Lavalleja alertado que lo querían aprenderlo huyó a Entre Ríos.
Juan A. Lavalleja (liberado desde fines de 1821 de su prisión en la isla das Cobras en Río de Janeiro) de regreso a la Provincia comenzó las conversaciones con vecinos de la campaña oriental para enfrentar la represión de las tropas brasileñas que cumplían órdenes de Lecor. Éste, conocedor de las acciones de Lavalleja, ordenó a Rivera que lo aprehendiera en el Rincón de Santa Clara (hoy Tacuarembó). Alertado de este hecho por otros orientales, huyó.
Participantes: Lavalleja, Rivera, Lecor, Manuel Barreto Pereira Pinto
24 de noviembre
Tratado de Benegasentre la Provincia de Buenos Aires y Santa Fe
Luego de la batalla de Cepeda, del 1 de febrero de 1820, el caudillo santafesino Estanislao López y el entrerriano Francisco Ramírez llegaron a Buenos Aires para exigir la disolución del gobierno nacional y el fin del centralismo porteño. La victoria permitió a los estados provinciales que formaban las Provincias Unidas del Río de la Plata separarse del gobierno central, asumiendo cada una la «Autonomía Provincial».
Los representantes de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba se reunieron en la estancia de Tiburcio Benegas, mediante el cual se establecía el fin de la guerra y la reunión de un congreso en Córdoba.
Para la firma de este tratado no se había invitado a Ramírez, lo que trajo como consecuencia el posterior enfrentamiento de Santa Fe y Entre Ríos.
El tratado fue firmado en la estancia de Benegas
El mismo disponía:
La paz, armonía y buena correspondencia entre Buenos Aires y Santa Fe.
La reunión de un Congreso Nacional de diputados en la ciudad de Córdoba, con el objetivo de organizar al País.
La remoción de todos los obstáculos que pudiesen hacer infructuosa la paz.
Participantes: Estanislao Lopez, Martin Rodriguez, Juan Bautista Bustos
26 de noviembre
Lavalleja es dado de baja por desertor del ejército Imperial.
Pocos días después de los sucesos mencionados, Nicolás Herrera escribía a Fructuoso Rivera, contestando a una carta de este último de 29 de noviembre, y se refería al desenlace de la maniobra para apresar a Lavalleja. Entre otras cosas, decía sentir “que Lavalleja se hubiese fugado, p.r q.e tal vez seria menos infeliz q.e con el partido q.e ha tomado de andar errante: p.° el asi lo quiso. Sin embargo el Grãl y yo le escrivimos lo que U. verà p.r las adjuntas.
A su vez, Fructuoso Rivera, en carta que dirigía a Valentín Saenz, el 6 de diciembre de 1822, comentaba los acontecimientos en los que le había tocado actuar y resumía los objetivos que perseguían los concurrentes a la frustada reunión: “aunque trataban los ya fastidiados del sosiego Acarrear desastres y miserias en ntrà Provincia, —escribía— sembrando la discordia, la Providencia que tanto nos protege,
ha hecho desaparecer a estos como sucede con Laballeja, de modo que queda disipado todo-”
Esta conspiración, aunque sofocada, es la expresión de una empresa que comienza a tomar cuerpo y que demuestra el propósito de los patriotas de restablecer a cualquier precio la libertad de la Provincia.
Para los imperiales, la conjuración de Lavalleja fue algo más que un suceso aislado precursor de la insurrección.
Cuando el brigadier Manuel Marques, en su correspondencia con el vicepresidente del gobierno provisorio de Río Grande, mariscal Juan de Dios Menna Barreto, informa acerca de este hecho jerarquiza los acontecimientos. Descubre el objetivo inmediato que perseguía la acción de los insurgentes y entiende que era el punto inicial sobre el que se apoyaba un vasto plan. Proporciona datos respecto a la forma
que, a juicio de los imperiales, debía desenvolverse la combinación y sobre las fuerzas que habrían de sostener y dar impulso al movimiento, en esa primera etapa para encauzarlo hacia su fin.
Decía Marques, el 24 de diciembre, dando cuenta de los sucesos de la estancia de Zamora, de las astucias de Lavalleja y de los designios a que obedecía su pedido para que se reforzase el destacamento a sus órdenes, que no tenía “outro fim mais, que reunir forças, com que pudesse auxiliar a passagem das de Entrerios, que a este tempo se principiavam a mostrar por toda a linha do Uruguay”.
En otro pasaje de la misma carta el Brigadier brasileño deja entender que no graduó de pequeños los riesgos a que habían estado expuestos las huestes del Imperio.
Tal convicción se afirma cuando atendemos a la opinión que luego expone, al admitir que, si en el Cuartel General de Lecor “se não houvessem tomado promptamente providencias para evitar” o que tinha tido começo de execuçao, “estariamos hoje entre dous fogos”.
La posible conducta de Mansilla en estas circunstancias, que se pensaba procedía en buen entendimiento con los conjurados, y la inminencia de una tentativa de intervención de las tropas entrerrianas a favor de la causa revolucionaria entrañó, pues, un evidente peligro para los que permanecían fieles a la autoridad del Barón de la Laguna. Hasta tal punto fue así, que la idea de que Mansilla secundase la acción de los insurgentes, creando una situación de angustiosa incertidumbre, habría de ocupar las imaginaciones y haría cavilar a los personajes vinculados a la facción de los partidarios de la anexión de la Provincia al Imperio del Brasil”.
Tratado solemne definitivo y perfecto de paz entre Santa Fe y Buenos Aires
Deseosos de transar las desavenencias desgraciadamente suscitadas, poniendo término a una guerra destructora entre pueblos hermanos, los infrascriptos, ciudadanos de una parte los Drs. Don Mariano Andrade y Don Matías Patrón, diputados por Buenos Aires y de la otra el Dr. Don Juan Francisco Seguí y Don Pedro Tomás de Larrachea, Diputados por Santa Fe, han acordado y convenido en los artículos que subsiguen, canjeados previamente los respectivos poderes:
Artículo 1: Habrá paz, armonía, y buena correspondencia entre Buenos Aires, Santa Fe, y sus Gobiernos, quedando aquéllos, y éstos en el estado en que actualmente se hallan; sus respectivas reclamaciones, y derechos salvos ante el próximo Congreso Nacional.
Artículo 2: Los mismos promoverán eficazmente la reunión del Congreso dentro de dos meses remitiendo sus Diputados á la Ciudad de Córdoba por ahora, hasta que en unidad elijan el lugar de su residencia futura.
Artículo 3: Será libre el Comercio de Armas, Municiones, y todo artículo de guerra entre las partes contratantes.
Artículo 4: Se pondrán en plena libertad todos los Prisioneros que existiesen recíprocamente pertenecientes á los respectivos territorios con los vecinos, y hacendados extraídos de ellos.
Artículo 5: Son obligados los Gobiernos a remover cada uno en su territorio todos los obstáculos que pudieran hacer infructuosa la paz celebrada, cumpliendo exactamente las medidas de precaución con que deben estrecharse los vínculos de su reconciliación y eterna amistad.
Artículo 6: El presente tratado obtendrá la aprobación de los SS. Gobernadores en él día, y dentro de ocho siguientes, será ratificado por las respectivas Honorables Juntas representativas.
Artículo 7: Queda garante de su cumplimiento la Provincia mediadora de Córdoba, cuya calidad ha sido aceptada; y en su virtud -Subscriben los SS, que la representan, que tanto han contribuido con su oportuno influjo a realizarlo.
Fecho y sancionado en la Estancia del finado Dn. Tiburcio Benegas á las márgenes del Arroyo del Medio el día 24, de Noviembre del año del Señor 1820, undécimo de la libertad de Sud América.
Mariano Andrade. Matías Patrón. Juan Francisco de Seguí. Pedro Larrachea. Dr. Saturnino de Allende. Lorenzo Villegas. Cuartel General en Ramallo, Noviembre 24 de 1820.
