Crónicas de 2 siglos 1824-2024 – Nro. 48

Enero 1824

1 de enero 

Asume como gobernador de Salta, general Juan Antonio Álvarez de Arenales

Su administración fue ordenada y eficiente, procurando establecer un gobierno liberal en concordancia con el que Bernardino Rivadavia había establecido en Buenos Aires. Al año siguiente hizo una última campaña al Alto Perú, esperando luchar contra el último reducto realista en esas provincias; pero el general Pedro de Olañeta murió asesinado por sus propios soldados, y en definitiva no logró nada. Incluso fracasó en reincorporar a su provincia la región de Tarija, que había sido parte de la misma.

Envió tropas salteñas para colaborar en la Guerra del Brasil, librada entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Imperio del Brasil a consecuencia de la decisión de la Banda Oriental de reincorporarse como una provincia rioplatense.

Fue reelecto gobernador de su provincia en 1826 y organizó una expedición de reconocimiento del río Bermejo con el objeto de evitar los ataques de los indígenas del Chaco.

https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Antonio_%C3%81lvarez_de_Arenales

22 de enero

Rebelión de Olañeta inicia la restauración absolutista en el Alto Perú.

El general Pedro Antonio Olañeta de ideas absolutistas, inicia la restauración absolutista en el Alto Perú, enfrentando a las tropas del virrey.  La Serna, quien era un militar liberal partidario de La Constitución. Su rebelión dividió las fuerzas realistas en un momento de recuperación del territorio y propició la derrota española. 

http://www.altorres.synology.me/guerras/1810_hispanoamerica/1824_olaneta.htm 

26 de enero

El rey Fernando VII dispone que no se negocie con los rebeldes de las colonias españolas de América el reconocimiento de su independencia.

Hasta después de la muerte de Fernando VII el gobierno español no tomó medidas a favor del reconocimiento del Río de la Plata: el 4 de diciembre de 1836 las Cortes españolas votaron unánimemente en pro del mismo. El 9 de Julio de 1859, Juan Bautista Alberdi, actuando como emisario extraordinario y plenipotenciario de la Confederación Argentina ante las Cortes de Londres y París, firmó en Madrid un tratado de «reconocimiento, paz y unidad» con el secretario de estado español Saturnino Calderón Collantes. El tratado fue ratificado el 25 de febrero de 1860.https://provinciasunidas.net/la-actitud-de-espana-hacia-el-gobierno-de-las-provincias-unidas-a-partir-de-1823-la-continuidad-de-la-politica-de-fernando-vii/

Crónicas de 2 siglos 1823-2023 – Nro. 47

Diciembre 1823

2 de diciembre

En su mensaje al Congreso de EE.UU. el Presidente James Monroe (1758-1831) (desde 1817 a 1825)

Viendo la realidad política internacional, Europa por un lado e Hispanoamérica por otro, declara que “América queda cerrada para la colonización europea” (Doctrina Monroe, o “América para los americanos”). La Doctrina Monroe, sintetizada en la frase «América para los americanos», fue elaborada por John Quincy Adams y atribuida al presidente James Monroe en el año 1823. Establecía que cualquier intervención de los europeos en América sería vista como un acto de agresión que requeriría la intervención de Estados Unidos.1​ La doctrina fue presentada por el presidente James Monroe durante su sexto discurso al Congreso sobre el Estado de la Unión. Fue tomado inicialmente con dudas y posteriormente con entusiasmo. Fue un momento decisivo en la política exterior de los Estados Unidos. La doctrina fue concebida por sus autores, especialmente John Quincy Adams, como una proclamación de los Estados Unidos de su oposición al colonialismo en respuesta a la amenaza que suponía la restauración monárquica en Europa y la Santa Alianza tras las guerras napoleónicas. https://es.wikipedia.org/wiki/Doctrina_Monroe Fragmento del discurso en: https://www.dipublico.org/8679/doctrina-monroe-fragmentos-del-septimo-mensaje-anual-al-congreso-de-los-estados-unidos-del-presidente-james-monroe-del-2-de-diciembre-de-1823/ 

4 de diciembre

SAN MARTÍN LLEGABA A BUENOS AIRES POR ÚLTIMA VEZ procedente de Mendoza.

