúdez se le hizo más larga la vuelta y no llegó a enfrentarse en el mismo momento que su jefe», explicó.

En el fragor del combate y al ver a San Martín caído debajo del caballo, detalló, «las tropas empiezan a dispersarse al no encontrar a quién seguir. Ahí Bermúdez toma el mando y se pone al frente del ataque, mientras Cabral y Baigorria ayudaban al Libertador».

Durante esa toma del mando Bermúdez «fue gravemente herido en una pierna» y según la tradición oral, de boca de los franciscanos, aún así «se sentía culpable de no haber podido cumplir» la orden de atacar al mismo tiempo que San Martín a los realistas.

Gaitán de Cucit dijo que Bermúdez perdió una de sus piernas y murió catorce días después del combate de San Lorenzo.

Bermúdez «estuvo alojado en uno de los dormitorios de los sacerdotes del convento y no fue llevado a Buenos Aires, junto con otros heridos» por su grave estado, relató.

«Yo rescato la figura de este hombre y la relevancia de su acción heroica, tanto o más que la de Cabral y Baigorria. Por ahí la historia no lo ubica en el lugar que merece. No es poca cosa reagrupar la tropa y salir a enfrentar al enemigo con su jefe tendido en el piso», afirmó la historiadora.

Los granaderos «no tenían experiencia ni formación militar y era su primer combate: sólo eran jóvenes y heroicos», dijo, por lo que cobra mayor relevancia la acción de Bermúdez «al asumir la jefatura de la tropa en un momento crucial de la batalla».

El historiador rosarino Plácido Grela dijo del capitán Bermúdez: «Puso su espada al servicio de una causa: la de la patria. Sirvió un alto ideal: la emancipación americana. Su lucha, al igual que la de todos los valientes soldados y civiles que sirvieron las doctrinas democráticas de Mayo, es digna de ejemplo permanente».

Cabo Ramón Anador

Soldado a las órdenes de San Martín, peleó y murió heroicamente en el combate de san lorenzo

Artigas y San Martín

El Libertador escribió a José Artigas en estos términos: «Mi más apreciable paisano y señor: no puedo ni debo analizar las causas de esta guerra entre hermanos. Y lo más sensible es que siendo todos de iguales opiniones en sus principios, es decir, de la emancipación e independencia absoluta de la España. Pero sean cuales fueran las causas, creo que debemos cortar toda diferencia y dedicarnos a la destrucción de nuestros enemigos, los españoles, quedándonos tiempo para transar nuestras desavenencias como nos acomode, sin que haya un tercero en discordia que pueda aprovecharse de estas críticas circunstancias. Cada gota de sangre americana que se vierte por nuestros disgustos me llega al corazón. No tengo más pretensión que la felicidad de la Patria; en el momento en que ésta se vea libre renunciaré al empleo que obtenga para retirarme, teniendo el consuelo de ver a mis conciudadanos libres e independientes...». (José de San Martín). 13 de marzo de 1819 

No, el general San Martín jamás derramará la sangre de sus compatriotas y sólo desenvainará la espada contra los enemigos de la independencia de Sudamérica”. El texto anterior forma parte de la proclama que San Martín dirigió el 22 de julio de 1820, desde Chile, a los habitantes rioplatenses, días antes de emprender la expedición al Perú.

Por otra parte Artigas tuvo durante toda su vida y aún mismo en el curso de su actuación militar verdadera simpatía por la figura de San Martín considerándolo fiel en la balanza política si ante él se medían los actos de su vida con los de sus irreconciliables enemigos.

Le batió dianas desde su campamento a los triunfos que el capitán de los Andes cosechará en las quebradas de Chacabuco y Maipo y ya antes de entonces le había saludado por intermedio de su propio hermano Manuel Francisco Artigas cuando aquel diera el combate de San Lorenzo donde rindieron la vida dos soldados orientales formados al lado de su primo el héroe de Tacuarí y San José: Justo Germán Bermudez, noble hijo de la ciudad maragata y Ramón Anador el valiente cadete de Montevideo.

San Martín arribada, pues, el pueblo que le profesaba verdadera simpatía en momentos que si bien eran de intensa agitación política por los sucesos dolorosos ocurridos en Buenos Aires eran sin embargo de evidente regocijo por la consolidación de la independencia nacional.

El 13 de febrero de 1829 entró, pues, al puerto de la ciudad que fundara Zabala el buque que traía tan ilustre visitante. Era un día viernes, de pleno verano en que las brisas bo- nanciles del mar hacen realmente agradable la permanencia en Montevideo. Plácido Abad, El General San Martín en Montevideo 1829, Montevideo Peña, Edición 1928.

San Martín y el Uruguay

¿Quién fue o quién es San Martín para el pueblo oriental?

Plaza Soldados Orientales de San Martín, Montevideo

“José de San Martín es también nuestro; su espíritu está poderosamente vinculado y agradecido a los orientales por algo tan perdurable como el lauro inmortal de la guerra: por el reconocimiento profundo de nuestra sincera simpatía demostrada hacia él en horas crueles y manifestada abiertamente en momentos de dura incertidumbre.

Ofrezco estas páginas sin otra pretensión que la de ver realizada una patriótica aspiración y por si de algo pueden servir para vincular aún más a los pueblos hermanos del Río de la Plata. Montevideo, Febrero de 1924. “

Plácido Abad, El General San Martín en Montevideo 1829, Montevideo Peña, Edición 1928 Hnos.—Impresores

Una unidad militar del Ejército Nacional (del Uruguay) lleva el nombre de Brigada «Gral. José de San Martín» de Infantería N° 2 del dpto. de Colonia, recordando la hermandad con la Argentina como reza los fundamentos del nombre y alude a esa frase de San Martín de no usar su sable en luchas entre hermanos en su carta a Artigas.

San Martín en Montevideo

La primera vez fue a fines de 1783, el 6 de diciembre, con todos sus familiares, en plena infancia, un niño, con cinco años de edad, embarca en la Santa Balbina surto en la bahía de Montevideo, rumbo a su destino militar en España.

La segunda vez: en 1824 camino a Europa, existe la versión que durante la recalada en Montevideo, el Libertador bajó a tierra, permaneciendo su pequeña a bordo, arribando al Havre el 23 de abril de 1824, de paso a Inglaterra.

La tercera que no fue la vencida llegó a Montevideo el 12 o 14 de febrero de 1829, dos meses y 20 días después de su arribo a Montevideo regresa a Falmounth en el paquete (barco correo) SMP Lady Wellington. Tenía 48 años.

La última vez con motivo de la repatriación de sus restos. Arribó a Montevideo a las 18 horas del 17 de mayo de 1880. A pedido del gobierno del Uruguay presidido por Francisco Antonino Vidal Silva se desembarcó el féretro rindiéndosele honores en la Catedral de Montevideo.

Orientales, la Patria o la Tumba, Libertad o con Gloria morir! 

 ¡Es el voto que el alma pronuncia,Y que heroicos SUPIERON cumplir! 

Fuentes consultada

Los Orientales en la emancipación americana, Homero Martinez Montero, Centro Militar, Montevideo 1982 

Departamento de estudios Históricos de EME (Uruguay)

Orientales en la emancipación americana,  Aníbal Barrios Pintos, Washington Reyes Abadie

Fundación Beisso-Fleurquin, 1981

Orientales en la emancipación americana Casaballe Basterech,  Luis Albert Casaballe Basterech,    ISBN: 100726392,  Editorial: Luis A. Retta Libros, S.A. Fecha de la edición: 2003. Lugar de la edición: Asunción (Paraguay). Paraguay. 

Alfredo C. Castellanos & Antonio Mena Segarra, “Nomenclatura de Montevideo y actualización, por Alfredo C. Castellanos y Antonio Mena Segarra,” Publicaciones Periódicas del Uruguay, accedida October 8, 2022, https://biblioteca.periodicas.edu.uy/items/show/3151.

Walter Rela. Uruguay: cronología histórica documentada, ISBN 088354010X, 9780883540107

Editor    Norman Ross Pub., 2000.

Plácido Abad, El General SAN MARTÍN EN MONTEVIDEO 1829, Montevideo, Peña, 1928 Hnos.—Impresores

JUAN J. FERNÁNDEZ PARÉS, EL GENERAL JOSÉ DE SAN MARTÍN Y SUS OPORTUNIDADES DE ARRIBO A MONTEVIDEO

Orientales en la emancipación americana, Autores:    Aníbal BARRIOS PINTOS (1918-2011) (autor) ; Washington REYES ABADIE (autor)  Lugar-Editorial-Fecha:    Montevideo : [S.N.], 1981

https://pmb.parlamento.gub.uy/pmb/opac_css/index.php?lvl=notice_display&id=77235

Los restos del General San Martín en Montevideo, Instituto Nacional Sanmartiniano. 2019

https://sanmartiniano.cultura.gob.ar/noticia/los-restos-del-general-san-martin-en-montevideo/

San Martin. El Combate de San Lorenzo | Documental | Encuentro

El Santo de la Espada Fragmento 

Composición del ejército de los Andes

Heroes del Río de la Plata

Junio mes de la Bandera

Por Carlos Emilio Biscay

José Artigas (Montevideo, 19 de junio de 1764 – 23 de septiembre de 1850), Manuel Belgrano (Buenos Aires, 3 de junio de 1770-ibidem, 20 de junio de 1820) y Martín Miguel de Güemes (Salta, 8 de febrero de 1785 – Salta, 17 de junio de 1821).

Artigas
Belgrano

Junio trae un fin de semana largo en la ribera occidental del Plata y tres grandes efemérides. Un natalicio y dos fallecimientos o paso a la inmortalidad. Artigas se lo recuerda en especial en Uruguay y  algunas provincias argentinas que formaron parte de la Liga de los Pueblos Libres,  mientras que Belgrano y Güemes tienen una efemérides nacional en Argentina y son poco conocidos en el Uruguay. El 19 de junio con Artigas se conmemora el día de la Bandera en Uruguay y en la Provincia de Entre Ríos, el 20 la memoria de Belgrano hará lo propio en la Argentina.  Los tres son héroes del Río de la Plata, sus contribuciones a la Patria en los albores de nuestra independencia trascienden a las dos Repúblicas actuales. 

Todos se conocieron y trataron. Artigas y Güemes desarrollan verdaderas vidas paralelas:  eran caudillos federales que tuvieron que enfrentarse al norte, con los portugueses el primero, con los españoles el segundo; ambos con Buenos Aires al sur y como a veces pasa, hasta con algunos de sus compatriotas que conspiraron hasta matarlo a uno: Güemes cuyas últimas palabras antes de fallecer fueron «Voy a dejarlos, pero me voy tranquilo, porque sé que tras de mí quedan ustedes, que sabrán defender la Patria con el valor del que han dado pruebas”, mientras que para Artigas fue la traición y el exilio obligado en Paraguay. Cuando fue invitado a volver a la joven República Oriental negándose dijo: «yo ya no tengo Patria«.

Belgrano va a morir enfermo y en la pobreza en Buenos Aires, su muerte va a transitar el mismo día en que nos debatimos en la anarquía. Aquel hombre que siendo un civil se había puesto el uniforme de militar y había ido a luchar por el sueño de mayo, no fue ajeno en sus últimos momentos a la desdicha de ver que todo se perdía y en su último suspiró exclamó  ¡Ay, Patria mía!…

Belgrano fue el “amado Jefe” para Artigas en su “Proclama de Mercedes” en la Banda Oriental dando inicio a la campaña que terminó con la Batalla de las Piedras. De Artigas a Güemes tenemos una carta del  5 de febrero de 1816 y entre los párrafos les expresa: Estoy informado de su carácter y decisión y ello me empeña a dirigir a Ud. mis esfuerzos por este deber: Contener al enemigo después de la desgracia de Sipe-Sipe debe ser nuestro principal objeto. Por acá no hacemos menos esfuerzos por contener las miras de Portugal. Este gobierno rodeado de intrigantes duplica sus tentativas pero halla en nuestros pechos la barrera impenetrable. La fría indiferencia de Buenos Aires y sus agentes en aquella corte me confirma de su debilidad. Nada tenemos que esperar sino de nosotros mismos. Por lo tanto es forzoso que nuestros esfuerzos sean vigorosos y que, reconcentrado el Oriente, obre con todos sus recursos.”

