Repulsa de los jefes, oficiales del Ejército Republicano al tratado que firmó García con la Corte Imperial.

MANIFESTACIÓN DEL EJERCITO
Cuartel general en Cerro Largo. 12 de Julio de 1827. – Los Generales y Jefes que suscriben, han resuelto manifestar por sí y a nombre del ejército de operaciones, los sentimientos de que han sido animados al ver la magnánima resolución del gobierno, en 25 de junio anterior, por la que repele la convención preliminar celebrada por el enviado de la república señor don Manuel José García y la corte del Brasil.
Aunque, la paz haya sido el voto más sagrado de su corazón, de ningún modo la habría deseado el ejército, no siendo honrosa para la república. Por eso es, que al ver la ya citada repulsa, se ha congratulado, y felicita al gobierno y a la nación entera por una resolución tan digna de un pueblo libre.
El ejército se prepara a nuevos sacrificios en la convicción de la justicia de la causa que defiende, y con la más decidida confianza de conseguir nuevas victorias.
Los infrascriptos desean que estos, sus sentimientos sean elevados al conocimiento del gobierno de la república, a cuyo fin se dirigen a S.E. el señor general en jefe, ofreciéndole las seguridades de su respeto. – Excmo. señor: – Juan Lavalleja, José María Paz, José María Aguirre, José Videla, Ramón A. Desa, Javier López, José María Videla, Francisco Rivero, Mariano Pestaña, Antonio Díaz, José Gabriel de la Oyuela, Niceto Vega, Juan Pedro Luna, Sixto Quesada, Pedro José Dión, Francisco Olmos, Agustín Rabelo, Luis Argerich, Juan Antonio Vázquez, Martín Albín, Isidoro Larraya, Hilarión Plasa, Francisco Muñiz, Segundo Roca, Anastasio Encina, Juan
Pascual Martínez, Ignacio Correa, Benito Nazar, Melchor Alvarez, Cipriano Miró, Ramón Saavedra, Domingo Martínez, Francisco B. Moyano, Eduardo Frolé. – (del periódico Miscelánea Oriental del 19 de agosto de 1827. – y de otros diarios argentinos de la época).
N. de A. – Estos Generales y Jefes, eran del ejército de línea. Las divisiones orientales, no estaban entonces en el ejército.
Fuente: Eduardo Acevedo Díaz, Épocas Militares.

Resolución del gobierno general de la República Argentina, rechazando EL PRECEDENTE TRATADO Buenos Aires. 25 de junio de 1827.

Se refiere a la Convención Preliminar de Paz de 1827

Vista en consejo de ministros la antecedente convención preliminar celebrada por el enviado de la república y la corte del Brasil y atendiendo a que dicho enviado, no sólo ha traspasado sus instrucciones, sino contravenido a la letra y espíritu de ellas, y a que las estipulaciones que contiene dicha convención, destruyen el honor nacional y atacan la independencia y todos los intereses esenciales de la república, el gobierno ha acordado y resuelve repelerla, como de hecho queda repetida. – Comuníquese esta resolución al soberano congreso constituyente, en la forma acordada.

RIVADAVIA
Julián S. de Agüero,
Francisco de la Cruz,
Salvador M. del Carril.

RESOLUCION del congreso general aprobando la anterior del presidente de la república:

Excmo. señor: – Con no menos sorpresa y asombro que V.E. ha visto el congreso la convención preliminar, celebrada y firmada por el plenipotenciario de esta república don Manuel José García con los de igual carácter del Imperio del Brasil, que en copia acompaña la nota que V.E. ha dirigido en 25 del corriente con todos los documentos que le son adjuntos, y que han sido atentamente reconocidos.
Afectado este cuerpo de un sentimiento profundo no ha podido vacilar un momento en expresarlo con aclamación unánime en apoyo de la justa repulsa con que V.E. ha desechado la citada convención. Felizmente se advierte esta misma impresión en todos los habitantes, y no se ve ni percibe, más que una voz de indignación en uniforme general consonancia.
Tan lejos de que este incidente ominoso pueda obrar resultados funestos, él producirá necesariamente entusiasmo que incrementando la gloria de nuestros triunfos, haga sentir al enemigo todo el peso de la cólera excitada en un fuerte contraste.
Entonces es cuando el espíritu público, redoblando sus esfuerzos, los lleva hasta el heroísmo.
V.E. está en estas mismas ideas y sentimientos; y el congreso, en su conformidad, se apresura a manifestarle la disposición en que se halla de cooperar eficazmente a las medidas que V.E. proponga y promover de su parte cuantas juzgue convenientes y estén en la esfera de sus atribuciones resolución a nombre del cuerpo nacional, tiene el honor de reiterarle las protestas de su mayor consideración.
José María Rojas, presidente
Juan C. Varela, secretario
Excmo. señor presidente de la república.

N.B. A la nota en que el gobierno daba cuenta al congreso de haber repelido la convención hecha por el señor García, acompañaba las instrucciones dadas por el gobierno a ese plenipotenciario, cuyo artículo segundo es como sigue:
Instrucciones que deberán regir al D. Manuel José García, en el DESEMPEÑO DE LA COMISION QUE SE LE MA CONFERIDO A I.A CÓRTE DEL JANEIRO.