Decidido a viajar a Europa con su hija Mercedes (que estaba al cuidado de su abuela), poner en orden sus asuntos y despedirse de Remedios fallecida en Agosto de ese año. Como en 1812 sabemos de la fecha de su arribo por los periódicos, en este caso EL ARGOS de Buenos Aires que en su número 99 del 11.Dic.1823 publicaba:

«Tenemos la satisfacción de anunciar al público el arribo a esta capital del general D. José de San Martín el día 4 de este mes. Sin traicionar los deberes de patriotas, no hay quien pueda mostrarse indiferente a la presencia de un héroe que ha coronado a la nación de tantos triunfos y laureles. Su alma más grande que la fortuna eché en olvido su persona por acordarse de la nuestra, y por un camino erizado de peligros elevó nuestra reputación y gloria nacional a un grado fuera de los cálculos de la esperanza. No es dudable que nuestros nobles conciudadanos le tributen las señales de gratitud que corresponden al beneficio. El Argos por su parte, después de celebrar como debe su feliz arribo, nada tiene que ofrecerle de los bienes de la fortuna, pero le ofrece de los suyos, quiere decir, su reconocimiento y voluntad«. 

El Libertador permanecería en BA solamente un poco más de dos meses hasta embarcarse el 10.Feb.1824 junto a Mercedes y a su fiel criado Eusebio Soto, rumbo a Francia.

«»San Martín. Más allá del bronce»» (Juan Marcelo Calabria y Roberto Colimodio).

31 de diciembre

Se procede a la elección de cabildantes (en su mayoría patriotas partidarios de la independencia) que rechazan la actitud de Lecor de incorporar la Provincia Oriental al Brasil.

Crónicas de 2 siglos 1823-2023 – Nro. 46

Noviembre 1823

Campaña contra José de la Riva Agüero, expresidente del Perú, pasado a los realistas.

https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_de_la_Riva_Ag%C3%BCero

3 de noviembre

El presidente José de la Riva-Agüero envía una carta a José de La Serna (exvirrey español del Perú), pidiendo el establecimiento del Reino del Perú, independiente de España, pero colocando en el trono a un príncipe español.

7 de noviembre

En Madrid es ejecutado públicamente el general Riego, que el 1 de enero de 1820 se había sublevado en Las Cabezas de San Juan (Sevilla), en el denominado Pronunciamiento de Riego.

12 de noviembre

Disolución de la Asamblea Constituyente de Brasil Don Pedro se habia visto obligado a clausurar la Constituyente, por ir a un reformismo liberal que habría puesto al monarca a disposición de los Andrada. Se derogo la Ley de Prensa y los Andrada y sus partidarios fueron expulsados. El 15 de marzo de 1824 Don Pedro impuso una constitución que daba al poder moderador(El nonarca) la designación del senado y practicamente de los diputados. Jose Maria Rosa, Historia Argentina Tomo 4

18 de noviembre

En el Pastoreo de Pereira (costas del Miguelete) los Brg. Grales. Lecor y da Costa transan las condiciones para el retiro de las tropas de Montevideo comandadas por el segundo y entrada de las de Lecor.

26 de noviembre

El Gral. argentino Estanislao Soler llega a Canelones y se entera por Lecor del acuerdo suscrito por éste con el Brg. da Costa

La actitud de España hacia el gobierno de las Provincias Unidas a partir de 1823: la continuidad de la política de Fernando VII