Hubo algo común a los tres y que aún perdura flameando “alta en el cielo” como “un águila guerra”. El día 27 de febrero de 1812 Manuel Belgrano decide inaugurar las baterías ·”Libertad e Independencia” donde hoy se ubica el Monumento Histórico Nacional a la Bandera a orillas del Paraná”. Como se encuentra con la necesidad de enarbolar bandera, escribe un oficio al gobierno diciéndole: siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola la mandé a hacer blanca y celeste conforme los colores de la escarapela nacional. Además de esto, Belgrano hace un discurso a toda la tropa en los términos que les dice:

“Soldados de la patria juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores y la América del Sur será el templo de la independencia, de la unión y de la libertad. En fe de que así lo juráis decid conmigo Viva la Patria”.

Estas baterías fueron un esfuerzo por contener el paso de los navíos realistas por el río Paraná que saqueaban las poblaciones ribereñas para abastecer a Montevideo que estaba sitiada por las fuerzas criollas al mando de Artigas.

Las actuales Repúblicas del Plata siguen enarbolando esos colores con los matices que les ha dado la historia y las telas disponibles. Basándose en la bandera creada por Belgrano, Artigas le agregó por 1815 dos bandas rojas o una sola en diagonal y se convierte así en la bandera de la Provincia Oriental. Actualmente esta bandera y alguna de sus variantes sigue flameando en la República Oriental del Uruguay y en algunas Provincias argentinas al lado de las respectivas nacionales.

Bandera Federal de Artigas o de los Pueblos Libres

Podría parecer, por el desenlace de estos hombres, la imagen de tres derrotados. Uno murió asesinado, el otro enfermo y el tercero debió exiliarse, pero nada más lejos de esto. Realizaron aquella máxima del Evangelio: “si el grano de trigo al caer en tierra no muere, queda él solo; pero si muere, da abundante cosecha”.

Renovemos por ellos el juramento de fidelidad a nuestra Bandera acariciada por el pampero, símbolo de las cosas que valen la pena vivir. Imitemos sus virtudes de amor a la Patria, abnegación y fortaleza antes las dificultades, para que sus sacrificios no hayan sido en vano y la cosecha sea abundante.

Canciones y Marchas alusivas a las efemérides

Saludo a la Bandera (Ar).Fabiana Cantilo

Canción a la Bandera Uruguaya (Uy). Daniel Deniesse.

Marcha Mi Bandera – (Uy)

Marcha Mi Bandera – (Ar)

Homenaje a Martin M. de Güemes (Ar) – Jorge Cafrune

A Don José, (Uy) Alfredo Zitarrosa

Zamba al General Belgrano  (Ar) Sebastián Matthews

25 de mayo de 1810 en el Río de la Plata – desde una perspectiva oriental –

El 25 de mayo de 1810 es la fecha de inicio del proceso revolucionario en el Virreinato del Río de la Plata en donde ilustres orientales van a participar como el General Manuel Correa de San Carlos, otro hombre de San Carlos, Joaquín Campana, fue secretario de Cornelio Saavedra en la Primera Junta y el montevideano Manuel Antonio Artigas primo de josé Artigas, como uno de los chisperos  que lideraban Domingo French y Antonio Luis Beruti y luego ambos acompañando a Manuel Belgrano en su periplo por Paraguay y la propia campaña a la Banda Oriental donde encuentra la muerte en la batalla de San José, siendo uno de los primeros muertos por la Patria cuyo homenaje continúa en la Pirámide Mayo en Buenos Aires. «Los Chisperos», que era una importante fuerza de choque de 500 jinetes.  En la jerga popular, se los llamaba  «los chisperos», por los fusiles a chispa que usaban. Según las crónicas de la época, en los días previos al 25 de mayo recorrían la ciudad con antorchas » atemorizando a muchos y ganándose el odio de los partidarios del virrey», este grupo fue el que más presión hizo contra los cabildantes partidarios de Cisneros.

Manuel Belgrano estimaba en sumo grado la capacidad y entrega de  Manuel Artigas. En carta de uno de los vecinos don Daniel Wilson, dirigida a Atanasio Rodrigues y publicada en la Gaceta, cuando la toma de Maldonado, Rocha y Pando:

«El patriota Manuel Artigas solo bastaría para acabar la guerra en poco tiempo. De todos los jefes de las milicias sublevados que entonces secundaban a la junta Gubernativa, Manuel Artigas era el único encuadrado en los lineamientos de un militar de esperanza y de un patriota de miras elevadas. Desgraciadamente fue el primero de los revolucionarios de Mayo que dio a su causa el sacrificio de su vida, cayendo moribundo en el asalto a San José que él dirigía» 1

Desde el primer aniversario de la Revolución de Mayo (1811) se comenzó a festejar en el Plata. “En esa oportunidad, el hecho destacado lo protagonizó una comparsa que interpretó, por la ciudad y sus alrededores, varios melodramas durante tres días seguidos. La fiesta comenzó el 25 y se extendió hasta el 27, aunque sus coletazos se sintieron aún varios días después. Ese mismo año, se inauguraba la primitiva pirámide en la plaza de la Victoria. Pero sería recién en 1813 la primera celebración oficial de las fiestas mayas. Fueron declaradas fiestas cívicas por la Asamblea de Buenos Aires, y se estableció su extensión desde el 23 hasta el 26 de mayo. A partir de allí, constituirán una de las recreaciones más importantes de la población.” 2

Las fiestas mayas seguirán creciendo a través de los años con juegos populares, fuegos artificiales, desfiles y oficios religiosos. 

“El poeta oriental Bartolomé Hidalgo dice que las fiestas de 1822 fueron más fastuosas que las anteriores. Cuenta que los escolares, vestidos de azul y blanco, recitaban relaciones que hacían contrapunto con él, y que existió música y fuegos artificiales. Y sigue, “desde la madrugada se apretuja el gentío: los bancos están llenos ‘de puro mujererío’.” (…) Más tarde, entran los soldados a la Plaza. Se instalan entre el Fuerte y la Catedral. A las 11 de la mañana -costumbre que continúa-, sale el gobierno en pleno para oír el Te Deum.

Los doctores, los escribanos, la escolta a caballo, acompañan al gobernador Martín Rodríguez.” 3

El 25 de mayo es sin duda alguna la fecha clave, nada será igual después de ella.  La adhesión de las provincias y en especial la de Banda Oriental fue ferviente y contundente. Artigas cuenta los años desde ese momento que podemos ver por ejemplo en la Carta que le manda a Güemes: “5 de febrero de 1816 – José Gervasio Artigas – Año 7 de nuestra Regeneración. “  4

Las controversias de los Orientales sobre las fechas patrias

Me ha parecido interesante repasar estas controversias aún existentes porque extrae de los argumentos interesantes reflexiones. 

Las miradas de corte localista en ambas márgenes ha ido cambiando la esencia del recuerdo de esos hechos y me uno a la opinion de Tomas Sansón Corbo que afirma que: “…las interpretaciones sobre la Revolución de Mayo elaboradas por los autores más representativos de la escuela tradicional de orientación nacionalista, organizaron una narración localista, autosustentable y prescindente de factores exógenos . “ 5

La más antigua que he encontrado data de 1816 en el folleto que contiene el discurso pronunciado por Dámaso Antonio Larrañaga en la inauguración de la primera biblioteca de Montevideo en el marco de los festejos de las Fiestas Mayas 25/27 de Mayo. 

“Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810” en Buenos Aires. Óleo sobre tela. Autor: Juan Manuel Blanes (1830-1901) – 1870. Colección Museo Histórico Nacional. Argentina.

“Y para vosotras Provincias Unidas del Río de la Plata, ¿ha sido acaso Mayo menos feliz? Díganlo las fiestas presentes y públicos regocijos, en que transportados de alegría celebráis el VEINTE Y CINCO DE MAYO de 1810 en que la América del Sud se gloría haber proclamado sus derechos. Celebrese en horabuena; pero faltaba en el concepto de algunos para vosotros, dignos ORIENTALES, un acontecimiento más memorable para acabaros de decir á la celebración de un día tan plausible en todas estas provincias. No sé que choque o divergencia de opiniones notaba en vosotros á cerca de este gran día. Hay quien con un ojo de indignación miraba el veinte y cinco de Mayo, como un día de la usurpación de vuestra gloria. ¿Que se ha hecho, decían, en este día que ya anticipadamente no lo había hecho esta ilustre ciudad el 21 de septiembre de 1808? Montevideo fue el primer pueblo de la América del Sud que proclamó sus derechos, formó su junta y se puso al nivel de todos los pueblos de Europa.  Eso decían unos, no sé, si llevados de una noble emulación, o de una ingenuidad inocente; pero otros arrebatados de su marcial orgullo, querían que celebrásemos solamente el 18 de mayo de 1811, día memorable por la acción de las Piedras, victoria la más decidida, dirigida por el nuevo Washington, que aún tan gloriosamente nos preside en esta larga lucha.

Pero hoy deben cesar ya estas tan odiosas discordias, y Minerva viene a reunimos a todos en la celebración de este gran día. De hoy en adelante deben formar época también para vosotros las Fiestas Mayas. La apertura de esta BIBLIOTECA PÚBLICA, como una parte de vuestras fiestas, eleva este pueblo á un rango tan alto de gloria que tiene muy pocos exemplares en la historia literaria de las naciones.”

Escudo que parece en el folleto mencionado de 1816

Con el advenimiento de la República Oriental del Uruguay en 1828, el 25 de mayo siguió siendo una fecha patria al punto que por ley desde 1831 hasta 1933 era feriado con el nombre «Día de América». 6

Al respecto Ana Frega (7) escribe: “En 1832 la Cámara de Representantes trató una moción presentada dos años atrás por la Asamblea Constituyente para que se declarara el aniversario de la jura de la constitución como “la primera fiesta cívica de la República”. Se fundamentaba la elección en que “las garantías constitucionales” eran “la primera, la más noble y necesaria aspiración de las sociedades civilizadas.” También se planteaba festejar el 25 de mayo, “que hace comunes a esta República las glorias adquiridas en la emancipación de las Provincias del Río de la Plata, y en que han tenido tan notable parte estos Pueblos.”(8).  El proyecto finalmente fue  aprobado el 17 de mayo de 1834.