Aprobado y diríjase a la Honorable Junta Representativa de la Provincia para su ratificación. MARTÍN RODRÍGUEZ. Elías Galván, Secretario Militar. Ratificado en los siete artículos que comprende. Sala de Sesiones de la Junta Provincial de Buenos Aires, a 27 de noviembre de 1820. Ildefonso Ramos Mejía, presidente. Pedro Sebastiani, Vice-presidente. Félix Álzaga. Antonio Millán. Francisco Delgado. Santiago Rivadavia. Francisco Antonio de Escalada. Juan José Paso. Eulogio del Pardo. Rudecindo Linares. Mariano de la Fuente. Salvador Aguirre. Ignacio Correa. Severino Piñero. Victorio García de Zúñiga. Esteban Romero. Dr. Esteban Agustín Gazcón. Vocal Secretario. Es copia, Dr. Gazcón. Por lo tanto, y para que se tenga su debido cumplimiento y llegue a noticias de todos, publíquese por bando solemne, imprímase, fíjese en los parajes públicos acostumbrados y circúlese a quien corresponda.
MARCOS BALCARCE. Manuel Obligado, Secretario. Es copia. Don José Ramón de Basavilbaso.
Síntesis de la exposición en el Congreso Regional de Historia y de los Conflictos Armados. Maldonado. Uruguay
Introducción
Estadísticas de orientales en el Ejército libertador
La campaña libertadora – El Plan Continental
El Regimiento de Granaderos a Caballo (Constituido el El 16 de marzo de 1812)
El Ejército de los Andes
Oficiales orientales pertenecientes al Ejército de los Andes
Coronel Ramón Santos Buenaventura Alegre
Sargento Mayor Valentín Calderón
Prudencio Zufriategui
Teniente coronel Justo Rufino Guaty
Brigadier General Enrique Martinez
Coronel Jaime Montoro
Gregorio Sanchez
Francisco Zelada
General Eugenio Garzón
Manuel Antonio Artigas
Juan Francisco Martinez (Capellán)
Francisco Xavier de Viana
Capitán Bermúdez y Ramón Anador caídos en el El combate de San Lorenzo (3 de febrero de 1813)
Cap. Justo Germán Bermúdez
Cabo Ramón Anador
Artigas y San Martín
San Martín y el Uruguay
Fuentes consultada
Introducción
Desde el 25 de mayo de 1810 hasta la Batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824 un importante y distinguido número de orientales formaron una parte muy importante en el esfuerzo bélico por la libertad de América.
”San José, San Lorenzo, Suipacha, ambas Piedras, Salta y Tucumán” reza el coro de la “Marcha Patriótica” de Vicente Lopez y Planes. Luego se sumarían Chacabuco, Cancha Rayada, Maipú, Sipe Sipe, Vilcapugio y Ayohuma, Pichincha, Junín y Suipacha entre tantos otros combates, campañas y campos de batallas regada con la sangre generosa de los orientales, en las horas de parto de nuestra Patria. A esta historia se le agrega un capítulo adicional con la guerra con el Brasil y la Batalla de Ituzaingó el 20 de febrero de 1827.
Los hombres de la Provincia Oriental del Río de la Plata abrazaron con patriotismo la causa de la libertad y la independencia sumándose a los ejércitos y campañas libertadoras, desde el inicio junto al Gral San Martín y la creación del Regimiento de granaderos a Caballo hasta la última batalla por la independencia en la recordada gesta de Ayacucho de finales de 1824.
Vamos a traer de la historia a la memoria, estos hechos históricos, las personas y los valores que los fundamentaron, como parte de un acervo indivisible y común de las actuales repúblicas rioplatenses, que marcan su identidad y explican los lazos profundos que las vinculan entre sí.
Como si esto fuera poco el famoso Monumento al Ejército de los Andes, orgullo de la ciudad de Mendoza y paseo obligado de quien la visita, es una obra artística del escultor uruguayo Juan Manuel Ferrari. Se encuentra emplazado en la cima del Cerro de la Gloria en el Parque General San Martín. Fué un 12 de febrero de 1914 al conmemorarse el nonagésimo séptimo aniversario de la Batalla de Chacabuco que se inauguró el monumento.
Estadísticas de orientales en el Ejército libertador
58 personas involucradas como jefes en las campañas de la independencias de las Provincias Unidas en su guerra con España. No estamos hablando de la tropa y hemos partido de la lista que da el libro Los Orientales en la emancipación americana, Homero Martinez Montero, Centro Militar, Montevideo 1982. entre otras fuentes.
21 estuvieron vinculadas directamente con el Gral San Martín.
De estos 21, 8 participaron de la Guerra del Brasil.
El promedio de edad al morir de estos 58 hombres fue de 55 años. y en 1820 el promedio de edad era de 31 años. San Martín tenía 42 y el Gral Artigas 56
Es más longevo fue Felix Garzón (83) que participó de la guerra con el Brasil. y el màs joven al morir Lino Ramirez de Arellano (24) que participó de la Cruzada de los Andes
Lugar de nacimiento: la mayoría procedía de Maldonado y Montevideo.
La campaña libertadora – El Plan Continental
El Regimiento de Granaderos a Caballo (Constituido el El 16 de marzo de 1812)
El Primer Triunvirato otorgó a San Martín el grado de teniente coronel de Caballería y lo nombró conjuntamente comandante del Escuadrón de Granaderos que había de organizarse, previendo la necesidad de conformar un cuerpo de caballería idóneo y cualificado, compuesto por voluntarios rigurosamente seleccionados, cumpliendo parámetros de conducta y personalidad muy elevados.
Código de Honor
De la misma forma en la que San Martín reclamó de los granaderos el acatamiento de una conducta ejemplar frente a la sociedad y el ejército, hizo caso irrestricto de tales disposiciones sosteniendo como forma de vida la política de «predicar con el ejemplo».
La férrea disciplina, el culto al valor y al honor, la exigencia y rigurosidad en la instrucción física y militar quedaron entonces patentes en las siguientes disposiciones, establecidas en aquel entonces como la lista de «Delitos por los cuales deben ser arrojados los oficiales», a fin de establecer una norma de conducta para los oficiales del regimiento que sentara el ejemplo para el resto de la tropa.
Como gobernador intendente de Cuyo se dedicó a organizar el futuro Ejército de los Andes. El general San Martín conformó el ejército con 3 generales, 28 jefes, 207 oficiales, 15 empleados civiles, 3778 soldados de tropa.
Oficiales orientales pertenecientes al Ejército de los Andes
Visita a Chile del Presidente de la Republica Luis Alberto Lacalle de Herrera el 21 de marzo de 1991.
REPÚBLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACIÓN OFICIAL
Sesión Conjunta del Senado y de la Cámara de Diputados, en 21 de marzo de 1991, para recibir al Presidente de la República Oriental del Uruguay, Excelentísimo señor Luis Alberto Lacalle de Herrera
(De 16:19 a 17:9)
PRESIDENCIA DEL SEÑOR GABRIEL VALDÉS SUBERCASEAUX, PRESIDENTE DEL SENADO
SECRETARIO, EL DEL SENADO, SEÑOR RAFAEL EYZAGUIRRE ECHEVERRÍA
(Integran también la Mesa el Presidente de la Cámara de Diputados, señor José Antonio Viera-Gallo Quesney, y el Secretario de la misma Corporación, señor Carlos Loyola Opazo).
“Y yo, señor Presidente, para que no solamente quede en la memoria de los presentes, sino también en la Versión Taquigráfica de esta sesión, quiero repetir veintiún nombres que, como veintiún estampidos de salvas de honor, dicen de la letanía de los oficiales orientales que cruzaron con el Ejército de los Andes y pelearon como buenos en Cancha Rayada, en Chacabuco y en Maipú: Coronel Ramón Santos Buenaventura Alegre; General Pablo Alemán; Coronel Benito Álvarez; Sargento Mayor. Valentín Calderón; Coronel Juan Espinosa; Teniente Coronel Pedro Rafael Galup; Coronel Tomás Gómez; Teniente Coronel Justo Rufino Guaty; Brigadier General Enrique Martínez; Teniente Coronel Miguel Anacleto Martínez; Coronel Jaime Montoro; General Hilarión de la Quintana; Coronel Juan Ramírez de Arellano; Teniente Coronel Lino Ramírez de Arellano; Coronel Gregorio Sánchez; Coronel Antonio Saturnino Sánchez; Coronel Andrés Seguí; Coronel Ventura Vázquez Feijoo; Teniente Coronel Francisco Zelada; Coronel José Benito Martínez, y aquel soldado de soldados, el General Eugenio Garzón. “
l señor LACALLE (Presidente de la República Oriental del Uruguay)
Biografías
Hemos hecho una selección de las biografías basados en tres principios que son los siguientes:
Haber estado bajo el mando del Gral. San Martín
Haber participaron además de la guerra con el Brasil
Se han hecho 4 excepciones por la trascendencia de estos hombres en la causa americana: Manuel Antonio Artigas, Francisco Javier de Viana y el capitán Justo Bermudez y Ramón Anador.