El objeto principal que se propone conseguir el Gobierno por medio de la misión del Sr. D. Manuel José García á la corte del Janeiro, es acelerar la terminación de la guerra, y el restablecimiento de la paz entre la República y el Imperio del Brasil, según lo demandan imperiosamente los intereses de la nación. El gobierno deja á la habilidad, prudencia y celo del Sr. García la adopción de los medios que pueden emplearse para la ejecución de este importante
objeto; y por lo tanto se reduce solo á hacer las siguientes prevenciones.
1ra.. Luego que el Sr. García arribase a, puerto del Janeiro, en el carácter que inviste de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de la República cerca de S. M. I., se pondrá en comunicación con el Sr. Gordon, Ministro Plenipotenciario de la Gran Bretaña en la Corte del Brasil, y en el momento que obtenga por su intermedio las seguridades de ser dignamente recibido por S.M. I. para tratar de la paz, y en consecuencia el pasaporte competente, procederá á su desembarco, y á dar los demás pasos que corresponden al lleno de su misión. Si desgraciadamente no puede esto obtenerse, regresará á esta capital en un buque de guerra de S. M. B. á cuyo efecto pedirá los auxilios necesarios al espresado Sr. Gordon.
2da. En el caso que el Gobierno del Brasil se allane á tratar de la paz, el Sr. García queda plenamente autorizado para ajustar y concluir cualquiera convención preliminar, ó tratado, que tienda á la cesación de la guerra y al restablecimiento de la paz, entre la República y el Imperio del Brasil, en términos honorables, y con recíprocas garantías á ambos países, y que tenga por base la devolución de la Provincia Oriental, ó la erección y reconocimiento de dicho territorio en un Estado separado, libre é independiente, bajo las formas y reglas que sus propios habitantes eligieren y sancionaren: no debiendo exigirse en este último caso por ninguna de las partes beligerantes compensación alguna.
3ra El Sr. García podrá asegurar al Gobierno del Brasil, que allanado este paso, se entrará en seguida á tratar del arreglo de limites entre la República y el Imperio del Brasil, y á establecer y reglar las relaciones de amistad, comercio y navegación, de un modo que consulte la prosperidad y engrandecimiento recíproco de ámbos países.
4ta. Celebrada que sea la convención preliminar ó el tratado de paz, que se es- presa en el articulo segundo, el Sr. García lo remitirá al Gobierno con el Secretario de la Legación, instruyendo según corresponde, y esperará su ratificación y órdenes.
5ta. Si desgraciadamente el Gobierno del Brasil, sin dar lugar á la razón, se negase absolutamente á una transacción honorable y digna, el Sr. García pedirá su pasaporte, y regresará á esta capital á instruir á su Gobierno.
Buenos Aires, 19 de Abril de 1827.
RIVADAVIA. Francisco de la Cnuz.

Está conforme al original que se halla inserto en el registro de instrucciones que existe en el Ministerio de Negocios Estrangeros.
Domingo Olivera.
(El tratado que antecede, no se encuentra en el Registro Diplomático.)

El artículo 4o. previene al plenipotenciario, que hecha la convención de paz, la remita al gobierno de la república por el secretario de la legación.
El artículo 5o. y último que, en caso de no arribarse a una transacción, pida sus pasaportes, para regresar a la capital.
Buenos Aires, 19 de abril de 1827. – RIVADAVIA, Francisco de la Cruz.

Convención Preliminar de Paz (1827)

Nota: Esta Convención Preliminar de Paz fue rechazada por el Congreso General Constituyente de la República Argentina y por el Presidente de la República Argentina, D. Bernardino Rivadavia, con fecha 25 de junio de 1827.

En nombre de la Santísima e Indivisible Trinidad

La República de las Provincias Unidas del Río de la Plata y su Magestad el Emperador del Brasil, deseando sinceramente poner término a las desavenencias suscitadas, hacer cesar cuanto antes las calamidades de la guerra y restablecer la armonía, amistad y buena inteligencia que deben existir entre Naciones vecinas, especialmente cuando la riqueza y prosperidad de ellas están tan íntimamente ligadas: Resolvieron ajustar una Convención Preliminar que sirva de base al Tratado Definitivo de Paz, que debe celebrarse entre ambas Altas Partes Contratantes, y para este efecto nombraron a sus Plenipotenciarios, a saber:

La República de las Provincias Unidas del Río de la Plata al Ciudadano Dn. Manuel José García.

Su Magestad el Emperador del Brasil, al Ilustrísimo y Excelentísimo Marqués de Queluz, de su Consejo de Estado, Senador del Imperio, Grande de la Orden Imperial del Cruzero, Comendador de la de Cristo, Ministro y Secretario de Estado de los Negocios Extranjeros. Al Vizconde de San Leopoldo, de su Consejo de Estado, Grande y Sr. de la Orden de San Pedro, Oficial de la Orden Imperial del Cruzero, Caballero de la de Cristo, Ministro y Secretario de Estado de los Negocios del Imperio; y al Marqués de Maceió, de su Consejo, Gentil hombre de su Imperial Cámara, Oficial de la Orden Imperial del Cruzero, Caballero de la de Cristo, Caballero de las de Torre y Espada y San Juan de Jerusalén, Teniente Coronel del Estado Mayor del Ejército, Ministro y Secretario de los Negocios de Marina.