Julio María Sanguinetti y en los aprestos del bicentenario va a decir a recordar: “Nuestra primera ley fue de 17 de mayo de 1834 y estableció que el aniversario de la Jura de la Constitución es la «única gran fiesta cívica de la República». La norma legal no hablaba de la «independencia», ubicada temporalmente en el propio texto de la Constitución de 1830 en la Convención Preliminar de Paz de 1828. La gran fiesta se celebraría cada cuatro años y habría dos fiestas ordinarias: el 25 de mayo y el 18 de julio, más dos medias fiestas: el 20 de febrero (batalla de Ituzaingó) y el 4 de octubre (canje de ratificaciones de la Convención Preliminar). Como se ve, de las cuatro fechas que consideraban fundamentales los hombres de la fundación de nuestra República sólo sobrevive una…

Pasada la primera generación de la independencia, 26 años después, la ley de 10 de mayo de 1860, declaró «días de fiesta civil el 25 de agosto, 25 de mayo y 18 de julio». «El aniversario del 25 de agosto de 1825 es la gran fiesta de la República». La tal gran fiesta se celebraría cada cuatro años, mientras que serían fiestas ordinarias, el 25 de agosto, el 25 de mayo y el 18 de julio.” 9

En un evento en Buenos Aires el Presidente Tabaré Vazques afirmó al recordar el 25 de mayo de 1810: «La libertad y la independencia no son piezas de museo, sino desafíos sociales permanentes…

«El 25 de mayo es para nosotros una fecha especialmente significativa, porque indica un nuevo aniversario del pronunciamiento del Cabildo de Buenos Aires, que marcó el inicio de la gesta independentista de las colonias españolas del Río de la Plata». 10

Desde 2010 se han comenzado a vivir en Hisponamèrica una serie de festejos y conmemoraciones en torno al bicentenario de algunos de los acontecimientos más importantes. Uruguay no fue una excepción

El 19 de junio de 2009, el Presidente de la República, Dr. Tabaré Vázquez, anunció la presentación de un proyecto de ley declarando el 2011 como “Año del Bicentenario del Proceso de Emancipación y Autodeterminación”. La fundamentación de motivos señaló que se procuraba “la conciliación entre las que pueden llamarse fechas míticas y las que resultarían de un análisis histórico fundado en bases que no pagasen tributo a la tradición o a los sentimientos sacralizados.” A pesar de lo anterior, el planteo era tributario de la tesis nacionalista al afirmar que “los acontecimientos de 1811 son típica y esencialmente orientales y artiguistas.” (11) Al culminar el periodo de gobierno del Dr. Vázquez, el proyecto solo había recibido media sanción legislativa. A comienzos del año siguiente se incorporó en la discusión una iniciativa para declarar feriado laborable el 25 de mayo de 2010. La propuesta no aludía solamente a razones históricas, sino fundamentalmente era presentada como un gesto político para mejorar las relaciones con Argentina. (12) En el trámite parlamentario fue incorporada al proyecto sobre la celebración del bicentenario, al que se le introdujeron modificaciones. Entre ellas, la referencia al “proceso de independencia del Río de la Plata” y el señalamiento de que la Comisión a crearse actuaría en el periodo 2010-2015, con el cometido de planificar “las actividades de conmemoración y celebración de los principales hechos históricos del proceso revolucionario e independentista, en la etapa comprendida entre 1810, inicio de la Revolución en el Río de la Plata y 1815, año de la mayor expansión del proyecto impulsado por José Artigas en la Provincia Oriental y en el Sistema de los Pueblos Libres.” En la Cámara de Diputados se hicieron nuevas modificaciones, indicando que se trataba del proceso de “Nuestra Emancipación”, y la disposición sobre el 25 de mayo quedó reducida a las “actividades evocativas y conmemorativas” que pudieran organizarse en “las distintas instituciones y organismos estatales”. Tras algunas enmiendas que hicieron que el proyecto debiera ser tratado dos veces en cada cámara, fue finalmente aprobado en agosto de 2010. El artículo referido al 25 de mayo se suprimió por haber pasado la fecha. Los legisladores expresaron la importancia de que una ley como ésta, que apuntaba a la unión de todos los uruguayos, obtuviera respaldo unánime. 13

Ana Frega escribe: “Luego de un arduo, debatido y lento trámite parlamentario iniciado en julio de 2009 y concluido el 4 de agosto de 2010, el Parlamento aprobó la Ley Nº 18.677, titulada Año de celebración del Bicentenario del proceso de emancipación oriental, la que fue promulgada por el Poder Ejecutivo el 13 de agosto del mismo año.

La lentitud fue tal que la iniciativa se inició en una legislatura y terminó de concretarse –con cambios significativos– en la otra. De ese modo, el proyecto de ley en su versión final debió suprimir “por estar ordenando una conducta hacia el pasado” uno de sus artículos, que hacía referencia expresa a la organización de actos y actividades en relación con el 25 de mayo de 2010. De todos modos, el texto final de la ley se refirió a la planificación de actividades para el lustro 2010-2015. Cfr. “Versión taquigráfica de la sesión del 9 de junio de 2010” de la Comisión de Educación y Cultura de la Cámara de Senadores.“Celebración del Bicentenario del proceso de nuestra emancipación”. Disponívle em <www.parlamento.gub.uy>. Acesso em: 05 ago. 2013”. 14

Volver al espíritu del  25 de mayo

El 25 de Mayo fué un antes y un después en la historia de nuestras actuales Repúblicas. Había concluido un régimen que nos había regido por 300 años. Nada volverá a ser como antes. Fue además la única revolución exitosa de la América hispana. Por eso vale festejarlas en memoria de las Glorias adquiridas en las luchas por la emancipación de América del Sur. Es de todos y no es propiedad de ninguna parte. Glorias que son nuestras y que están más allá de las actuales demarcaciones territoriales. Los habitantes de estas tierras pelearon hermanados sin distinciones. Cada pueblo, cada ciudad tiene una calle: “25 de mayo” que como un grito reclama el recuerdo a la llama que prendió el fuego de nuestras independencias.

El conocido historiador uruguayo Leo Borges en una columna televisiva «Buen día Uruguay» afirma justamente que el 25 de mayo «deberia ser una fecha patria para el Uruguay, porque es el inicio de la Junta Grande, es el primer grito de «libertad» de lo que es el Virreynato del Rio de la Plata…»

Volvamos a festejar el 25 de Mayo, como Artigas, San Martín, Belgrano, Lavalleja, Güemes y Rivera. En todo lugar del territorio de nuestras Repúblicas del Plata sigue flameando en nuestros pabellones y grabado en nuestros escudos el fulguroso sol incaico (15) de mayo de los aniversarios de nuestra regeneración, para recordarnos de dónde venimos para ser libres e independientes.

¡Viva la Patria!

Notas

  1. Moroy, Manuel Antonio Artigas, héroe de las dos bandas. El País
  2. Instituto histórico de la ciudad de Buenos Aires. Fiestas para la Libertad. Mayo 2001
  3. Ibid
  4. Carta de Artigas a Güemes donde expone sus diferencias con los porteños.
  5.  La Revolución de Mayo de 1810 en la historiografía uruguaya de orientación nacionalista.
  6. Días feriados de Uruguay
  7.  Ana Frega, El Bicentenario en Uruguay: apuntes para un nuevo debate
  8. Diario de Sesiones de la H. Cámara de Representantes, Tomo I. Años 1830-33. Sesión del 11 de mayo de 1832, [pág.] 445-448. En esa ocasión se fijaban dos “medias fiestas” conmemorando dos batallas en la lucha contra el Imperio de Brasil: 20 de febrero (Ituzaingó) y 12 de octubre (Sarandí).
  9. Propuesta de Julio María Sanguinetti para cambiar el día de conmemoración de la fiesta nacional
  10. El Observador 11 de abril de 2011 “Este artículo lo puede ver en este link: «Libertad e independencia son desafíos permanentes», según Vázquez” y http://archivo.presidencia.gub.uy/_web/noticias/2005/05/2005052504.htm
  11. Citado por Ana Frega en el “Bicentenarios en Uruguay, apuntes para un nuevo debate”, Exposición de motivos y proyecto de ley fechado el 3 de julio de 2009. Documento EC/1265.Acceso por: http://www.presidencia.gub.uy  Cabe señalar que el Dr. Vázquez, de la coalición de izquierda Frente Amplio, había asumido la presidencia en 2005
  12. Citado por Ana Frega en “Bicentenarios en Uruguay, apuntes para un nuevo debate”, Proyecto de ley presentado por los senadores colorados Pedro Bordaberry y Ope Pasquet. Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores, Tomo 468, Sesión de 18 de febrero de 2010. Acceso por: http://www.parlamento.gub.uy/htmlstat/sesiones/pdfs/senado/20100218s0002.pdf
  13. Ana Frega, El Bicentenario en Uruguay: apuntes para un nuevo debate
  14. Ana Frega, Memoria e Historiografía en torno a las Instrucciones Orientales de 1813
  15. Estación del Sol de Mayo, Casa Rosada, 2017

Bibliografía Consultada

Tomás Sansón Corbo, La Revolución de Mayo de 1810 en la historiografía uruguaya de orientación nacionalista. Anuario del Instituto de Historia Argentina, 2010, nº 10, p. 87-106. ISSN 2314-257X,  Universidad Nacional de La Plata.

Estación del Sol de Mayo, Casa Rosada, 2017 

Ana Frega, El Bicentenario en Uruguay: apuntes para un nuevo debate

Ana Frega, Memoria e Historiografía en torno a las Instrucciones Orientales de 1813

Propuesta de Julio María Sanguinetti para cambiar el día de conmemoración de la fiesta nacional

El Observador,: «Libertad e independencia son desafíos permanentes», según Vázquez y en el archivo de la presidencia del Uruguay. (2011)

Moroy, Manuel Antonio Artigas, héroe de las dos bandas. El País

Instituto histórico de la ciudad de Buenos Aires. Fiestas para la Libertad. Mayo 2001

Diario Chajarí al día, Carta de Artigas a Güemes donde expone sus diferencias con los porteños, 2020

wikipedia, Días feriados de Uruguay

 Dámaso Antonio Larrañaga, ORACIÓN INAUGURAL QUE EN LA APERTURA DE LA BIBLIOTECA PÚBLICA DE MONTEVIDEO, CELEBRADA EN SUS FIESTAS MAYAS DE 1816, DIXO D. A. L. DIRECTOR DE ÉSTE ESTABLECIMIENTO.

¿Cuál es la Historia?

Tres Estados cuentan su relato: Argentina, Brasil y Uruguay

¿Porqué el Uruguay es independiente, cómo fué, que creemos en cada país?

Las versiones comparadas de nuestra Historia vistas desde cada lado

La historia que aprendemos en la escuela, entre nuestros 6 y 12 aproximadamente es una versión que por los mismos destinatarios debe tratar de simplificar y sintetizar los hechos y conclusiones. Es un recorte de la historia oficial, no lo digo peyorativamente, sino que los Estados cuentan su versión de los hechos para justificar su propia existencia. Esta historia que aprendemos de niños y adolescentes con los formatos típicos escolares de los actos conmemorativos y las representaciones, quedan y persisten en nuestra memoria  para toda la vida.

Por ejemplo,¿Cómo recordamos el 25 de mayo de 1810? En general la pintura lo muestra lluvioso y el Cabildo se ve rodeados de una multitud de personas con paraguas pero aparentemente no tenían paraguas, por lo menos la mayoría. ¿Fue lluvioso…? Otra: San Martín fue en un caballo blanco a cruzar los Andes, como lo inmortalizan los pintores y la leyenda, hoy sabemos que lo hizo buena parte en camilla y montado en un burro. ¿Importa al nivel de un chico de 10-12 años? 

Obra del artista Ceferino Carnacini realizada en 1938 que ilustró los billetes argentinos de la segunda mitad del siglo XX

De todas maneras estos acontecimientos no se ven desvirtuados por la recreación artística y escolar, ambos hechos el 25 de mayo y el cruce de los andes por San Martín fueron ciertos.

Muchas de estas enseñanzas como tantas de la escuela, sobreviven a través del tiempo y formarán parte de la explicación que le damos a las cosas. Los estudios posteriores y la experiencia muchas veces, no profundiza, ni modifica esas concepciones escolares para dar lugar a un conocimiento más profundo y en algún punto más preciso o verosímil.

Entonces voy a abordar en este punto: ¿Qué dice la historia escolar sobre lo que pasó en las Provincias Unidas del Río de la Plata en la guerra con el Brasil para quedar divididos en dos países?.  No obstante en el conflicto hay un actor más:  Brasil. Por lo tanto vamos a ver que dicen ellos también. 

Para esto he elegido textos escolares de la enseñanza  K-12 de cada país de cada pais.

Versión Oriental (Uruguay) del Uruguay

De la Biblioteca Digital Ceibal hemos tomado algunos textos publicados de Nahum, Benjamín, Breve historia del Uruguay independiente, Banda Oriental 2011, destinado a estudiantes y docentes de educación pública.(ANEP)

Capítulo IV La Independencia

La resistencia a la anexión estalló pronto entre los orientales: el Cabildo el Cabildo de Montevideo Consolidaría el comercio  y la asociación secreta de patriotas “Los caballeros orientales” protagonizaron en 1823 una revolución que fracasó por falta de apoyos suficientes. Muchos debieron exiliarse en Buenos Aires desde donde prosiguieron los trabajos revolucionarios.