—–
Oficiales a las órdenes del Gral. San Martín y participantes de la Guerra con el Brasil
Coronel Ramón Santos Buenaventura Alegre
Nacido en Montevideo el 1 de noviembre de 1795. Con 16 años se incorpora al movimiento revolucionario iniciado en Ascencio, sublevando con Manuel Francisco Artigas el este de la Banda Oriental; se incorpora a José Artigas en las vísperas de la batalla de Las Piedras, a quien sigue al Ayuí tras el primer sitio; participa del segundo. Al organizarse el regimiento de infantería Nro. 9 con Manuel Vicente Pagola, se incorpora al mismo como subteniente. Luego marcha con dicho cuerpo a integrar el Ejército del Norte que manda Rondeau, con la jerarquía de teniente. Participa de Sipe-Sipe; luego marcha a incorporarse al Ejército que prepara San Martín del cual es designado ayudante de campo con Eugenio Garzón. Participa del triunfo de Chacabuco, de Cancha Rayada y de la victoria de Maipú punto en 1815 se incorpora el Ejército auxiliar estacionado con Belgrano en Tucumán, donde se gesta un espíritu de rechazo a los orientales por la actuación de Artigas, por lo que en 1819 se le remite preso al cuartel general. San Martín lo incorpora de nuevo a su Ejército.
Embarcó en Valparaíso el 20 de agosto de 1820 para la campaña del Perú formando parte del Estado mayor de San Martín. Es capitán cuando el Ejército patriota entra en Lima; Teniente coronel en 1823, designándose el jefe del batallón de cazadores con el cual embarca hacia el sur.
Con el Mariscal Santa Cruz hace la campaña de puertos intermedios hallándose en Zepita, donde destaca su denodado valor. Luego interviene en Junín y de diciembre de 1824 a febrero de 1825 se desempeña como prefecto de Huamanga.
Terminadas las guerras de la independencia con el triunfo de Ayacucho. Alvear le encomienda la organización del segundo batallón de infantería, con el cual se incorpora al Ejército Republicano en su campaña contra el Imperio del Brasil. Es baleado y muerto mientras visita a su madre en Maldonado el 16 de mayo de 1827, con 31 años.
Sargento Mayor Valentín Calderón
Nace en Montevideo en 1799; el 2 de junio de 1819 se le da de alta como sargento primero en el batallón número 5 de infantería de Chile, con el cual embarcó en Valparaíso para la campaña libertadora del Perú. Así participa en el asalto al Callao y en la expedición a “puertos intermedios” con Alvarado, encontrándose en los combates de Torotá y Moquegua. Hechos prisioneros conducido a la isla de Chucuito recuperando la libertad luego de Ayacucho. De inmediato se incorporó a las fuerzas de Alvarado, marchando a la Paz y Potosí con el mariscal Sucre.
Terminada las luchas de la emancipación, retorna a Buenos Aires y participa de la guerra contra el imperio del Brasil, siendo distinguido por su comportamiento en Ituzaingó. Falleció en acción de guerra el 26/04/1829. (Batalla de Puente de Márquez -Unitarios y Federales.)
Prudencio Zufriategui
Hermano de Pablo, Prudencio Zufriategui, cadete en los Blandengues desde 1803, partícipe de las campañas contra los realistas en la Banda Oriental, en el Ejército de los Andes y en la Expedición Libertadora del Perú, finalizando su carrera como coronel y auditor de guerra en la República del Perú y el citado Juan (1786-1848) que participó en la defensa como ayudante de los húsares de Montevideo, formó parte de la Logia Lautaro de Buenos Aires, en 1817 integró la Logia Caballeros Orientales de Montevideo y dirigió el 8° de caballería en la campaña que finalizó en Ituzaingó.
Teniente coronel Justo Rufino Guaty
Oriundo de Maldonado, nacido en 1802 las Fuerzas Armadas de Buenos Aires y participa en el segundo sitio de Montevideo. En la campaña de Santa fe de 1815 fue herido, incorporándose luego como sargento al Ejército de los Andes coma en la división de Soler está en Chacabuco haciéndose acreedor al escudo discernido por el Gobierno de las provincias Unidas; Luego interviene en curapaligüe, cerrito del Gavilán y en el asalto a talcahuano, donde es herido gravemente. Estuvo después en Cancha rayada y en maipú, haciéndose acreedor a distinciones por su comportamiento. Embarca con el Ejército de los Andes para la liberación del Perú, participa de la segunda campaña de la Sierra; Asiste al Callao y persigue al Ejército realista en su retirada de Lima. Con el Batallón Río de la Plata hace la campaña de puertos intermedios, batiéndose en calana torta y moquegua, en cuya acción cae prisionero, confinado en la isla esteves del titicaca coma hasta el 20/02/1814. Al recuperar la libertad pasa a revistar en la división de los Andes, y al regresar al plata se enrola en el Ejército republicano, participando de ombú, ituzaingó, camacuá y Yerbal. Fallece el 03/05/1841.
Brigadier General Enrique Martinez
Es otro de los soldados orientales que con merecimientos sobresalientes interviene en la epopeya de la emancipación americana. Ocupa cargos militares de responsabilidad, desempeña funciones civiles, es hombre de consulta de Bolívar en momentos difíciles; soldado leal al pabellón bajo el cual milita.
Nació en Montevideo el 15 de julio de 1779; a los 12 años ingresó como cadete en el regimiento de dragones y como portaguión luchó contra los ingleses en las dos capitales del Plata; se pronuncia por la causa de mayo y es designado capitán del tercer regimiento de caballería creado el 4 de agosto de 1810.
En 1810 fue uno de los conjurados que asistieron a la casa de Rodríguez Peña, y tuvieron activa participación en los sucesos memorables de aquel año, con Darregueira, Belgrano, Guido, López y otros patriotas
Con el batallón de granaderos participa de la rendición de Montevideo, siendo acreedor a la medalla instituida y a la promoción de sargento mayor.
En 1815 se le destina a cuyo e integra el Ejército de San Martín; en el cruce de los Andes forma parte de la división del coronel Gregorio de las Heras y como su segundo le corresponde el privilegio de mantener el primer choque con el enemigo en potrerillos y casi enseguida en Guardia vieja, posición fortificada que toma a sable y bayoneta. En Chacabuco, mandando el Nro. 8 carga a fondo siendo su Cuerpo el que más bajas sufre, pero colabora decididamente al triunfo, mereciendo especial mención del general en jefe. Interviene también en los combates de Curapaligüe, donde manda el ala izquierda del Ejército, Cerrito del Gavilán y Maipú. San Martín le promueve a coronel graduado O Higgins le designa gobernador militar y político de Talca y Curicó. Ante el grave suceso de la renuncia de San Martín que pone en peligro los planes de liberación del continente, promueve la solución que se asienta en el acta de Rancagua que le mantiene el cargo y puede así embarcar hacia la campaña libertadora del Perú donde sus excepcionales condiciones la reservan cargos de responsabilidad.
