Proclama del Gefe de los Orientales

PROCLAMA DEL GEFE DE LOS ORIENTALES.

VIVA LA PATRIA.

ARGENTINOS  ORIENTALES!!!

Llegó en fin el momento de redimir nuestra amada Patria de la ignominiosa esclavitud en que ha gemido por tantos años, y elevarla con nuestro esfuerzo al puesto que la reserva el destino entre los pueblos libres del Nuevo Mundo.   El grito heróico de LIBERTAD retumba ya por nuestros dilatados campos con el estrépito belicoso de la guerra. El negro pabellón de Ia venganza se ha desplegado, y el exterminio de los tiranos es indudable.

ORIENTALES!!! Aquellos compatriotas vuestros en cuyos pechos arde inexhausto el fuego sagrado  del amor patrio, y que más  de una vez han dado relevantes pruebas de su entusiasmo y valor, no han podido mirar con indiferencia el triste cuadro que  ofrece  nuestro desdichado país bajo el yugo ominoso del déspota del Brasil. Unidos por patriotismo, guiados por su magnanimidad, han emprendido el noble designio de LIBERTAROS.  Decididos a arrostrar con frente serena toda clase de peligros, se han lanzado al campo de Marte, en la firme resolución de sacrificarse en las aras de la Patria, o reconquistas su LlBERTAD, sus derechos, su tranquilidad, y su gloria.

COMPATRIOTAS!!!  Vosotros que os habéis distinguido siempre por vuestra decisión y energía, por vuestro entusiasmo y bravura, ¿consentiréis aun en oprobio vuestro el yugo infame de un cobarde usurpador? ¿Sereis insensibles al eco dolorido de la Patria que implora vuestro auxilio? ¿Mirareis con indiferencia el rol degradante que ocupamos entre los pueblos americanos? ¿No os conmoverán vuestra misma infeliz situación, vuestro abatimiento, vuestra deshonra?. . . No, compatriotas: los libres os hacen la justicia de creer que vuestro patriotismo y valor no se ha extinguido, y que vuestra indignación se inflama al ver la PROVINCIA ORIENTAL como un conjunto de seres esclavos, sin derechos, sin leyes, sin opinión, sin gobierno, sin nada propio, más que su deshonor y sus desgracias. Cese ya pues nuestro sufrimiento. Empuñemos la es­ pada, corramos al combate, y mostremos al mundo que merecemos ser LIBRES. Venguemos nuestra Patria: venguemos nuestro honor, y purifiquemos nuestro suelo con sangre de traidores y tiranos. Tiemble el déspota del Brasil de nuestra justa venganza. Su cetro tiránico será con­ vertido en polvo, y nuestra cara Patria verá brillar en sus sienes el laurel augusto de una gloria inmortal.

ORIENTALES!!! Las provincias hermanas solo esperan vuestro pronunciamiento para protegeros en la heroica empresa de reconquistar vuestros derechos. La GRAN NACION ARGENTINA de que sois parte, tiene un sumo interés en que seais LIBRES, y el CONGRESO que sigue sus destinos no trepidará en asegurar los vuestros. Todo pende de vuestra decisión. Decidios, pues, y que el árbol de la libertad, fecundizado con sangre, vuelva a aclimatarse para siempre en la provincia Oriental.

COMPATRIOTAS!!! Vuestros libertadores confían en vuestra cooperación a la honrosa empresa que han principiado. Colocado por voto unánime a la cabeza de estos Héroes, yo tengo el honor de protestaros en su nombre y en el mío propio, que nuestras aspiraciones solo llevan por objeto la felicidad de nuestro país adquirirle su libertad. Constituir la provincia bajo el sistema Representativo Republicano en uniformidad a las demás de la antigua UNION. Estrechar con ellos los dulces vínculos qua antes los ligaban. Preservarla de la horrible plaga de la anarquía y fundar el imperio de la ley.

HE AQUI NUESTROS VOTOS!!! Retirados a nuestros lugares después de terminada la guerra, nuestra más digna recompensa será la gratitud de nuestros conciudadanos.

ORIENTALESIII El mundo ha fijado sobre vosotros su atención, la guerra va a sellar vuestros destinos. Combatid pues, y reconquistad el derecho más precioso del hombre digno de serlo.

Campo volante en Soriano, abril 19 de 1825.

JUAN ANTONIO LAVALLEJA.

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