Estos hallaron concreción en 1825: un pequeño cuerpo expedicionario de no más de 40 hombres comandado por Juan Antonio Lavalleja, conocido por la posteridad como los 33 orientales desembarcó en el territorio oriental el 19 de abril de 1825. Recogiendo otra vez la adhesión de gauchos y caudillos, toda la campaña los apoyó y se pudo constituir un Gobierno provisorio en Florida el 14 de junio.

Este Gobierno designó a Lavalleja como jefe militar y convocó a elecciones para una asamblea que el 25 de agosto de 1825 proclamó la independencia de la provincia y su Unión a las demás provincias Unidas del Río de la Plata.

Frente a las victorias orientales sobre los brasileños en rincón el 24 de septiembre y sarandí el 12 de octubre el Congreso constituyente argentino decidió aceptar la incorporación de la provincia oriental hecho que provocó la declaración de guerra de Brasil a las provincias Unidas del río de la plata el 10 de diciembre tras el triunfo de las fuerzas provinciales en Ituzaingó el 20 de febrero de 1827 se abrieron paso las tratativas de paz con la mediación de Gran Bretaña que se sentía perjudicada en sus intereses por la guerra en el río de la plata Y el bloqueo brasileño al puerto de Buenos Aires.

Lord Ponsonby, enviado de Londres, propuso como solución la independencia total de la provincia (medio de restablecer la paz en el plata que consolidaría el comercio inglés y forma de impedir que fueran dos grandes Estados Brasil y Argentina los que dominarán en exclusividad del estuario del río)

La idea de la independencia absoluta había ganado también a la mayoría de los orientales los que no eran ni serían jamás argentinos y brasileños esa solución fue la que se adoptó en definitiva por la convención preliminar de paz del 27 de agosto de 1828 que tenía serios defectos pues no establecía los límites del nuevo estado fuente de conflictos futuros con el fronterizo brasil y reconocía la voluntad independentista del pueblo oriental.

Brasil y las provincias argentinas ratificaron la convención el 4 de octubre de 1828 y el 22 de noviembre se instaló la Asamblea Legislativa y constituyente del Estado que procedió a redactar una Constitución que finalmente se estableció régimen presidencialista en el Poder Ejecutivo un legislativo integrado por la Cámara de Senadores y la Cámara de Diputados alta Corte de Justicia derechos y libertades individuales religión católica oficial aunque se podría deducir de otros artículos del texto a la libertad de cultos administrativo centralizado elección del presidente de la República por la Asamblea General reunión de ambas cámaras provisión a los militares para integrar el legislativo y suspensión de la ciudadanía y por lo tanto del derecho a votar a los peones jornaleros Y A los analfabetos Entre otros estos dos últimas disposiciones Dejaron fuera de la vida política a la mayoría de la población YA muchos de los dirigentes políticos más importantes por su condición de militares restándole vigor la norma constitucional y debilitando su vigencia en el futuro La Constitución fue jurada el 18 de julio de 1830 y así nació y así comenzó el Uruguay su vida independiente

Resumen

El ansia de libertad de los orientales renovada con la cruzada libertadora estímulo ambiciones territoriales de los Estados vecinos que entraron en guerra para apropiarse de este territorio la intervención de Inglaterra trajo la paz pero la independencia fue el fruto de la incesante lucha de los orientales.”

Versión Occidental (Argentina) del Uruguay

Nuevo Manual Estrada VI grado, Editorial Estrada, Segunda Edición 1966

Manual que usé cuando hice el mi sexto grado de primaria allá por 1971 en la ciudad de Buenos Aires

Los portugueses, según vimos, habían ocupado la Banda Oriental. En 1821 resolvieron incorporarla a sus dominios con el nombre de provincia Cisplatina;  luego en 1822, cuando el Brasil se proclama independiente de Portugal convirtiéndose en Imperio, aceptó la resolución anterior y declaró al Uruguay incorporado a su territorio.

El Gobierno de Martín Rodríguez (Gobernador de la Provincia de Buenos Aires entre 1820-1824)  encargado de las Relaciones Exteriores de nuestra patria inició gestiones diplomáticas para obtener por medio conciliadores y pacíficos la devolución de la banda oriental a las provincias Unidas en septiembre de 1823 el doctor Valentín Gómez presentó ante la corte brasileña-  Seis meses después, el gabinete imperial rechazaba la gestión diplomáticos del plenipotenciario argentino negándose categóricamente a la devolución por considerar legítimos los títulos en que Brasil apoyaba su dominio sobre la provincia oriental; aducía que los mismos habitantes, por libre espontánea voluntad, aceptaban unir su suerte a los destinos del pueblo brasileño. Nada sin embargo, era más contrario a la verdad. Fracasada su misión el diplomático argentino volvió a Buenos Aires en abril de 1824 y dio cuenta a su Gobierno de todo lo actuado, así como de las notas cambiadas.

La publicación de dicha piezas diplomáticas, ordenada por el ministro Rivadavia en los últimos días del Gobierno de Rodríguez, hizo conocer la verdadera situación del país. Las demás provincias comprendieron que sin emplear la fuerza, no se conseguiría nunca la libertad de la provincia usurpada.

La situación era delicada para el Gobierno de Buenos Aires: la cuestión de la Banda Oriental creaba un nuevo motivo de reunión de un Congreso de todas las provincias que el Gobierno porteño convocó, según hemos visto

Durante el Gobierno del general las Heras (Gobernador de la Provincia de Buenos Aires entre 1824 y 1826) surgió la amenaza de un conflicto armado con el Brasil que no fue posible impedir. A principios de 1825, un grupo de patriotas uruguayos asilados en nuestro país resolvieron iniciar una campaña para liberar su suelo natal. Encabezados por Juan Antonio de lavalleja iniciaron desde San Isidro la célebre expedición de los “Treinta y tres orientales”, en abril de 1825. El 19 de ese mes desembarcaron en La Agraciada; obtuvieron la esperada adhesión popular y tras varios combates pusieron sitio a Montevideo. En junio de 1825 un entusiasta Congreso reunido en la Florida proclamaba la reincorporación de la Banda Oriental a las Provincias Unidas. El Congreso general constituyente reunido en Buenos Aires aceptó la incorporación de la Banda Oriental en octubre de ese año; en noviembre se rompían relaciones con el brasil y en diciembre de 1825 el imperio declaraba la guerra a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Mientras tanto, el Gobierno de Buenos Aires había tomado precauciones. Desde principios de 1825 el general las Heras había formado y enviado a Concepción del Uruguay, en Entre Ríos un Ejército Nacional de 8000 hombres que puso bajo las órdenes del general Martín Rodríguez y que fue denominado “Ejército de Observación” también armó una flota que fue comandada por el prestigioso almirante Brown; la legislatura de Buenos Aires dictó una ley que proporcionaba al Gobierno los fondos necesarios para costear esos preparativos militares.

La declaración de guerra del imperio tuve tuvo graves consecuencias políticas para nuestro país. Se consideró necesario crear un Gobierno general desapareció la autonomía de la provincia de Buenos Aires y el Gobierno de las Heras que debió haber concluido normalmente 1828 desapareció el 7 de marzo de 1826.

Ley de presidencia y designación de Rivadavia

La guerra con el Brasil creó la necesidad de un Gobierno central fuerte. El Congreso dispuso la creación de un Poder Ejecutivo nacional, desempeñado por un ciudadano que llevaría el título de Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El 7 de febrero de 1826 el Congreso eligió Presidente a Don Bernardino Rivadavia (1826-1827), casi por unanimidad.

La guerra con el Brasil

En diciembre de 1825 el Gobierno de Brasil declaró la guerra a las Provincias Unidas del Río de la Plata sabemos también que un Ejército dirigido por el general Martín Rodríguez se mantenía en observación junto al río Uruguay.

A fines de enero de 1826 el general Martín Rodríguez cruzaba el río Uruguay con las fuerzas argentinas y pasaba a la Banda Oriental donde se incorporaron los cuerpos voluntarios uruguayos organizados por Lavalleja. Por entonces Rivadavia ya había asumido la presidencia de las Provincias Unidas y había encomendado a su ministro de guerra, Carlos de Alvear, el mando del Ejército Republicano.

El Ejército Nacional o Ejército Republicano, consiguió poner en servicio 9000 hombres. El Ejército imperial brasileño tenía bajo las armas 20.000 hombres a las órdenes del marqués de Barbacena. Alvear dispuso oportunamente el avance hacia el estado brasileño de Río Grande del Sud, Y después de triunfar en los combates de Camacuá, Bacacay, Yerbal y Ombú resolvió librar una acción decisiva contra las fuerzas imperiales.

Los argentinos, hábilmente dirigidos por jefes veteranos como Paz, Lavalle, Rodríguez, Soler, Olavarría Mansilla, Brandsen, Iriarte y Lavalleja, entre otros, obtuvieron una brillante victoria: ambos ejércitos se encontraron en los llanos de Ituzaingó el 20 de febrero de 1827. Después de varias horas de combate el Ejército Imperial fue completamente derrotado; los brasileños se retiraron en desorden hacia el norte. 

Por su parte, Brown combatía a la escuadra brasileña que había bloqueado Montevideo y Buenos Aires, derrotándola sucesivamente en Los Pozos (cerca de Buenos Aires), Quilmes y Punta Lara, y por fin, decisivamente en el combate de Juncal (isla situada en el desembarco del río Uruguay), el 9 de febrero de 1827.

Gestiones de paz con el Brasil

A pesar del triunfo de sus armas, tanto en tierra como en el Río de la Plata, a la situación de las Provincias Unidas será difícil; más aún, por supuesto, la del Brasil. Ambos gobiernos iniciaron gestiones en Londres para solicitar el apoyo británico y tratar de convenir la paz entre nuestro país y el Imperio. El Gobierno inglés – cuyo primer ministro era en ese momento el gran estadista George Canning –  designó representante suyo a Lord Ponsonby, que ofreció, primeramente al Imperio y después a las Provincias Unidas, la siguiente alternativa para llegar a la paz: o la Provincia Oriental se incorpora otra vez a sus hermanas del Río de la Plata mediante una indemnización pecuniaria al Brasil, o se declaraba independiente….. Rivadavia recibió con reserva esta última proposición; temía la reacción popular pues la opinión pública siempre había considerado a la Banda Oriental como parte integrante de las Provincias Unidas. Pero después de muchas reflexiones y seguro de contar con el apoyo del general Alvear y de los principales jefes del vencedor ejército argentino aceptó la sugerencia; la situación política del momento indicaba que era oportuno aceptar la sugestión británica.  Rivadavia envió entonces al Brasil a don Manuel J García con instrucciones precisas de aceptar una de las dos propuestas británicas.

Inexplicablemente el doctor García firmó un tratado de paz totalmente opuesto al que le señalaban sus instrucciones. Según sus cláusulas, las Provincias Unidas, vencedoras en la contienda resultaban totalmente vencidas: entregaban al Brasil la Provincia Oriental, que quedaba incorporada legalmente al Imperio; se obligaban además a destruir definitivamente Las fortificaciones de la isla de Martín García y a declarar la libre navegación del Río de la Plata.

Renuncia de Rivadavia y nueva disgregación política del país

El insólito tratado firmado por García fue rechazado con indignación por Rivadavia y el Congreso de Buenos Aires. El gran estadista se sintió profundamente afectado; el repudio de la Constitución de 1826, además significaba el fracaso de su política centralista. Desalentado Rivadavia resolvió alejarse de la vida pública y presentó su renuncia al Congreso el 27 de junio de 1827. 

El Congreso en su sesión del 30 de junio de 1827, aceptó la renuncia, y en la sesión del 3 de julio dictó una ley que disponía su propia disolución, por lo que ella establecidas sólo seguiría funcionando el Congreso hasta que se instalará la nueva Convención Nacional. A la vez, se dejó en libertad la provincia de Buenos Aires para darse nuevamente sus propias instituciones. 