La Revista de Rancagua – Óleo de Juan Manuel Blanes
Participa de la ocupación de Lima y de la rendición del Callao; es designado miembro fundador de la orden del Sol; presidente del departamento de Trujillo donde se consagra la organización de un cuerpo de reserva y como jefe del Estado mayor del Ejército de los Andes participa de la expedición de “puertos intermedios” mandando la vanguardia de Alvarado. Le corresponde el efímero y único triunfo de esta campaña en Calana y por desoír se sus ponderados consejos, los patriotas sufren luego los descalabros de Torata y Moquegua, cuyas consecuencias produce el cambio de Gobierno en Lima. Por acuerdo de los jefes expedicionarios superiores Martín es designado jefe del Ejército Libertador que componen cuerpos de Perú y Colombia con el cual afronta las fuerzas españolas en su intento de recuperación de Lima punto al frente de los batallones “Río de la Plata” y “Rifles” les obliga a repasar el río Lurín; Por esa época es mariscal del Perú.
Conmovido su espíritu por tanto sucesos y su físico por dolencias, renuncia a todos sus cargos y se dirige a Santiago de Chile. Durante su permanencia allí, ya finalizadas las guerras de la emancipación americana, recibe de Buenos Aires el honroso cometido de conducir a ella los restos del famoso regimiento de granaderos, 76 hombres de aquel glorioso cuerpo que tras 9 años de lucha se reintegraba a su patria. No termina aquí aún su intervención en la tarea de moldear un nuevo continente.
Fue designado Comandante del «Primer Cuerpo del Ejército Republicano en operaciones entre la Banda Oriental y el Brasil» en la guerra contra el Imperio desplazando militarmente a las tropas brasileñas de Las Piedras, Yaguarón, Cerro de María, Pintos donde el general Martínez tomó prisionero al legendario guerrillero Juca Teodoro-San Miguel, Potreros y Laguna Merim. Sitió posteriormente Montevideo, pero no consiguió tomar la ciudad.
El 1 de diciembre de 1828 fue el segundo jefe del general Juan Lavalle, durante la revolución que derrocó a Dorrego, y logró la rendición de los ministros Tomás Guido y Juan Ramón Balcarce..
De regreso al Uruguay en 1833, fue ministro de Guerra y Marina (1838-43) del gobierno de Rivera, hallándose entre los jefes vencedores de Cagancha (Ver Cagancha). Durante el «Sitio Grande» (Ver Sitio Grande) fue capitán del Puerto de Montevideo y miembro de la Asamblea de Notables del «Gobierno de la Defensa» (Ver Defensa).
Nuevamente ministro de Guerra y Marina (1853-55), bajo el Triunvirato, y el gobierno de Flores (Ver Flores, Gral. Venancio). Luego del fracasado intento revolucionario de 1858, contra el presidente Pereira (Ver Pereira, Gabriel A.), en el que perdió la vida César Díaz (Ver Díaz, Gral. César), yerno del anciano general Martínez, partió éste a Buenos Aires, donde habría de morir en 1870, a la edad de 81 años
Expresa el doctor Adolfo Saldías en su historia de la Confederación Argentina: “el general Enrique Martínez había sido uno de los jefes más brillantes del Ejército de los Andes punto su audacia y te dice militar valieron el justo renombre en Chile como Perú y en todas las campañas que hicieron las armas argentinas por la independencia de América del Sur. San Martín fue su amigo; Bolívar lo distinguió y arenales coma las Heras y Necochea lo elogiaban, Era un militar de escuela que había cometido empresas difíciles para sentirse con fuerzas cuando quisiera cometer cualquiera de las que le sugieren sus brillos geniales y su marcada predisposición para dominar a los que le rodeaban.
Pasó sus últimos años peleando contra Rosas a las órdenes de Rivera.
Bartolomé Mitre, lo designó padrino de la ceremonia de inauguración del monumento al general San Martín en la plaza que hoy lleva su nombre el 13 de julio de 1862, pronunciando una vibrante arenga. En su vejez escribió sus Memorias, y colaboró con Bartolomé Mitre en su Historia de San Martín
Coronel Jaime Montoro
Nacido en colonia el 15/01/1793; Se inició joven en la carrera militar y como alférez actúa en las tropas sitiadoras de Montevideo. El 01/10/1814 se incorpora al regimiento de granaderos a caballo y con el Ejército del norte marcha a la campaña del alto Perú, asistiendo a las batallas de paso del marqués, vuelta y media y sipe sipe, replegándose con el Ejército vencido, a juju. Se integra el Ejército de los Andes y con el regimiento de cazadores acabados participa del triunfo de chacabuco siendo propuesto por San Martín como sargento mayor en mérito a su actuación punto hizo la campaña del sur de Chile; Se halló en la sorpresa de cancha rayada y en la victoria de maipú. En 1819 regresa a Buenos Aires y en 1008 26 incorporó al Ejército republicano, encontrándose en los combates de Ombú, ituzaingó, camacuá y Yerbal. Por su comportamiento en el segundo coma fue reconocido en la orden general como comandante del segundo escuadrón del cuarto de caballería.
Gregorio Sanchez
Hermano de Antonio Saturnino Sánchez nació en el actual departamento de lavalleja 1797 como ingresando como cadete en el cazadores del río de la plata el 11/01/1811; subteniente en mayo de 1809 puntos incorpora las fuerzas americanas en 1812 con que como perdí en el segundo sitio de Montevideo y recibe la condecoración de los que rinden a la ciudad así como su promoción a teniente. Viaja a Buenos Aires y es destinado a la compañía del alto Perú; Pasa al glorioso número 9 de Pagola y No obstante ser herido herido de bala en lucha de guerrillas coma puede intervenir en sipe sipe.
En enero de 1816 se ha destacado en en febrero en guan Calera, pasando a salta con el Ejército auxiliar acantonados en Tucumán y en 1821 se le comisiona para conducir 300 hombres a Lima. Hace la campaña de ica con Juan Pardo de zela; Cumple varias comisiones dedicadas y regresa a la capital peruana por orden de San Martín, incorporándose al Ejército de los Andes 20, interviene en cuartos intermedios. Se le defina luego a las 10:03 minutos de un cuerpo de milicias en Lima; En 1824 regresa a Buenos Aires. Al año siguiente se incorpora al Ejército de observación sobre el río Uruguay 1826 se le promueve a sargento mayor. Fallece en Montevideo en 1841
Francisco Zelada
Meritorio soldado de la situación americana toma más nacido en la colonia del sacramento entre 1784 y 1790. Es muy de 1801 ingresó como cadete en el regimiento de infantería de Buenos Aires, con asiento en Montevideo. Es subteniente en mayo de 1810 y Ayudante Mayor en diciembre de 1811, en Pardos y Morenos. Como ayudante de su compatriota Hilarión de la Quintana asistió al segundo sitio de Montevideo; se batió en el cerrito y penetró en la ciudad rendida con sus galones de capitán.
En septiembre de 1814 marchó con el sector infantería del Ejército del norte haciendo con Rondeau la campaña del alto Perú, interviniendo las acciones Ayohuma y Sipe Sipe; con Belgrano se acantonó en Tucumán.
Ante una solicitud de cooperación de San Martín que se preparaba para liberar Chile, Belgrano le envió una partida de 50 infantes de línea al mando de Zelada que lo condujo hasta La Rioja. De acuerdo a las órdenes del general en jefe, el ya teniente coronel Zelada invadió el territorio chileno y derrotando partidas enemigas ocupó las localidades Huasco y Copiacó. Por sus acciones en esta campaña mereció los plácemes de San Martín y los premios acordados con el Gobierno de las Provincias Unidas a los vencedores de Chacabuco.
Luego y otros servicios menores falleció en Buenos Aires el 09/07/1863
General Eugenio Garzón
Jefe y amigo de San Martín
Bizarro oficial que con Ventura Alegre realizara gloriosamente la campaña emancipadora de América, prócer (de siete repúblicas americanas) regresando luego a la patria cargado de medallas y de honores, era también el mismo que, niño aún, jadeante de entusiasmo, con su hermano Félix y llevado del brazo de su madre se presentara en 1811 en el campamento de Artigas a compartir las fatigas de la lucha y desenvainar la espada que sólo había de volver a la vaina después de asegurar la libertad en el campo tendido desde del Plata al Orinoco.