El retorno de Fernando VII al poder y la caída del gobierno constitucional en España volvió a hacer fracasar el débil contacto logrado entre Buenos Aires y Madrid. Mientras vivió Fernando VII, la Corona española alentó la ilusión de recuperar sus ex colonias sudamericanas. No fue suficiente la derrota sufrida por el Ejército Real del Perú en la batalla de Ayacucho para modificar esta actitud, y era un claro síntoma de la misma la respuesta del ministro español Cea Bermúdez, ante la noticia del reconocimiento británico a la independencia de México, Colombia y Buenos Aires, expresada en enero de 1825. Bermúdez decía en aquella ocasión: «El Rey no consentirá jamás el reconocer los nuevos Estados de América española, y no dejará de emplear la fuerza de las armas contra los súbditos rebeldes de aquella parte del mundo». (1) 
    Tras el paréntesis que impuso la revolución liberal de Riego en 1820, la década de 1823 a 1833 fue difícil para el retornado Fernando VII. Una vez más soberano, creyó que podía hacer retornar a las provincias americanas a la lealtad a la corona. Pero se encontró en la compleja posición de un soberano con tendencias absolutas que debía ser moderado y conciliador para conservar la aprobación y apoyo de los poderosos aliados europeos, y al mismo tiempo, otorgar la imagen de firmeza que demandaban los ultrarrealistas en el plano interno. Como resultado de estos factores interactuantes, nuevamente Fernando VII debió recurrir a una política de doble faz destinada a apaciguar tanto a los ultrarrealistas, que temían la revolución, como a los aliados europeos, que aconsejaban la moderación.
    Pero esta política no tenía futuro. España era demasiado débil para actuar efectivamente en el Nuevo Mundo. Además, el firme rechazo de Fernando VII a aprobar el reconocimiento de los estados americanos complicó las relaciones de España con otros actores importantes de la escena internacional. Estados Unidos y Gran Bretaña estaban especialmente ansiosos de remediar una situación que no sólo amenazaba sus intereses comerciales sino que invitaba a la intervención extranjera en América latina.
    Luego de rever la historia de las relaciones hispano-argentinas desde 1808 a 1833 se debe reconocer la dificultad y tal vez la imposibilidad de delinear una política dirigida específicamente al Río de la Plata por parte del rey  Fernando VII. La política real fue colonial, el rey veía al Imperio español en América como un todo, una unidad, no consideró colonias individuales excepto cuando las circunstancias focalizaron su atención en un área particular de crisis. Es claro que el rey nunca intentó reconocer la independencia de la República Argentina. Pero tampoco contó con recursos efectivos para dirigir expediciones simultáneas a todos los focos revolucionarios en las colonias. La expedición de Morillo fue un acabado ejemplo de esta situación. Originalmente diseñada para actuar en el Río de la Plata, se desvió luego hacia el norte sudamericano, procurando sofocar focos que para la Corona española resultaban más preocupantes, como el caso de Venezuela y Nueva Granada. Esta falencia material de la metrópoli y la percepción metropolitana de la relativa irrelevancia del Río de la Plata como foco revolucionario permitió otorgar oxígeno a un Estado protoargentino en permanente estado de anarquía y jaqueado por la presencia amenazante de los portugueses y de la Banda Oriental artiguista. Las dificultades financieras por las que atravesaba España podrían haber sido resueltas si ésta hubiera reconquistado el control de las colonias y sus recursos materiales, pero esto era imposible sin una expedición armada, demasiado cara para una España empobrecida. Era un círculo vicioso. (2)
    Fernando VII se negó al reconocimiento del Rio de la Plata pues veía el proceso separatista nacido en Buenos Aires como una injuria a su dignidad real. Su insistencia en la vía de las armas provocó la reacción negativa de Gran Bretaña, en tanto el Río de la Plata negociaba sólo sobre la base de la independencia. No hubo un plan efectivo para reconquistar el Rio de la Plata luego de 1823; puede decirse que esta área se perdió definitivamente cuando la expedición de Cádiz fue abortada por la revolución liberal de Riego de 1820. En síntesis, la política de Fernando VII hacia el Río de la Plata fue de no compromiso, y quizá pudo haber actuado con más rapidez y con menos duplicidad o ambigüedad, pero la facción ultrarrealista no habría aprobado ningún compromiso del rey con las ex colonias. Este factor llevó al monarca español a no tener espacio para innovar en su política respecto de la región rioplatense. (3)
    Hasta después de la muerte de Fernando VII el gobierno español no tomó medidas a favor del reconocimiento del Río de la Plata: el 4 de diciembre de 1836 las Cortes españolas votaron unánimemente en pro del mismo. El 9 de Julio de 1859, Juan Bautista Alberdi, actuando como emisario extraordinario y plenipotenciario de la Confederación Argentina ante las Cortes de Londres y París, firmó en Madrid un tratado de «reconocimiento, paz y unidad» con el secretario de estado español Saturnino Calderón Collantes. El tratado fue ratificado el 25 de febrero de 1860.

  • NOTAS
  1. José M. Mariluz Urquijo, Los proyectos españoles para reconquistar el Río de la Plata, 1820-1835, Buenos Aires, 1958 y Edmundo A. Heredia, Planes españoles para reconquistar Hispano-América, 1810-1818, Buenos Aires, 1975, fuentes citadas en Isidoro J. Ruiz Moreno, op. cit., p. 9.
  2. Charles Wentz Fehrenbach, «Moderados and exaltados: the Liberal Opposition to Fernando VII, 1814-1832», Hispanic American Historical Review, I (1970), 59-60, cit. en A. M. Rhodes, op. cit., pp. 204-206.
  3. Ibid., p. 214.
  4. Tomado de la web inaccesible del libro: Historia general de las relaciones exteriores de la República Argentina es una obra de 14 tomos, disponible en las principales librerías argentinas, que asume el desafío de examinar, sin mitologías chauvinistas, las relaciones externas de este país desde las invasiones inglesas de 1806 hasta el final del gobierno de Alfonsín en 1989. Sus Autores: Directores: Andrés Cisneros y Carlos Escudé, Colaboradores principales: Leonor Machinandiarena de Devoto, Francisco Corigliano, Alejandro Corbacho, Ana Margheritis. Colaboradores secundarios: Kristin Ruggiero, Laura Tedesco, Marisa González de Oleaga, Marina Carbajal, Rut Diamint, Constanza González Navarro, Lara Manóvil, María Fernanda Tuozzo