Desaparecido por segunda vez el gobierno nacional,  vuelve a componerse la historia de nuestro país de varias historias paralelas. El 13 de julio de agosto de agosto de 1827 asumió el coronel Manuel Dorrego el cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires. El presidente provisional Vicente López y Planes elevó entonces su renuncia al Congreso, este quedó disuelto pocos días después el gobernador de Buenos Aires tomó a su cargo las relaciones exteriores de todas las provincias y además los asuntos de la guerra internacional.

La paz con el imperio

Triunfadoras en ituzaingó y en Juncal, las Provincias Unidas estaban empero exhaustas financieramente y presas, como vimos de graves conflictos internos; por su parte el Brasil no tenía más remedio que enfrentarse con su completa derrota militar y naval. Llegado al poder, Dorrego reanudó las negociaciones y envió a Río de Janeiro como representantes argentinos a los generales Tomás Guido y Juan Ramón Balcarce, que el 27 de agosto de 1828 firmaron el tratado preliminar de paz en el que se reconocía la independencia de la Banda Oriental este tratado fue ratificado en Montevideo por el Brasil y las Provincias Unidas el 4 de octubre de 1828.

La paz con el Brasil, a pesar de haber contado con la aprobación de los caudillos provinciales, fue recibida muy fríamente en Buenos Aires; era lamentable que el triunfo de nuestras armas tuviera por consecuencia la pérdida de un territorio que siempre había formado parte de las Provincias Unidas.

Versión del Brasil

Tomada de del Portal Brasil Escola

https://guerras.brasilescola.uol.com.br/seculo-xvi-xix/guerra-cisplatina.htm

Guerra de la Cisplatina

Siglos XVI al XIX

La Guerra de la Cisplatina (1825 – 1828) fue un conflicto entre el Imperio de Brasil y las Provincias Unidas del Río de la Plata por el control de la Cisplatina (actual Uruguay).

La Guerra de la Cisplatina fue un conflicto librado por el Imperio de Brasil contra las Provincias Unidas del Río de la Plata (actual Argentina) por el control de Cisplatina, una región que ahora conocemos como Uruguay. Esta fue la primera guerra en la que Brasil participó como nación independiente y duró de 1825 a 1828. El resultado de la confrontación fue desastroso para Brasil, que, además de perder la Cisplatina, tuvo que amargar una intensa crisis económica.

¿Por qué ocurrió la guerra de la  Cisplatina?

La región de la Cisplatina (actual Uruguay) ha sido un lugar de tensión y fricción desde el período colonial. La disputa por la Cisplatina fue planteada por los historiadores en 1680, cuando la Corona portuguesa autorizó la construcción de un fuerte en la orilla oriental del Río de la Plata. En ese momento apareció la Colonia del Sacramento.

La Colonia de Sacramento fue objeto de una intensa disputa entre portugueses y españoles. Se firmaron varios tratados territoriales entre las dos naciones, como el Tratado de Madrid (1750), el Tratado de El Pardo (1761) y el Tratado de Santo Ildefonso (1777). Sin embargo, a pesar de los tratados, la disputa y la incertidumbre sobre el control de Sacramento se mantuvieron durante el siglo XIX.

Desde 1808, D. João VI transfirió la corte portuguesa a Brasil debido a la invasión de Portugal por las tropas napoleónicas. El impacto de esto en Brasil fue inmediato, incluido el tema de las relaciones internacionales. En represalia por la acción española para permitir que las tropas francesas crucen su territorio para invadir Portugal, D. João ordenó la invasión del Sacramento y nombró a la región Cisplatina.

Hubo dos invasiones de los portugueses en la región. En 1816, la Cisplatina fue invadida definitivamente y agregada al territorio del Reino de Portugal, Brasil y los Algarves. Las tropas brasileñas fueron dirigidas por Francisco Frederico Lecor y formadas por aproximadamente 14 mil soldados. Los objetivos, según la lista de Chico Castro, eran dos | 1 |:

  • Reunir bajo el dominio portugués las colonias españolas;
  • Expulsar a un revolucionario local llamado José Artigas.

La ocupación de la Cisplatina por Portugal aumentó la tensión y el desgaste que existían en la región del plata porque el Comandante Lecor estaba muy molesto con la población local, actuando de manera autoritaria. Además, el desgaste del Reino de Portugal con las Provincias Unidas, especialmente con la élite de Buenos Aires (Buenos Aires), había aumentado considerablemente.

En 1822, Brasil declaró su independencia bajo el liderazgo de Don Pedro I, y se confirmó la anexión de Cisplatina al territorio brasileño. La región incluso envió representantes a la Asamblea Constituyente que redactó la primera Constitución de Brasil (que fue rechazada por D. Pedro I en 1823).

Debido a la tensión permanente en la Cisplatina, una rebelión comenzó en 1825, organizada por Juan Antonio Lavalleja. En esta rebelión, Lavalleja y sus aliados (conocidos como los «33 Orientales») declararon la separación de Cisplatina de Brasil y su vínculo con las Provincias Unidas. La actitud de Lavalleja surgió porque él y sus aliados estaban siendo apoyados material y financieramente por los porteños.

Objetivos

Los objetivos de cada lado se pueden resumir de la siguiente manera:

Brasil: Poner fin a la rebelión de la Cisplatina y recuperar el control de la región.

Uruguay: desde el movimiento dirigido por Lavalleja, el objetivo principal era anexarse ​​a las Provincias Unidas, pero había uruguayos que abogaban por la independencia.

Provincias Unidas: Garantizar la anexión de la Cisplatina a su territorio.

Batallas de la Guerra de la Cisplatina

Pedro I, Emperador de Brasil (Imagen)

El 10 de diciembre de 1825, el Brasil de D. Pedro I declaró la guerra a las Provincias Unidas, marcando el comienzo oficial de la Guerra de la Cisplatina. **

Una vez que estalló la rebelión de la Cisplatina, la acción del emperador fue intervenir militarmente para evitar la pérdida de la provincia. La rebelión comenzó en abril de 1825, y las acciones tomadas por el emperador a partir de entonces fueron entendidas por los historiadores como apresuradas. Chico Castro sugiere dos errores capitales cometidos entre el comienzo de la rebelión y la declaración formal de guerra | 2 |:

  • Decreto de diciembre de 1825 que impedía el movimiento de barcos en los puertos de la región del Río de la Plata;
  • Anuncio de D. Pedro I que ofrece recompensas por la captura de Lavalleja y Frutuoso Rivera (aliado militar de la rebelión).

Las acciones de D. Pedro I solo sirvieron para agravar el estado de ánimo en la Cisplatina. Además, el alto gasto y la truculencia de Lecor contra la población local no sirvieron para Brasil. La guerra se declaró oficialmente el 10 de diciembre de 1825, pero los historiadores señalan que antes de eso había habido batallas entre las tropas brasileñas y republicanas (rebeldes de la Cisplatina).

Para empeorar las cosas para Brasil, la economía estaba en ruinas, y el Imperio apenas podía pagar su funcionamiento. Aun así, D. Pedro I decidió declarar la guerra a las Provincias Unidas en la fecha mencionada. Durante el conflicto, se libraron algunas batallas, la mayoría de ellas conflictos a pequeña escala. Algunas de las batallas de la Guerra de la Cisplatino fueron:

Batalla del Rincão das Galinhas: se libró en septiembre de 1825, y las tropas brasileñas fueron derrotadas.

Batalla de Juncal: Batalla naval de febrero de 1827 en la que la Armada brasileña fue derrotada.

Batalla de Ituzaingó: batalla librada el 20 de febrero de 1827 en la que, nuevamente, las tropas brasileñas fueron derrotadas.

Conclusión: ¿Quién ganó la guerra de la Cisplatin?

La derrota sufrida en la Batalla de Ituzaingó fue muy dura para las tropas brasileñas, ya que alrededor de 1.200 brasileños murieron en ella. Poco después, Brasil acordó iniciar negociaciones para abordar la asignación definitiva de la Cisplatina a los uruguayos. El resultado de esta negociación fue la firma de la Convención Preliminar de Paz el 27 de agosto de 1828. En ese momento, Brasil firmó el fin de sus reclamos territoriales sobre Cisplatina y aceptó la derrota militar.

Sin embargo, debe considerarse que los argentinos tampoco lograron sus objetivos, ya que al comienzo del conflicto los uruguayos habían anunciado su conexión con las Provincias Unidas. En este acuerdo, argentinos y brasileños acordaron poner fin a sus reclamos a la Cisplatina y a la independencia de la región. Así surgió la República Oriental del Uruguay.

Consecuencias

Las consecuencias de esta guerra para Brasil fueron muy serias. En primer lugar, la guerra amplió la crisis económica que golpeó al país. El gasto en el conflicto fue enorme y quebró la economía brasileña. Además, esta situación se vio agravada por el hecho de que durante los años de guerra la Casa de la Moneda emitió grandes cantidades de dinero, lo que causó su devaluación.

La guerra también contribuyó a erosionar la imagen de D. Pedro I. El emperador había estado erosionándose continuamente desde 1822 debido a su autoritarismo. Al final de la guerra, la derrota y la crisis económica hicieron caer su popularidad.

| 1 | CASTRO, Chico. La noche de las botellas. Brasilia: Senado Federal, Junta Editorial, 2013, p. 122)

| 2 | Igual, p. 124-125.

* Créditos de imagen: Commons

** Créditos de imagen: Georgios Kollidas y Shutterstock

Por Daniel Neves, Graduado en HistóriaPintura de Juan Manuel Blanes retratando os 33 orientais, o grupo que declarou a separação da Cisplatina do Brasil e sua vinculação com Buenos Aires.*

Pintura de Juan Manuel Blanes retratando os 33 orientais, o grupo que declarou a separação da Cisplatina do Brasil e sua vinculação com Buenos Aires.*         

Parar leer: ¿A quién debería pertenecerle la banda oriental? Elementos para comprender la Independencia de Brasil a partir del Río de la Plata João Paulo Pimenta

Mis observaciones

Estaba tentado a escribir conclusiones… pero  dejó las mismas a los lectores, yo voy a a tratar de sintetizar las posiciones de cada parte.  Estoy en pleno estudio de estas cuestiones y las iré comentando con el tiempo para ilustrar el juicio de los interesados, por lo tanto quizás alguna vez escribiré mis conclusiones.

Por un lado desde la versión uruguaya de Benjamín Nahum me transmite la idea de que la independencia del territorio uruguayo fuera algo que se comenzó a gestar aún antes de 1810 y que logra su objetivo luego de la guerra del Brasil.  La versión Argentina apunta diametralmente opuesto y ve a la Banda Oriental, a la Provincia Oriental como una parte que se separa luego de la Guerra con el Brasil.  La guerra ganada en las armas y perdida en la diplomacia. Por eso eso se escucha en Argentina que   “Uruguay es/era una provincia nuestra”.

La versión de los hechos desde el Brasil, da cuenta de derechos preexistentes sobre esa región y por lo tanto lamenta la pérdida del mismo. Si el actual Uruguay y Argentina tienen una visión más de voluntades de pueblos pugnando por sus ideales, el Brasil parece centrarse más en el territorio mismo. No en vano hemos escuchado ese chiste brasilero que dice: ¿Qué es el Uruguay? Una provincia brasileña con 3 millones de argentinos.

Como siempre y con mucho gusto recibiré sus comentarios, correcciones y aportes.