Nace en Montevideo el 06/09/1796; A los 15 años se presenta voluntario a las fuerzas de D. José Artigas; ofrece sus servicios a Rondeau, su jefe en el segundo sitio de Montevideo y en el Cerrito. Con grado de teniente primero se le incorpora al regimiento Nº 9 formado por Manuel Vicente Pagola y hace toda la campaña de 1815 del alto Perú hasta el desastre de Sipe-Sipe.
Designado ayudante de campo del ilustre jefe, cruza los Andes una vez más para participar de chacabuco, cancha rayada y maipú que da la libertad Chile. En Chacabuco,por su acción descollante, es promovido a mayor.
Regresando a Mendoza con más incorpora al Ejército auxiliar de Belgrano; El ambiente es allí desfavorable de los orientales a causa de la política federalista de Artigas coma por lo que conjuntamente con otros militares es remitido preso e incomunicado al cuartel general de San Martín que tras acusar recibo los reincorporó a sus fuerzas. Como integrante del Estado mayor general del Ejército de los Andes embarca en el navío San Martín para intentar la liberación del Perú.
En Lima, intervienen las negociaciones de San Martín con el virrey que se resuelve en el armisticio de Punchauca; Garson es ahora capitán efectivo y ostenta las medallas de Montevideo, chacabuco, maipú y Pasco; Con la creación de la orden del Sol se designa benemérito de la misma.
Marcha con las fuerzas de Santa Cruz a la campaña de Quito e intervienen Pichincha, mereciendo el ascenso a sargento mayor al regresar al Perú se le destina a la guarnición del Callao al frente del segundo de cazadores y actuando como ayudante del Estado mayor con jerarquía de teniente coronel. El 16/05/1823 embarca en la división de Santa Cruz para la tercera campaña de puertos intermedios, encontrándose en Zepita coma donde se distinguió por su bizarro comportamiento que le hace acreedor a especiales testimonios de Bolivar,Santa Cruz y Gamarra.
Con las fuerzas del general Miller interviene en la jornada de Junín y Ayacucho que pone fin a la emancipación de América.
De la consideración de Bolívar es claro testimonio su designación para pacificar la región de Huancavelica conmovida por sangrientas conmociones indígenas.
Por los días en que el Libertador le promueve a coronel, llega a Chuquisaca la noticia de la declaración de guerra de la Provincias Unidas al imperio del Brasil, lo que impulsa a Garzón a solicitar licencia para prestar servicios a su tierra natal al dar este paso dice “no tengo otro interés que me anime que el tomar una parte aunque sea pequeña en defender mi patria en la Banda Oriental, cuya suerte no puedo mirar con indiferencia”.
Integró el Ejército Republicano de las Provincias Unidas en la guerra contra el Imperio de Brasil (1826-28) Participó en la victoria de Ituzaingó. Luego fue diputado a la Convención Constituyente uruguaya, y ministro de guerra de los presidentes provisionales Rondeau y Juan Antonio Lavalleja.1
En las luchas civiles posteriores a la independencia Apoyó a Oribe contra Rivera, pasando a Buenos Aires en 1838. Distanciado de Oribe se unió a Urquiza contra Juan M. de Rosas, gobernador de Buenos Aires.
Celebrada la Paz de 1851 que culmina la Guerra Grande era el hombre destinado a ocupar la presidencia del país cuando lo sorprende la muerte el 10 de diciembre de ese año.
Su servicio como soldado de la emancipación de América totalizaba entonces 12 años y un día.
Estando en 1829 San Martín en Montevideo, el General Eugenio Garzón, tuvo grandes gentilezas con San Martín que había sido su Jefe y amigo.
Como hemos dicho el Ministerio de la Guerra del nuevo Estado Oriental había sido confiado a la pericia del Coronel Eugenio Garzón, habiendo querido el destino que le tocará recibir en su patria al glorioso Jefe bajo cuya dirección había servido en el ejército de los Andes al hacer la campaña de Chile y el Perú. Tenía entonces Garzón 33 años y lucía en su haber las condecoraciones que le acreditaban como héroe de la Independencia de las Provincias Unidas, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador.
Cómo lo sabe el señor Ministro, siendo yo Oficial auxiliar del Ministerio de la Guerra, fui designado ayudante del General San Martín, cuando permaneció en Montevideo y aún tengo bien presente, a pesar de los años, el recuerdo afectuoso de aquella despedida que los orientales le hicieron, habiendo sido yo el último, cumpliendo con mi obligación militar, que abandonara el barco que le condujera a Europa después de recibir el abrazo del glorioso soldado que emocionado abandonaba la patria.
Quedo siempre a órdenes de V. E. a quien Dios guarde. ms. Años. — Hermenegildo de la Fuente.
«Montevideo, Junio 12 de 1907. –Señor don Plácido Abad.
Estando el General Eugenio Garzón muy rendido a los piés de una dama, San Martín, le dijo al pasar:
—Cuidado mi jóven Coronel, con un segundo Sipe-Sipe.
—Siempre es agradable mi General, ser vencido por una mujer, contestó Garzón. (x)
(x) Esta anécdota histórica fué contada por la ilustre dama oriental María Inés Furriol de Lasala a su
Fue el primero en caer en 1811 junto con Felipe Pereyra Lucena, aunque no formó parte de la campaña de los Andes, Manuel Antonio Artigas, primo de José Gervasio pero merece la pena la mención que con justicia guarda la pirámide de mayo en Buenos Aires.
Una placa en la Pirámide de Mayo los recuerda sin más datos. Estos hombres fueron los primeros oficiales muertos en combate por la Patria en 1811.
Manuel Antonio Artigas durante la Revolución de Mayo participó en el grupo de “chisperos” de French y Beruti. Como Capitán del Ejército de Manuel Belgrano a la Expedición al Paraguay y ascendido a Comandante durante ésta fue herido de gravedad en la batalla de San José (25.Abr.1811) falleciendo un mes después a resultas de las heridas a los 33 años.
Autor de la primera obra dramática escrita por un hijo del país: «La lealtad más acendrada, o Buenos Aires vengada», en que se celebra la victoriosa Reconquista de Buenos Aires (Ver Reconquista), de manos de los ingleses (1806). Escribió también la poesía titulada «Canción de despedida del Regimiento número 9, en su partida al Perú, en el año 1814», cuerpo integrado casi enteramente por orientales (Ver Regimiento Nº 9), y del que fue nombrado capellán.
Hijo del primer gobernador de Montevideo nació en esta ciudad el 03/12/1764. antes de los 10 años fue enviado a estudiar a España,ingresando en el Real Colegio de guardiamarinas, haciendo brillante carrera en la Armada española. Participa, a pesar de su baja jerarquía en la expedición político científica de Alejandro Malaspina. A su solicitud, siendo ya capitán de corbeta, se lo agrega al apostadero de Montevideo. En un primer momento sostiene la causa realista, pero se pronuncia pronto por los patriotas; intervienen en el segundo sitio de Montevideo y en la batalla del Cerrito. En junio de 1813 es designado gobernador intendente de Córdoba donde, entre otras iniciativas, favorece la creación de una fábrica de armas y la fundación de escuelas. El director Posadas lo nombró Ministro de guerra, desde cuyo cargo favorece decididamente la creación de la fuerza naval como indispensable para arrebatar a los españoles su superioridad en las aguas. Apoyó asimismo la creación de fuerzas auxiliares argentinas destacadas en Chile a las órdenes de Marcos Balcarse y Juan Gregorio de las Heras. Manteniendo su alta jerarquía ministerial con Alvear, prestó todo su apoyo a la formación del Ejército de los Andes. Cae con este director siendo confinado por cuatro años en Chascomús, cesando luego en toda actividad política militar. Fallece en Montevideo el 05/03/1820
Capitán de fragata D. Francisco Xavier de Viana y Alzaibar desde el 17 de marzo de 1798 a los primeros días de abril de 1799. Fue gobernador de las islas Malvinas.