Los cuales después de haber canjeado sus respectivos Plenos-poderes, que fueron hallados en buena y debida forma, acordaron y convinieron en los Artículos siguientes.

Artículo Primero La República de las Provincias Unidas del Río de la Plata reconoce la Independencia é Integridad del Imperio de Brasil, y renuncia a todos los derechos que podría pretender al territorio de la Prov.ª de Montevideo, llamada hoy Cisplatina. Su Magestad el Emperador del Brasil reconoce igualmente la Independencia é Integridad de la República de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Artículo Segundo Su Magestad el Emperador del Brasil promete del modo más solemne que, de acuerdo con la Asamblea Legislativa del Imperio, cuidará de arreglar con sumo esmero, la Provincia Cisplatina del mismo modo, ó mejor aun, que las otras provincias del Imperio, atendiendo a que sus habitantes hicieron el sacrificio de su independencia por la incorporación al mismo Imperio: dándoles un régimen apropiado á sus costumbres y necesidades, que no solo asegure la tranquilidad del Imperio sino también la de sus vecinos.

Artículo Tercero La República de las Provincias Unidas retirará sus tropas del territorio Cisplatino después de la ratificación de esta Convención; las cuales principiarán su marcha veinte y cuatro horas después que fueren notificadas. La misma República pondrá las dichas tropas en pie de paz, conservando solamente, el número necesario para mantener el orden y la tranquilidad interior del país. Su Magestad Imperial, por su parte, hará otro tanto en la misma Provincia.

Artículo Cuarto La Isla de Martín García se podrá en el statu quo ante bellum, retirándose de ella las baterías y pertrechos.

Artículo Quinto En atención á que la República de las Provincias Unidas ha empleado Corsarios en la Guerra contra el Imperio del Brasil; halla justo y honorable pagar el valor de las presas que se probaren haber hecho los dichos Corsarios a los Súbditos Brasileros, cometiendo actos de piratería.

Artículo Sexto Se nombrará una Comisión mixta de súbditos de uno y otro Estados, para el esclarecimiento y liquidación de las acciones que resultaren del artículo anterior. Se acordarán entre ambos Gobiernos el término y modo que se juzgase más conveniente y equitativo para los pagos.

Artículo Séptimo Los Prisioneros tomados de una y otra partes en mar y en tierra desde el principio de las hostilidades, serán puestos en libertad inmediatamente después de la ratificación de esta Convención.

Artículo Octavo Con el fin de asegurar más los beneficios de la paz, y evitar por lo pronto todo recelo, hasta que se consoliden las relaciones que deben naturalmente existir entre ambos Estados Contratantes, sus Gobiernos se comprometen a solicitar, juntos o separadamente, de su grande y poderoso amigo, el Rey de la Gran Bretaña (Soberano Mediador para el restablecimiento de la Paz), el que se digne garantirles por el espacio de quince años la libre navegación del Río de la Plata.

Artículo Noveno Cesarán las hostilidades por mar y por tierra desde la data de la ratificación de la presente Convención. Las de Mar, en dos días hasta Santa María; ocho, á Santa Catalina; quince, á Cabo Frío; veinte y dos, á Pernambuco; cuarenta, hasta la Línea; sesenta, á la Costa del Este; y ochenta, en los mares de Europa. Y quedarán restablecidos la Comunicación y Comercio entre los súbditos y territorios de ambos Estados en el pie en que se hallaban antes de la guerra. Conviniendo desde ahora, las Altas Partes Contratantes, en celebrar con la brevedad posible un Tratado de Comercio y Navegación, con el fin de dar á estas relaciones toda la atención y arreglo que exige su mutuo interés y prosperidad.

Artículo Décimo

La presente Convención Preliminar será ratificada por ambas partes, y las ratificaciones serán canjeadas en la ciudad de Montevideo, en el espacio de cinqüenta días desde su data, o antes si fuera posible. Verificado que sea el canje, las Altas Partes Contratantes nombrarán inmediatamente sus Plenipotenciarios para ajustar y conducir el Tratado Definitivo de Paz.

En testimonio de lo que Nos, los abajo firmados, Plenipotenciarios de las Provincias Unidas del Río de la Plata y de su Magestad el Emperador del Brasil, en virtud de nuestros respectivos Plenos-Poderes, firmamos la presente Convención con nuestra mano y le hicimos poner el sello de nuestras armas.

Hecha en la Ciudad de Río de Janeiro, á los veinte y cuatro días del mes de Mayo del Año de Nuestro Señor Jesucristo, mil ochocientos veinte y siete. MANUEL JOSÉ GARCÍA MARQUEZ DE QUELUZ VIZCONDE DE SAN LEOPOLDO MARQUEZ DE MACEYO