Constitución de las Provincias Unidas en Sud America (1819)

Sancionada y mandada Publicar por el Soberano Congreso General Constituyente en 22 de abril de 1819

La Constitución Argentina de 1819 fue el proyecto de constitución aprobado en 1819 por el Congreso de Tucumán, trasladado a Buenos Aires dos años antes. Por su naturaleza unitaria provocó el rechazo de las provincias, y los caudillos federales se enfrentaron al Directorio de José Rondeau, batiéndolo finalmente. Con todo, parte del articulado se refundió en el siguiente proyecto, la Constitución Argentina de 1826, y a través de ella en la Constitución Argentina de 1853.

http://www.todo-argentina.net/historia-argentina/9-de-julio-1816/imagenes/constitucion-1819.jpg

El proyecto de Constitución fue aprobado por el Congreso y entró en vigencia el 25 de mayo de 1819, encontrando un entusiasta recibimiento por parte del pueblo de Buenos Aires; por el contrario, fue inmediatamente rechazada por las provincias del interior. La mayor crítica por parte del interior — en el Congreso no estaban representadas Salta, San Juan, la provincia Oriental, Misiones, Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe, fue su neto carácter unitario, cuando la mayoría de las provincias sostenía una posición federal. En definitiva las provincias rechazaron el documento y Santa Fe y Entre Ríos decidieron ir a la guerra contra Buenos Aires. Guerra en que las provincias sublevadas contra el Directorio resultaron victoriosas en la batalla de Cepeda, del 1 de febrero de 1820, provocando con ello la caída del entonces Director Supremo José Rondeau, y dando inicio a un período de crisis para la ciudad puerto y su provincia, y de autonomía para las provincias interiores. Fuente Todo-Argentina

Texto de la Constitución

Sección primera. Religión del Estado

Artículo I.- La Religión Católica Apostólica Romana es la religión del Estado. El Gobierno le debe la más eficaz y poderosa protección y los habitantes del territorio todo respeto, cualquiera que sean sus opiniones privadas.

Artículo II.- La infracción del artículo anterior será mirada como una violación de las leyes fundamentales del país.

Sección II. Poder Legislativo

Artículo III.- El Poder legislativo se expedirá por un Congreso Nacional compuesto de dos Cámaras, una de Representantes y otra de Senadores.

Capítulo primero. Cámara de Representantes

Artículo IV.- La Cámara de Representantes se compondrá de diputados elegidos en proporción de uno por cada veinticinco mil habitantes, o una fracción que iguale el número de diecisiete mil.

Artículo V.- Ninguno podrá ser elegido representante sin que tenga las calidades de siete años de ciudadano antes de su nombramiento, veintiséis de edad cumplidos, un fondo de cuatro mil pesos al menos, o en su defecto, arte, profesión u oficio útil. Que sea del fuero común y no esté en dependencia del Poder Ejecutivo por servicio a sueldo.

Artículo VI.- Durarán en su representación cuatro años, pero se renovarán por mitad al fin de cada bienio. Para verificarlo los primeros representantes, luego que se reúnan, sortearán los que deben salir en el primer bienio. El reemplazo de éstos se hará por los que con la anticipación conveniente elijan los pueblos a quienes correspondan.

Artículo VII.- La Cámara de Representantes tiene exclusivamente la iniciativa en materia de contribuciones, tasas e impuestos, quedando al Senado la facultad de remitirlas, rehusarlas u objetarles reparos.

Artículo VIII.- Ella tiene el derecho privativo de acusar de oficio, o a instancia de cualquier ciudadano, a los miembros de los tres Grandes Poderes, a los Ministros de Estado, Enviados a las Cortes extranjeras, Arzobispos y Obispos, Generales de los ejércitos, Gobernadores y jueces superiores de las provincias y demás empleados de no inferior rango de los nombrados: por los delitos de traición, concusión, malversación de los fondos públicos, infracción de Constitución u otros que según las leyes merezcan pena de muerte o infamia.

Artículo IX.- Los representantes serán compensados por sus servicios con la cantidad y del fondo que señale la Legislatura, siendo su distribución del resorte exclusivo de dicha Cámara.

Capítulo II. Senado

Artículo X.- Formarán el Senado los senadores de provincia, cuyo número será igual al de las provincias; tres senadores militares cuya graduación no baje de Coronel Mayor; un Obispo y tres eclesiásticos, un senador por cada Universidad y el Director del Estado, concluido el tiempo de su gobierno.

Artículo XI.- Ninguno será nombrado senador que no tenga la edad de treinta años cumplidos, nueve de ciudadano antes de su elección, un fondo de ocho mil pesos, una renta equivalente o una profesión que lo ponga en estado de ser ventajoso a la sociedad.

Artículo XII.- Durarán en el cargo por el tiempo de doce años, renovándose por terceras partes cada cuatro. La suerte decidirá quiénes deban salir en el primero y segundo cuatricinio.

Artículo XIII.- El ex Director permanecerá en el Senado hasta que sea reemplazado por el que le sucediese en el mando.

Artículo XIV.- Los senadores por las provincias se elegirán en la forma siguiente: Cada Municipalidad nombrará un capitular y un propietario, que tenga un fondo de diez mil pesos al menos, para electores. Reunidos éstos en un punto en el centro de la provincia, que designará el Poder Ejecutivo, elegirán tres sujetos de la clase civil, de los que uno al menos sea de fuera de la provincia. Esta terna se pasará al Senado (la primera vez al Congreso) con testimonio íntegro del acta de elección. El Senado, recibidas todas las ternas y publicadas por la Prensa, hará el escrutinio, y los que tuvieren el mayor número de sufragios, computados por provincias, serán senadores. Si no resultase pluralidad, la primera vez el Congreso y en lo sucesivo el Senado hará la elección de entre los propuestos.

Artículo XV.- Los senadores militares serán nombrados por el Director del Estado.

Artículo XVI.- Será senador por la primera vez el Obispo de la diócesis donde resida el Cuerpo Legislativo. En lo sucesivo se elegirá el Obispo senador por los Obispos del territorio, remitiendo sus votos al Senado. Publicados por la Prensa se hará el escrutinio, y el que reuniese el mayor número será senador; no resultando pluralidad, decidirá la elección el Senado.

Artículo XVII.- Los Cabildos eclesiásticos, reunidos con el Prelado diocesano, curas rectores del Sagrario de la iglesia catedral y rectores de los Colegios (cuando éstos sean eclesiásticos) elegirán tres individuos del mismo estado, de los cuales uno al menos sea de otra diócesis. Remitidas y publicadas las ternas con sus actas, los tres que reúnan mayor número de sufragios, computados por las iglesias, serán senadores; en caso de igualdad, el Congreso o Senado decidirá la elección.

Artículo XVIII.- Al Senado corresponde juzgar en juicio público a los acusados por la Sala de Representantes.

Artículo XIX.- La concurrencia de las dos terceras partes de sufragios harán sentencia contra el acusado, únicamente al efecto de separarlo del empleo o declararlo inhábil para obtener otro.

Artículo XX.- La parte convencida quedará, no obstante, sujeta a acusación, juicio y castigo conforme a la ley.

Capítulo III. Atribuciones comunes a ambas Cámaras

Artículo XXI.- Ambas Cámaras se reunirán por primera vez en esta capital y en lo sucesivo en el lugar que ellas mismas determinen, y tendrán sus sesiones en los meses de marzo, abril y mayo, y septiembre, octubre y noviembre.

Artículo XXII.- Cada Sala será privativamente el juez para calificar la elección de sus miembros con mayoría de un voto sobre la mitad.

Artículo XXIII.- Nombrará su presidente, vicepresidente y oficiales; señalará el tiempo de la duración de unos y otros y prescribirá el orden para los debates y para facilitar el despacho de sus deliberaciones.

Artículo XXIV.- Ninguna de las Salas podrá deliberar mientras no se hallen reunidas ambas, respectivamente, en el lugar de las sesiones, al menos en las dos terceras partes de sus miembros; pero un número menor podrá compeler a los ausentes a la asistencia en los términos y bajo los apremios que cada Sala proveyere.

Artículo XXV.- Cada Sala llevará un diario de sus procedimientos, que se publicará de tiempo en tiempo, exceptuando aquellas partes que, a su juicio, requieran secreto. Los votos de aprobación o negación de los miembros de una y otra Sala se apuntarán en el diario, si lo exigiese así una quinta parte de ellos.

Artículo XXVI.- Los senadores y representantes no serán arrestados ni procesados durante su asistencia a la Legislatura y mientras van y vuelven de ella, excepto el caso de ser sorprendidos in fraganti en la ejecución de algún crimen que merezca pena de muerte, infamia u otra aflictiva, de lo que se dará cuenta a la Sala respectiva con la sumaria información del hecho.

Artículo XXVII.- Los senadores y representantes, por sus opiniones, discursos o debates, en una u otra Sala no podrán ser molestados en ningún lugar; pero cada Sala podrá castigar a sus miembros por desorden de conducta, y con la concurrencia de las dos terceras partes expeler a cualquiera de su seno.

Artículo XXVIII.- En el caso que expresa el Artículo XXVI, o cuando se forma querella por escrito contra cualquier senador o representante por delitos que no sean del privativo conocimiento del Senado: examinado el mérito del sumario en juicio público podrá cada Sala con dos tercios de votos separar al acusado de su seno y ponerlo a disposición del Supremo Tribunal de Justicia para su juzgamiento.

Artículo XXIX.- Ningún senador o representante podrá ser empleado por el Poder Ejecutivo sin su consentimiento y el de la Cámara a que corresponda.

Artículo XXX.- Cada una de las Cámaras podrá hacer comparecer en su Sala a los Ministros del Poder Ejecutivo para recibir los informes que estime convenientes.

Capítulo IV. Atribuciones del Congreso

Artículo XXXI.- Al Congreso corresponde privativamente formar las leyes que deben regir en el territorio de la Unión.

Artículo XXXII.- Decretar la guerra y la paz.

Artículo XXXIII.- Establecer derechos, y por un tiempo que no pase de dos años imponer para las urgencias del Estado contribuciones proporcionalmente iguales en todo el territorio.

Artículo XXXIV.- Fijar, a propuesta del Poder Ejecutivo, la fuerza de línea de mar y tierra para el servicio del Estado en tiempo de paz y determinar por sí el número de tropas que haya de existir en el lugar donde tenga sus sesiones.

Artículo XXXV.- Mandar construir y equipar una Marina nacional.

Artículo XXXVI.- Recibir empréstitos sobre los fondos del Estado.

Artículo XXXVII.- Reglar las formas de todos los juicios y establecer Tribunales inferiores a la Alta Corte de Justicia.

Artículo XXXVIII.- Crear y suprimir empleos de toda clase.

Artículo XXXIX.- Reglar el comercio interior y exterior.

Artículo XL.- Demarcar el territorio del Estado y fijar los límites de las provincias.

Artículo XLI.- Habilitar puertos nuevos en las costas del territorio cuando lo crea conveniente, y elevar las poblaciones al rango de villas, ciudades o provincias.

Artículo XLII.- Formar planes uniformes de educación pública y proveer de medios para el sostén de los establecimientos de esta clase.

Artículo XLIII.- Recibir anualmente del Poder Ejecutivo la cuenta general de las rentas públicas, examinarla y juzgarla.

Artículo XLIV.- Asegurar a los autores o inventores de establecimientos útiles privilegios exclusivos por tiempo determinado.

Artículo XLV.- Reglar la moneda, los pesos y medidas.

Capítulo V. Formación y sanción de las Leyes

Artículo XLVI.- Las leyes pueden tener principio en cualquiera de las dos Cámaras que componen el Poder Legislativo.

Artículo XLVII.- Se exceptúan de esta regla las relativas a los objetos de que trata el artículo séptimo.

Artículo XLVIII.- Todo proyecto de ley se leerá en tres sesiones distintas, mediando entre cada una de ellas tres días al menos; sin esto no se pasará a deliberar.

Artículo XLIX.- Los proyectos de ley y demás resoluciones del Cuerpo Legislativo para su aprobación deberán obtener la mayoría de un voto al menos sobre la mitad de los sufragios en cada una de las Cámaras constitucionalmente reunidas.

Artículo L.- Aprobado el proyecto en la Cámara donde haya tenido principio, se pasará a la otra para que, discutido en ella del mismo modo que en la primera, lo repare, apruebe o deseche.