Los hechos concretos son que los pasajeros de la fragata George Canning, San Martín, Alvear, Vera, Arellano, Holmberg, Zapiola, son incorporados a los ejércitos patriotas por gestión de Viana. Está tras de la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo, así como de toda la organización de los ejércitos, de su logística en general, de la gestión del personal militar: nombramientos, ascensos, traslados, remuneraciones, bajas, premios. De la provisión del armamento menor y mayor, artillería, munición; de la instalación de fábricas militares tanto de armas como de pólvora. Del transporte y desplazamiento de tropas. De la caballada. De la alimentación de hombres y caballos. De la provisión de uniformes. Y de presupuestar, distribuir y obtener los recursos para todas las operaciones militares. Durante su jefatura del Ejército Belgrano vence en Salta y Tucumán. San Martín lo hace en San Lorenzo. Viana es responsable de los sitios de Montevideo. La victoria del Cerrito se obtiene estando él en el mando in situ. La estrategia sobre el desplazamiento final de los españoles del gobierno de Montevideo por Alvear, para después –con los recursos obtenidos- iniciar la tercera campaña al Alto Perú, se establece cuando Viana es el Secretario de Guerra y Marina. La formación de la primera armada patriota ocurre bajo su responsabilidad. La selección, compra y armado de los navíos, la contratación de los mandos navales y la marinería también. Cuando Viana es ministro, la flota obtiene las victorias de Martín García y de Montevideo y Alvear rinde a esta ciudad.
Viana es el autor de un plan para defender el Río de la Plata cuando sobreviene la amenaza de un poderoso ejército español. Es defensor insospechado de la unidad de las Provincias. En su exilio de Chascomús esboza uno de los primeros planes de ampliar las fronteras sud-occidentales del país. Es quien instruye a Fructuoso Ribera sobre cómo enfrentar a los invasores portugueses de la provincia Oriental.
Capitán Bermúdez y Ramón Anador caídos en el El combate de San Lorenzo (3 de febrero de 1813)
Cap. Justo Germán Bermúdez
En el fragor del combate mientras San Martín estaba caído debajo del caballo y Cabral y Baigorria lo ayudaban, Bermúdez tomó el mando y se puso al frente de batalla
«Bermúdez es el granadero a quien San Martín le confía una de las dos alas en las que había dividido su tropa. El general le ordena que cuando lleguen al medio del campo de batalla inicien el ataque; pero a Bermúdez se le hizo más larga la vuelta y no llegó a enfrentarse en el mismo momento que su jefe», explicó.
En el fragor del combate y al ver a San Martín caído debajo del caballo, detalló, «las tropas empiezan a dispersarse al no encontrar a quién seguir. Ahí Bermúdez toma el mando y se pone al frente del ataque, mientras Cabral y Baigorria ayudaban al Libertador».
Durante esa toma del mando Bermúdez «fue gravemente herido en una pierna» y según la tradición oral, de boca de los franciscanos, aún así «se sentía culpable de no haber podido cumplir» la orden de atacar al mismo tiempo que San Martín a los realistas.
Gaitán de Cucit dijo que Bermúdez perdió una de sus piernas y murió catorce días después del combate de San Lorenzo.
Bermúdez «estuvo alojado en uno de los dormitorios de los sacerdotes del convento y no fue llevado a Buenos Aires, junto con otros heridos» por su grave estado, relató.
«Yo rescato la figura de este hombre y la relevancia de su acción heroica, tanto o más que la de Cabral y Baigorria. Por ahí la historia no lo ubica en el lugar que merece. No es poca cosa reagrupar la tropa y salir a enfrentar al enemigo con su jefe tendido en el piso», afirmó la historiadora.
Los granaderos «no tenían experiencia ni formación militar y era su primer combate: sólo eran jóvenes y heroicos», dijo, por lo que cobra mayor relevancia la acción de Bermúdez «al asumir la jefatura de la tropa en un momento crucial de la batalla».
El historiador rosarino Plácido Grela dijo del capitán Bermúdez: «Puso su espada al servicio de una causa: la de la patria. Sirvió un alto ideal: la emancipación americana. Su lucha, al igual que la de todos los valientes soldados y civiles que sirvieron las doctrinas democráticas de Mayo, es digna de ejemplo permanente».
Cabo Ramón Anador
Soldado a las órdenes de San Martín, peleó y murió heroicamente en el combate de san lorenzo
Artigas y San Martín
El Libertador escribió a José Artigas en estos términos: «Mi más apreciable paisano y señor: no puedo ni debo analizar las causas de esta guerra entre hermanos. Y lo más sensible es que siendo todos de iguales opiniones en sus principios, es decir, de la emancipación e independencia absoluta de la España. Pero sean cuales fueran las causas, creo que debemos cortar toda diferencia y dedicarnos a la destrucción de nuestros enemigos, los españoles, quedándonos tiempo para transar nuestras desavenencias como nos acomode, sin que haya un tercero en discordia que pueda aprovecharse de estas críticas circunstancias. Cada gota de sangre americana que se vierte por nuestros disgustos me llega al corazón. No tengo más pretensión que la felicidad de la Patria; en el momento en que ésta se vea libre renunciaré al empleo que obtenga para retirarme, teniendo el consuelo de ver a mis conciudadanos libres e independientes...». (José de San Martín). 13 de marzo de 1819
“No, el general San Martín jamás derramará la sangre de sus compatriotas y sólo desenvainará la espada contra los enemigos de la independencia de Sudamérica”. El texto anterior forma parte de la proclama que San Martín dirigió el 22 de julio de 1820, desde Chile, a los habitantes rioplatenses, días antes de emprender la expedición al Perú.
Por otra parte Artigas tuvo durante toda su vida y aún mismo en el curso de su actuación militar verdadera simpatía por la figura de San Martín considerándolo fiel en la balanza política si ante él se medían los actos de su vida con los de sus irreconciliables enemigos.
Le batió dianas desde su campamento a los triunfos que el capitán de los Andes cosechará en las quebradas de Chacabuco y Maipo y ya antes de entonces le había saludado por intermedio de su propio hermano Manuel Francisco Artigas cuando aquel diera el combate de San Lorenzo donde rindieron la vida dos soldados orientales formados al lado de su primo el héroe de Tacuarí y San José: Justo Germán Bermudez, noble hijo de la ciudad maragata y Ramón Anador el valiente cadete de Montevideo.
San Martín arribada, pues, el pueblo que le profesaba verdadera simpatía en momentos que si bien eran de intensa agitación política por los sucesos dolorosos ocurridos en Buenos Aires eran sin embargo de evidente regocijo por la consolidación de la independencia nacional.
El 13 de febrero de 1829 entró, pues, al puerto de la ciudad que fundara Zabala el buque que traía tan ilustre visitante. Era un día viernes, de pleno verano en que las brisas bo- nanciles del mar hacen realmente agradable la permanencia en Montevideo. Plácido Abad, El General San Martín en Montevideo 1829, Montevideo Peña, Edición 1928.
San Martín y el Uruguay
¿Quién fue o quién es San Martín para el pueblo oriental?
“José de San Martín es también nuestro; su espíritu está poderosamente vinculado y agradecido a los orientales por algo tan perdurable como el lauro inmortal de la guerra: por el reconocimiento profundo de nuestra sincera simpatía demostrada hacia él en horas crueles y manifestada abiertamente en momentos de dura incertidumbre.
Ofrezco estas páginas sin otra pretensión que la de ver realizada una patriótica aspiración y por si de algo pueden servir para vincular aún más a los pueblos hermanos del Río de la Plata. Montevideo, Febrero de 1924. “
Una unidad militar del Ejército Nacional (del Uruguay) lleva el nombre de Brigada «Gral. José de San Martín» de Infantería N° 2 del dpto. de Colonia, recordando la hermandad con la Argentina como reza los fundamentos del nombre y alude a esa frase de San Martín de no usar su sable en luchas entre hermanos en su carta a Artigas.
San Martín en Montevideo
La primera vez fue a fines de 1783, el 6 de diciembre, con todos sus familiares, en plena infancia, un niño, con cinco años de edad, embarca en la Santa Balbina surto en la bahía de Montevideo, rumbo a su destino militar en España.
La segunda vez: en 1824 camino a Europa, existe la versión que durante la recalada en Montevideo, el Libertador bajó a tierra, permaneciendo su pequeña a bordo, arribando al Havre el 23 de abril de 1824, de paso a Inglaterra.