Artículo LI.- Ningún proyecto de ley desechado por una de las Cámaras podrá repetirse en las sesiones de aquel año.

Artículo LII.- Los proyectos de ley constitucionalmente aprobados por ambas Cámaras pasarán al Director del Estado.

Artículo LIII.- Si él los suscribe o en el término de quince días no los devuelve objecionados, tendrán fuerza de ley.

Artículo LIV.- Si encuentra inconveniente los devolverá objecionados a la Cámara donde tuvieron su origen.

Artículo LV.- Reconsiderados en ambas Cámaras, dos tercios de sufragios en cada una de ellas harán su última sanción.

Sección III. Poder Ejecutivo

Capítulo primero. Naturaleza y calidades de este poder

Artículo LVI.- El Supremo Poder Ejecutivo de la nación se expedirá por la persona en quien recaiga la elección de Director.

Artículo LVII.- Ninguno podrá ser elegido Director del Estado que no tenga las calidades de ciudadano, natural del territorio de la Unión, con seis años de residencia en él inmediatamente antes de la elección y treinta y cinco de edad cuando menos.

Artículo LVIII.- Tampoco podrá ser elegido el que se halle empleado en el Senado o en la Cámara de Representantes.

Artículo LIX.- Antes de entrar al ejercicio del cargo hará el Director electo, en manos del presidente del Senado a presencia de las dos Cámaras reunidas, el juramento siguiente:

«Yo N. juro por Dios Nuestro Señor y estos Santos Evangelios que desempeñaré fielmente el cargo de Director que se me confía; que cumpliré y haré cumplir la Constitución del Estado, protegeré la Religión Católica y conservaré la integridad e independencia del territorio de la Unión.»

Artículo LX.- Durará en el cargo por el tiempo de cinco años.

Artículo LXI.- En caso de enfermedad, acusación o muerte del Director del Estado, administrará provisionalmente el Poder Ejecutivo el presidente del Senado, quedando entre tanto suspenso de las funciones de senador.

Capítulo II. Forma de la elección del director del Estado

Artículo LXII.- El Director del Estado será elegido por las dos Cámaras reunidas.

Artículo LXIII.- Presidirá la elección el presidente del Senado y hará en ella de vicepresidente el presidente de la Cámara de Representantes.

Artículo LXIV.- Los votos se entregarán escritos y firmados por los vocales y se publicarán con sus nombres.

Artículo LXV.- Una mayoría de un voto sobre la mitad de cada Cámara hará la elección.

Artículo LXVI.- Si después de tres votaciones ninguno obtuviese la expresada mayoría, se publicarán los tres sujetos que hayan obtenido el mayor número y por ellos sólo se sufragará en las siguientes votaciones.

Artículo LXVII.- Si reiterada ésta hasta tres veces ninguno de los tres propuestos reuniese la mayoría que exige el artículo LXV, se excluirá el que tuviera menor número de votos: en caso de igualdad entre los tres o dos de ellos, decidirá la suerte el que haya de ser excluido, quedando solamente dos.

Artículo LXVIII.- Por uno de éstos se votará de nuevo.

Artículo LXIX.- Si repetida tres veces la votación no resultase la Mayoría expresada, se sacará por suerte el Director de entre los dos.

Artículo LXX.- Todo esto deberá verificarse acto continuo desde que se dé principio a la elección.

Artículo LXXI.- Se procederá a ella treinta días antes de cumplir su término el Director que concluye; en caso de muerte deberá hacerse la elección dentro de quince días.

Artículo LXXII.- Entre tanto se posesiona del cargo el nuevamente nombrado, subsistirá en el Gobierno el que lo esté ejerciendo; pero al electo se le contarán los cinco años desde el día en que aquél haya cumplido su término.

Artículo LXXIII.- El Director del Estado sólo podrá ser reelegido por una vez con un voto sobre las dos terceras partes de cada Cámara.

Capítulo III. Atribuciones del Poder Ejecutivo

Artículo LXXIV.- El Director del Estado es Jefe Supremo de todas las fuerzas de mar y tierra.

Artículo LXXV.- Publica y hace ejecutar las leyes que han recibido sanción.

Artículo LXXVI.- Hace la apertura de las sesiones del Cuerpo Legislativo en los períodos de renovación de la Cámara de Representantes en la sala del Senado: informando en esta ocasión sobre el estado del Gobierno, mejoras o reformas y demás que considere digno de poner en su conocimiento, lo que se publicará por la Prensa.

Artículo LXXVII.- Convoca extraordinariamente el Cuerpo Legislativo cuando así lo exija el interés del país durante la interrupción de las sesiones.

Artículo LXXVIII.- Puede proponer por escrito al Cuerpo Legislativo en sus Cámaras los proyectos, medidas, mejoras o reformas que estimare necesarias o convenientes a la felicidad del Estado.

Artículo LXXIX.- Publica la guerra y la paz; forma y da dirección a los ejércitos de mar y tierra para defensa del Estado y ofensa del enemigo.

Artículo LXXX.- Rechaza las invasiones de los enemigos exteriores, previene las conspiraciones y sofoca los tumultos populares.

Artículo LXXXI.- Nombra por sí solo los Generales de los ejércitos de mar y tierra, los embajadores, enviados y Cónsules cerca de las naciones extranjeras y los recibe de ellas.

Artículo LXXXII.- Nombra y destituye a sus ministros: la responsabilidad de éstos la determinará la ley.

Artículo LXXXIII.- Puede, con parecer y consentimiento de dos terceras partes de senadores presentes en número constitucional, celebrar y concluir tratados con las naciones extranjeras; salvo el caso de enajenación o desmembración de alguna parte del territorio, en que deberá exigirse el consentimiento de dos tercios de la Cámara de Representantes.

Artículo LXXXIV.- Expide las cartas de ciudadanía con sujeción a las formas y calidades que la ley prescriba.

Artículo LXXXV.- Nombra a todos los empleos que no se exceptúan especialmente en esta Constitución y las leyes.

Artículo LXXXVI.- Nombra los Arzobispos y Obispos a propuesta en terna del Senado.

Artículo LXXXVII.- Presenta a todas las dignidades, canongías, prebendas y beneficios de las iglesias-catedrales, colegiatas y parroquiales, conforme a las leyes.

Artículo LXXXVIII.- Todos los objetos y ramos de Hacienda y Policía, los establecimientos públicos nacionales, científicos, y de todo otro género, formados o sostenidos con fondos del Estado, las casas de moneda, bancos nacionales, correos, postas y caminos son de la suprema inspección y resorte del Director del Estado, bajo las leyes u ordenanzas que los rigen o que en adelante formare el Cuerpo Legislativo.

Artículo LXXXIX.- Puede indultar de la pena capital a un criminal o conmutarla, previo informe del Tribunal de la causa, cuando poderosos y manifiestos motivos de equidad lo sugieran o algún grande acontecimiento feliz haga plausible la gracia, salvos los delitos que la ley exceptúa.

Artículo XC.- Confirma o revoca con arreglo a ordenanza las sentencias de los reos militares pronunciadas en los Tribunales de su fuero.

Artículo XCI.- Recibirá por sus servicios en tiempos determinados una compensación, que le señalará el Cuerpo Legislativo, la cual ni se aumentará ni disminuirá durante el tiempo de su mando.

Sección IV. Poder Judicial

Capítulo único. Corte Suprema de Justicia

Artículo XCII.- Una Alta Corte de Justicia, compuesta de siete jueces y dos fiscales, ejercerá el Supremo Poder Judicial del Estado.

Artículo XCIII.- Ninguno podrá ser miembro de ella si no fuere letrado, recibido con ocho años de ejercicio público y cuarenta de edad.

Artículo XCIV.- Los miembros de la Alta Corte de Justicia serán nombrados por el Director del Estado con noticia y consentimiento del Senado.

Artículo XCV.- El Presidente será electo cada cinco años a pluralidad de sufragios por los miembros de ella y sus fiscales.

Artículo XCVI.- La Alta Corte de Justicia nombrará los oficiales de ella en el número y forma que prescribirá la ley.

Artículo XCVII.- Conocerá exclusivamente de todas las causas concernientes a los enviados y cónsules de las naciones extranjeras; de aquellas en que sea parte una provincia, o que se susciten entre provincia y provincia, o pueblos de una misma provincia, sobre límites u otros derechos contenciosos; de las que tengan su origen de contratos entre el Gobierno Supremo y un particular, y últimamente, de las de aquellos funcionarios públicos de que hablan los Artículos XX y XXVIII.

Artículo XCVIII.- Conocerá en último recurso de todos los casos que descienden de Tratados hechos bajo la autoridad del Gobierno; de los crímenes cometidos contra el derecho público de las naciones, y de todos aquellos en que, según las leyes, haya lugar a los recursos de segunda suplicación, nulidad o injusticia notoria.

Artículo XCIX.- Los juicios de la Alta Corte y demás tribunales de justicia serán públicos; produciéndose en la misma forma los votos de cada juez para las resoluciones o sentencias de cualquier naturaleza que ellas sean.

Artículo C.- Informará de tiempo en tiempo al Cuerpo Legislativo de todo lo conveniente para las mejoras de la administración de justicia, que seguirá gobernándose por las leyes que hasta el presente, en todo lo que no sea contrario a esta Constitución.

Artículo CI.- Cada seis meses recibirá de las Cámaras de Justicia una razón exacta de las causas y asuntos despachados en ellas y de las que quedan pendientes, su estado, tiempo de su duración y motivos de demora: instruida con el diario del despacho que deben llevar los escribanos de Cámara, a fin de que, estando a la mira de que la justicia se administre con prontitud, prevea lo conveniente a evitar retardaciones indebidas.

Artículo CII.- Los individuos de esta Corte ejercerán el cargo por el tiempo de su buena comportación y no podrán ser empleados por el Poder Ejecutivo en otro destino sin su consentimiento y el de la misma Corte.

Artículo CIII.- El Cuerpo Legislativo les designará una compensación por sus servicios, que no podrá ser disminuida mientras permanezcan en el oficio.

Sección V. Declaración de Derechos

Capítulo primero. Derechos de la Nación

Artículo CIV.- La nación tiene derecho para reformar su Constitución, cuando así lo exija el interés común, guardando las formas constitucionales.

Artículo CV.- La nación, en quien originariamente reside la soberanía, delega el ejercicio de los altos poderes que la representan a cargo de que se ejerzan en forma que ordena la Constitución; de manera que ni el Legislativo puede abocarse el Ejecutivo o Judicial, ni el Ejecutivo perturbar o mezclarse en éste o el Legislativo, ni el Judicial tomar parte en los otros dos, contra lo dispuesto en esta Constitución.

Artículo CVI.- Las corporaciones y magistrados investidos de la autoridad legislativa, ejecutiva y judicial son apoderados de la nación y responsables a ella en los términos que la Constitución prescribe.

Artículo CVII.- Ninguna autoridad del país es superior a la ley: ellas mandan, juzgan o gobiernan por la ley, y es, según ella, que se les debe respeto y obediencia.

Artículo CVIII.- Al delegar el ejercicio de su Soberanía constitucionalmente, la nación se reserva la facultad de nombrar sus representantes y la de ejercer libremente el poder censorio por medio de la Prensa.

Capítulo II. Derechos Particulares

Artículo CIX.- Los miembros del Estado deben ser protegidos en el goce de los derechos de su vida, reputación, libertad, seguridad y propiedad. Nadie puede ser privado de alguno de ellos sino conforme a las leyes.

Artículo CX.- Los hombres son de tal manera iguales ante la ley, que ésta, bien sea penal, preceptiva o tuitiva, debe ser una misma para todos y favorecer igualmente al poderoso que al miserable para la conservación de sus derechos.

Artículo CXI.- La libertad de publicar sus ideas por la Prensa es un derecho tan apreciable al hombre, como esencial para la conservación de la libertad civil en un Estado; se observarán a este respecto las reglas que el Congreso tiene aprobadas provisionalmente, hasta que la Legislatura las varíe o modifique.

Artículo CXII.- Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofenden el orden público ni perjudican a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los Magistrados.

Artículo CXIII.- Ningún habitante del Estado será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.

Artículo CXIV.- Es del interés y del derecho de todos los miembros del Estado el ser juzgados por jueces los más libres, independientes e imparciales, que sea dado a la condición de las cosas humanas. El Cuerpo Legislativo cuidará de preparar y poner en planta el establecimiento del juicio por Jurados, en cuanto lo permitan las circunstancias.

Artículo CXV.- Todo ciudadano debe estar seguro contra las requisiciones arbitrarias y apoderamiento injusto de sus papeles y correspondencias. La ley determinará en qué casos y con qué justificación pueda procederse a ocuparlos.

Artículo CXVI.- Ningún individuo podrá ser arrestado sin prueba al menos semiplena e indicios vehementes de crimen por el que merezca pena corporal; los que se harán constar en proceso informativo dentro de tres días perentorios, si no hubiese impedimento; pero habiéndolo, se pondrá constancia de él en el proceso.

Artículo CXVII.- Las cárceles sólo deben servir para la seguridad y no para castigo de los reos. Toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarles más allá de lo que aquélla exige, será corregida según las leyes.

Artículo CXVIII.- Ningún habitante del Estado podrá ser penado ni confinado sin que preceda forma de proceso y sentencia legal.

Artículo CXIX.- La casa de un ciudadano es un sagrado, que no puede violarse sin crimen; y sólo podrá allanarse en caso de resistencia a la autoridad legítima.

Artículo CXX.- Esta diligencia se hará con la moderación debida personalmente por el mismo Juez. En caso que algún urgente motivo se lo impida, dará al delegado orden por escrito con las especificaciones convenientes, y se dejará copia de ella al individuo que fuere aprendido, y al dueño de la casa, si la pidiere.

Artículo CXXI.- Las anteriores disposiciones relativas a la seguridad individual no podrán suspenderse.

Artículo CXXII.- Cuando por un muy remoto y extraordinario acontecimiento, que comprometa la tranquilidad pública o la seguridad de la Patria, no pueda observarse cuanto en ellas se previene, las autoridades que se viesen en esta fatal necesidad darán inmediatamente razón de su conducta al Cuerpo Legislativo, quien examinará los motivos de la medida y el tiempo de su duración.

Artículo CXXIII.- Siendo la propiedad un derecho sagrado e inviolable, los miembros del Estado no pueden ser privados de ella ni gravados en sus facultades sin el consentimiento del Cuerpo Legislativo, o por un juicio conforme a las leyes.

Artículo CXXIV.- Cuando el interés del Estado exija que la propiedad de algún pueblo o individuo particular sea destinada a los usos públicos, el propietario recibirá por ella una justa compensación.

Artículo CXXV.- Ninguno será obligado a prestar auxilios de cualquier clase para los ejércitos, ni a franquear su casa para alojamiento de un cuerpo o individuo militar, sino de orden del Magistrado civil según la ley. El perjuicio que en este caso se infiera al propietario será indemnizado competentemente por el Estado.

Artículo CXXVI.- Todos los miembros del Estado tienen derecho para elevar sus quejas y ser oídos hasta de las primeras autoridades del país.

Artículo CXXVII.- A ningún hombre o corporación se concederán ventajas, distinciones o privilegios exclusivos, sino los que sean debidos a la virtud o los talentos; no siendo éstos transmisibles a los descendientes, se prohíbe conceder nuevos títulos de nobleza hereditarios.

Artículo CXXVIII.- Siendo los indios iguales en dignidad y en derechos a los demás ciudadanos, gozarán de las mismas preeminencias y serán regidos por las mismas leyes. Queda extinguida toda tasa o servicio personal bajo cualquier pretexto denominación que sea. El Cuerpo Legislativo promoverá eficazmente el bien de los naturales por medio de leyes que mejoren su condición hasta ponerlos al nivel de las demás clases del Estado.

Artículo CXXIX.- Queda también constitucionalmente abolido, el tráfico de esclavos y prohibida para siempre su introducción en el territorio del Estado.

Sección VI. Reforma de la Constitución

Artículo CXXX.- En ninguna de las Cámaras del Poder Legislativo será admitida una moción para la reforma de uno o más artículos de la Constitución presente, sin que sea apoyada por la cuarta parte de los miembros concurrentes.

Artículo CXXXI.- Siempre que la moción obtenga dicha calidad, discutida en la forma ordinaria, podrá sancionarse con dos tercias partes de votos en cada una de las Salas: que el artículo o artículos en cuestión exigen reforma.

Artículo CXXXII.- Esta resolución se comunicará al Poder Ejecutivo para que, con su opinión fundada, la devuelva dentro de treinta días a la Sala donde tuvo su origen.

Artículo CXXXIII.- Si él disiente, reconsiderada la materia en ambas Cámaras, será necesaria la concurrencia de tres cuartas partes de cada una de ellas para sancionar la necesidad de la reforma; y tanto en este caso como en el de consentir el Poder Ejecutivo, se procederá inmediatamente a verificarla con el número de sufragios prescrito en el artículo CXXXI.

Artículo CXXXIV.- Verificada la reforma, pasará al Poder Ejecutivo para su publicación. En caso de devolverla con reparos, tres cuartas partes de sufragios en cada sala harán su última sanción.

Capítulo final

Artículo CXXXV.- Continuarán observándose las leyes, estatutos y reglamentos que hasta ahora rigen, en lo que no hayan sido alterados ni digan contradicción con la Constitución presente, hasta que reciban de la Legislatura las variaciones o reformas que estime convenientes.

Artículo CXXXVI.- Esta Constitución será solemnemente jurada en todo el territorio del Estado.

Artículo CXXXVII.- Ningún empleado político, civil, militar o eclesiástico podrá continuar en su destino sin prestar juramento de observar la Constitución y sostenerla. Los que de nuevo fuesen nombrados o promovidos a cualquier empleo, o a grados militares o literarios, o se recibieren de algún cargo u oficio público, otorgarán el mismo juramento.

Artículo CXXXVIII.- Todo el que atentare o prestare medios para atentar contra la presente Constitución, será reputado enemigo del Estado y castigado con todo el rigor de las penas, hasta las de muerte y expatriación, según la gravedad de su crimen.

Dada en la Sala de Sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con nuestro sello y refrendada por nuestro Secretario en Buenos Aires, a veintidós de abril de mil ochocientos diecinueve, cuarto de la Independencia.

Dr. Gregorio Fúnes, Presidente, Diputado de Tucumán.

Dr. José Mariano Serrano, Vicepresidente, Diputado por Charcas.

Pedro León Gallo, Diputado por Santiago del Estero.

Tomás Godoy Cruz, Diputado por Mendoza.

Dr. Antonio Sáenz, Diputado por Buenos Aires.

Vicente López, Diputado por Buenos Aires.

Alejo Villegas, Diputado por Córdoba.

Jaime Zudañes, Diputado por Charcas.

Dr. José Miguel Díaz Vélez, Diputado por Tucumán.

Juan José Paso, Diputado por Buenos Aires.

Matías Patrón, Diputado por Buenos Aires.

Dr. Domingo Guzmán, Diputado por San Luis.

Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros, Diputado por la Rioja.

Pedro Francisco Iriarte, Diputado por Santiago del Estero.

Juan José Viamonte, Diputado por Buenos Aires.

Dr. Pedro Carrasco, Diputado por Cochabamba.

Pedro Ignacio Rivera, Diputado por Mizque.

Dr. José Luis Chorroarrin, Diputado por Buenos Aires.

Dr. José Andrés Pacheco de Melo, Diputado por Chilcas.

Dr. Manuel Antonio Acevedo, Diputado por Catamarca.

Dr. José Eugenio de Elías, Secretario.

APÉNDICE Á LA CONSTITUCIÓN

Art. 1º Mientras la Legislatura arregla el método por el que pueda verificarse cómodamente la elección de un Diputado por cada veinte y cinco mil habitantes, ó una fracción que igual al número de diez y seis mil, se hará la que corresponda para la próxima Cámara, según la base y en la forma que previene el reglamento provisorio.

Art. 2° En caso que alguna Provincia tenga dentro de su dependencia menos de tres Cabildos, siendo dos elegirá cada uno de ellos para el nombramiento de Senadores, tres electores, de los que uno sea capitular y los dos vecinos con el capital que designa el artículo14 de la Constitución. Si la Provincia tuviere dentro de su comprensión un solo Cabildo, elegirá éste seis electores, mitad capitulares y mitad vecinos con el capital indicado; quienes procederán á verificar la elección en la forma que expresa el citado artículo.

Art. 3° La Legislatura reglará desde qué parte del proceso y en qué forma debe verificarse la publicidad de los juicios de que trata el artículo 99.

Art. 4° Sin embargo de que el Congreso al formar la presente Constitución, ha procedido sobre principios de incontestable justicia, en uso del derecho que el país actualmente libre tiene para consolidar su libertad, establecer el orden, y procurarse las ventajas de una administración, que constitucionalmente reglada, debe lograr con mayor celeridad que cualquiera otra el allanamiento del territorio entero, y el goce de una sólida paz para todas las Provincias de la Unión; no queriendo declinar un punto de la liberalidad de sus principios de consideración á los derechos de las Provincias hermanas, que no han podido concurrir á la formación y sanción de ella; ha decretado se conceda á todos los pueblos del territorio del Estado, luego que concurran todos por medio de sus representantes, la facultad de promover y obtener en la primera legislatura reforma de los artículos de la Constitución en los mismos términos que se han establecido; de modo que puedan las mociones de dicha clase ser admitidas si se apoyan por dos miembros, y resolverse con un voto sobre dos terceras partes de cada Sala.

TRATAMIENTO

Art. 5º Los tres altos Poderes reunidos tendrán el tratamiento de Soberanía y Soberano Señor, por escrito y de palabra.

Art. 6° El Congreso Nacional compuesto de las dos Cámaras, que constituyen el Legislativo, tendrá el de Alteza Serenísima y Sernísimo Señor.

Art. 7º Cada una de las dos Cámaras del Legislativo, y los Supremos Poderes Ejecutivo y Judicial, separadamente, tendrán el de Alteza sólo por escrito y de palabra, y el de Señor al principio de las representaciones que se les dirijan.

CEREMONIAL DE ASIENTOS

Art. 8º En la apertura de las sesiones del Congreso que hace el Ejecutivo en cada renovación de la mitad de la Cámara de Representantes, á que deberá concurrir la Alta Corte de Justicia, presidirá la ceremonia el Director del Estado á la derecha del Presidente del Senado, que hará de Vicepresidente, ocupando ambos el centro de la testera: por los lados se sentarán, á la derecha el Presidente de la Cámara de Representantes, y á la izquierda el de la alta Corte.

Art. 9º Ocuparán la derecha de la Sala los Senadores, y los Representantes la izquierda. Enseguida de aquellos se sentarán los miembros de la Alta Corte.

INSIGNIA

Art. 10 Los Senadores y Representantes, mientras ejerzan el cargo usarán de la insignia de un escudo de oro que en el centro tenga grabado este lema – ley – orlada con dos ramos de oliva y laurel.

Art. 11 Lo traerán pendiente del cuello los Senadores con un cordón de oro, y los Representantes con uno de plata; y podrán usar de él dentro y fuera de la Sala.

Art. 12 Los miembros de la Alta Corte vestirán la toga cuando se presenten en traje de ceremonia, y fuera de este caso podrán usar de un escudo de oro que en el centro tenga este lema – Justicia – orlado del mismo modo que el anterior, y pendiente del cuello con un cordón mezclado de oro y plata.

Sala del Congreso de Buenos Aires, Abril treinta de mil ochocientos diez y nueve. – DR. GREGORIO FUNES, Presidente. José Eugenio de Elías, Secretario.

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