La tercera que no fue la vencida llegó a Montevideo el 12 o 14 de febrero de 1829, dos meses y 20 días después de su arribo a Montevideo regresa a Falmounth en el paquete (barco correo) SMP Lady Wellington. Tenía 48 años.
La última vez con motivo de la repatriación de sus restos. Arribó a Montevideo a las 18 horas del 17 de mayo de 1880. A pedido del gobierno del Uruguay presidido por Francisco Antonino Vidal Silva se desembarcó el féretro rindiéndosele honores en la Catedral de Montevideo.
Orientales, la Patria o la Tumba, Libertad o con Gloria morir!
¡Es el voto que el alma pronuncia,Y que heroicos SUPIERON cumplir!
Fuentes consultada
Los Orientales en la emancipación americana, Homero Martinez Montero, Centro Militar, Montevideo 1982
Orientales en la emancipación americana, Aníbal Barrios Pintos, Washington Reyes Abadie
Fundación Beisso-Fleurquin, 1981
Orientales en la emancipación americana Casaballe Basterech, Luis Albert Casaballe Basterech, ISBN: 100726392, Editorial: Luis A. Retta Libros, S.A. Fecha de la edición: 2003. Lugar de la edición: Asunción (Paraguay). Paraguay.
Alfredo C. Castellanos & Antonio Mena Segarra, “Nomenclatura de Montevideo y actualización, por Alfredo C. Castellanos y Antonio Mena Segarra,” Publicaciones Periódicas del Uruguay, accedida October 8, 2022, https://biblioteca.periodicas.edu.uy/items/show/3151.
Walter Rela. Uruguay: cronología histórica documentada, ISBN 088354010X, 9780883540107
En octubre de hace 200 años la Provincia Oriental será sometida por la fuerza al Imperio del Brasil y se forzará además a un juramento un 17 de octubre de 1822 en la Florida. Dicho juramento resulta muy controversial sin duda, lo interesante es que será Congreso reunido también en Florida en 1825 que va a : “declarar “írritos, nulos, disueltos y de ningún valor para siempre, todos los actos de incorporación […] arrancados a los pueblos de la Provincia Oriental, por la violencia de la fuerza unida a la perfidia de los intrusos poderes de Portugal y el Brasil que la han tiranizado […] desde el año de 1817 hasta el presente de 1825”.
Durante Octubre 1822
Comienza la Campaña de Intermedios – Perú
La primera campaña de Intermedios, o los puertos intermedios, fue una expedición militar dirigida por el general Rudecindo Alvarado por encargo del Congreso Peruano en contra de las fuerzas realistas acantonadas en la sierra sur del Perú. Esta expedición fracasó pues los oficiales patriotas no pusieron el dinamismo que las acciones bélicas precisaban, lo que motivó la rápida reacción de los jefes realistas a órdenes del virrey José de La Serna, los cuales triunfaron en dos batallas consecutivas: Torata y Moquegua (19 y 21 de enero de 1823).
Lecor que había establecido su cuartel general en San José, con el apoyo de las tropas provenientes de Brasil, ordena a todos los Cabildos y a los jefes de milicias de campaña que presten juramento de fidelidad al Emperador Pedro I, así como a la integración del Estado Cisplatino gobierno surgido del Grito de Ipiranga.
Por su parte, Lecor procedió a proclamar a Pedro I, Emperador constitucional del Brasil, el 12 de octubre de 1822; el día 16 lo hizo el Cabildo de San José; el 17, el Regimiento de Dragones de la Unión, al mando de Fructuoso Rivera; el 8 de noviembre, el Cabildo de Maldonado y el 10 del mismo mes, el Cuerpo capitular de Santo Domingo Soriano; el 26 de octubre, lo había practicado el Cabildo de Canelones
y el 15 y el 25 de diciembre lo harían los vecinos de la Capilla Oratorio de Tacuarembó Chico y los del departamento de Entre Ríos, Yí y Negro (Durazno), respectivamente.
En el impreso de la época donde consta el acta de aclamación del Regimiento de Dragones de la Unión aparecen firmando dicha acta, luego de la de su jefe, Fructuoso Rivera, los demás integrantes de su plana mayor y oficiales de las compañías de dicho cuerpo, entre las cuales las de Juan Antonio Lavalleja, con el grado de Capitán.
“No habiendo encontrado el documento con sus firmas -dice Aníbal Barrios Pintos- pese a nuestras búsquedas, mientras no aparezca cabe la posibilidad de que sus nombres hayan sido incluidos como integrantes de la plana mayor de dicho regimiento.
En el impreso de ese mismo año (1822), curiosamente figuran como Juan Antonio Laballeja y Manuel Laballeja, grafía que no utilizaban. El acta de aclamación celebrada en Tacuarembó el 15 de diciembre, podría confirmar nuestra presunción, pues en ella figuran muchas personas inscriptas con una misma forma de letra”.
Las actas de aclamación fueron hechas según un modelo redactado por el Dr. Nicolás Herrera, según se desprende de carta de éste al Dr. Obes, fechada en San José, el 16 de octubre de 1822: “Nuestro apuro fue hallar el modo de meter a la Provincia en la aclamación del emperador, antes que el influjo de los independientes de Montevideo a cuya cabeza está Santiaguito Vázquez y Juan Benito (Blanco), protegidos por el Consejo militar, nos envolviese en nuevos desórdenes.
Felizmente vino Fructuoso Rivera que se halla acampado con su Regimiento de Dragones a 4 leguas de este Cuartel Gral., y como está decidido por el orden se prestó a hacer la aclamación: hicimos un tentón a este Cabildo y don Tomás con su influjo todo lo allanó. Yo hice los modelos de la aclamación (que les envio)…”
Pero además, las reuniones realizadas por los Cabildos y vecindarios de las ciudades y pueblos de la Provincia para prestar dichas aclamaciones fueron realizadas bajo amenazas y coacciones.
En Maldonado, según testimonio de Carlos Anaya -que participó del acto- habiéndose producido, inicialmente, una fuerte resistencia, ésta debió abatirse ante la presencia de Rivera con una escolta de 15 hombres y el recibo de una “nota oficial del Barón amenazando a las autoridades con destierro y barras de grillos”. En Canelones, según carta de Silvestre Blanco a Bernardino Rivadavia, datada en Montevideo, el 29 de octubre de 1822, “El Brigadier Marques con 200 hombres llamó a los habitantes a Cabildo para que jurasen al Emperador; viendo que no concurrían asedió con su tropa la Iglesia, a esperar que salies en los que habían entrado en ella para el entierro de la hija de un francés llamado Chapman; salen los doloridos y acompañamiento, y al momento por una sabia maniobra militar todos fueron hechos prisioneros y conducidos al Cabildo y obligados a firmar juramento al Emperador…”. (En: Crónica General del Uruguay,34)
Participantes: Lecor
Fuentes:
Cronología Histórica Documentada – Tomo 3 – Walter Rela
14 de octubre
Carta de Nicolás Herrera a Rivera con el modelo de aclamación para conocimiento de los Cabildos de la campaña.Se comunica a todos los Cabildos de la Prov. la instrucción de aclamación y se les obligó por la fuerza a proceder a acatarla.
“Todos los Pueblos, Gobiernos, Cavildos, y Tropas de las ciudades y villas del Brasil han declarado solemnemte su Independencia, proclamando sostenerla con sus vidas, han proclamado Primer Emperador Constitucional del Brasil al Sr d.n Pedro de Alcantara, antes Príncipe Regente y Defensor Perpetuo del Brasil con calidad de que el mismo Augusto Señor prestará previamente el juramento solemne de = jurar, guardar, mantener, y defender la constitución política del Imperio, que hiciere la Assamblea Gral Constituyente y legislativa del Brasil compuesta de los Diputados de todas las Provincias confederadas; y los habitantes se han puesto una escarapela y lazo verde en el brazo izquierdo enseñal de su independencia y confederación bajo el nuevo Imperio Brasiliense; y al hacer la aclamación del Emperador, todos los Pueblos,
Gobierno, Cavildos, y tropas han dado los vivas sigte:
“1.° viva nuestra Sta Religion =
“2.° viva la Independencia del Brasil _
“3.° viva la Assamblea General Constituyente y legislativa del Brasil _
“4.° viva el Emperador Constititucional del Brasil el Sr. d.n Pedro Primero _
“5.° viva la emperatriz del Brasil y la Dinastia de Braganza Imperante en el Brasil.
“6.° Viva el Pueblo Constitucional del Brasil
“Luego que llego aquí esta noticia se reunieron todas las tropas del Continente Comandado p.r su inmediato Gefe el Brigadier Manuel Marquez de Souza, y puesto a su frente el Barón de la Laguna Capitán General de este Exercito y Estado hicieron la misma aclamación del Emperador Constitucional el Sr d.n Pedro Primero, entre vivas y repetidas salvas de fusilería y artillería, el dia 12 del Corriente, en que cumplio años el mismo Augusto Señor.
Participante: Nicolas Herrera
Fuentes:
Cronología Histórica Documentada – Tomo 3 – Walter Rela
17 de octubre
Firma del acta de aclamación y reconocimiento del emperador Pedro I de Brasil por Rivera y Lavalleja
En 1822, el Imperio de Brasil se independizó de Portugal; durante la crisis subsiguiente, los dirigentes orientales intentaron lograr que las fuerzas portuguesas que ocupaban Montevideo, le entregaran la ciudad a ellos, aun cuando el interior de la Cisplatina estaba ocupada por las fuerzas leales al Brasil, comandadas por Lecor. Pero los portugueses entregaron Montevideo a Lecor, que siguió gobernando la Provincia Cisplatina en nombre del Emperador Pedro I. No todo el territorio de la Banda Oriental quedó dentro de la Cisplatina: la fracción más septentrional pasó a depender la Capitanía de San Pedro del Río Grande del Sur. El 17 de octubre de ese año, en el Arroyo de la Virgen, el coronel Fructuoso Rivera, junto a Juan Antonio Lavalleja y los demás oficiales y tropa del Regimiento de Dragones de la Unión prestaron juramento solemne de fidelidad al emperador – juramento que no tardarían en violar. En días sucesivos lo harán los Cabildos de San José, Maldonado, Canelones y Santo Domingo de Soriano (noviembre 8 y 10).
Silvestre Blanco le escribe a Rivadavia avisándole que el Cabildo le ha negado obediencia a Lecor y le da otros informes sobre la posibilidad de actuar los soldados de la División Voluntarios Reales del Rey en favor de una rebelión para tomar la plaza.
20 de octubre
Reunión de los Caballeros Orientales.
La Sociedad Secreta Caballeros Orientales (que jugará importante rol en la independencia de la Provincia) realiza una reunión catalogada de fundamental para concretar su acción inmediata, que no era otra que renovar “sus patrióticos trabajos” (iniciados en 1819 y frustrados por los acontecimientos políticos) aprovechando las disidencias entre Lecor y da Costa.
Fuentes
Cronología Histórica Documentada – Tomo 3 – Walter Rela
22 de octubre
Impreso anónimo da a conocer los Caballeros orientales y Un grupo de Vecinos de Montevideo informa al Gobernador de Buenos Aires de su lucha contra Lecor.
«Se conoce un impreso anónimo que da noticia del nacimiento del “Club Patriótico de Montevideo denominado Caballeros Orientales” y los sentimientos que lo animan.
“El club patriótico de Montevideo denominado Caballeros Orientales surgió de la gran Logía de los Lautaro establecida en Montevideo y en disidencia con la que existía en Buenos Aires. Don Santiago Vázquez era uno de sus antiguos miembros: y suyo fue el pensamiento de la creación de una sociedad patriótica con la denominación ya indicada; él confeccionó el reglamento que debía regirla”.
“La ocasión para la instalación de la sociedad de Caballeros Orientales, fue el anuncio de una expedición de tropas españolas que se preparaba en Cádiz con destino al Río de la Plata; y el objeto exclusivamente patriótico, el de organizar el país y prepararlo a la resistencia contra los invasores; pues se tenía por cierto que las tropas portuguesas lo evacuarían cuando la expedición se presentase, mediante un convenio entre los gabinetes de Madrid y Rio de Janeiro”.
“Los Lautaro reducidos a ocho en número, eran, en su mayor parte, emigrados argentinos que no podían por entonces restituirse a su país natal, y todos eran opuestos al Gobierno directorial”.
“El pensamiento de la creación de la nueva sociedad oriental, era eminentemente patriótico, y, como se ha dicho, exclusivamente original de Don Santiago Vázquez.
Este presidía la sociedad, y daba dirección a sus trabajos con su consumada habilidad en este género. De modo que si la expedición española se hubiera presentado en estas playas, habría encontrándose con un gobierno patrio organizado en la campaña, y el país todo preparado para oponerle la más seria y vigorosa resistencia”.
“Algunos de los miembros más influyentes del Cabildo estaban afiliados en la sociedad de Caballeros Orientales; y como el General Lecor contemporizaba y defería a muchos de los actos de aquella corporación municipal, la sociedad trabajaba con gran ventaja, tomando medidas preparatorias para cuando llegase la época de las hostilidades. Una de ellas fue la deportación de considerable número de españoles domiciliados, y militares fugados del depósito de prisioneros de las Bruscas, que todos trabajaban de consumo para auxiliar la expedición con su influjo y conocimiento práctico del país”.
“La sociedad trabajó en el sentido de la pacificación del país, para evitar su desolación mediante una pequeña guerra inútil y ruinosa que sostenían las partidas de Artigas. En esto estaba perfectamente de acuerdo el Barón de la Laguna que secundaba aquellos trabajos”.
“Pero como descubriese, sin duda, la mira ulterior de la Sociedad o del Cabildo que era la de establecer su influencia en el país por medio de las nuevas autoridades locales de su elección, faltó el General a sus compromisos, y anulando las disposiciones de la sociedad -después de haber sacado buen partido de su influjo y popularidad- dio en su sentido una nueva dirección a la pacificación, que al fin tuvo por resultado la fundación del Estado Cisplatino”.
“Esto y el haberse frustrado la expedición española, dio por tierra con los bien combinados planes de los patriotas”.
“Pero más tarde cuando Brasil se emancipó, y sobrevino la disidencia entre las tropas brasileñas y portuguesas que ocupaban el territorio oriental, la sociedad renovó sus patrióticos trabajos y el Cabildo de Montevideo envió su primer comisionado – Iriarte- cerca del Gobierno de Buenos Aires en demanda de auxilio y protección”. Documento del Fondo Rivadavia del Museo Mitre (B.A.)
Fuentes:
Cronología Histórica Documentada – Tomo 3 – Walter Rela
23 de octubre
Gestiones secretas del Cabildo de Montevideo ante el gobierno de Buenos Aires.
El Tte. Cnel. Tomás de Iriarte enviado por el Cabildo de Montevideo cumple gestiones diplomáticas secretas ante el gobierno de Buenos Aires pidiendo cooperación en la lucha que los orientales pensaban emprender contra los portugueses en la Provincia.
En oficio el Cnel. Mansilla al Gral. Martín Rodríguez referido a la situación en la Prov. Oriental da a entender su apoyo a la gestión de Zufriategui en nombre de Lavalleja, pero quiere saber cuál será la conducta de Buenos Aires.
Participantes: Tomas de Iriarte
Fuentes:
Cronología Histórica Documentada – Tomo 3 – Walter Rela
29 de octubre
Última Invasión realista al Norte argentino. (Guerra en el Norte)
El Gral. Olañeta ingresa hasta Tilcara, luego de varios combates llega hasta Volcán el 29 de Octubre de 1822, hostigado por Alvarez Prado y sus gauchos se retira el 6 de Diciembre de 1822 sin poder tomar Jujuy. (Guerra en el Norte)
Acta del Juramento de Fidelidad al Emperador del Brasil por los jefes, oficiales y tropa del Regimiento «Dragones de la Unión»
“En el Campamento de la Florida á 17 de oct.e del año del Señor de mil ochocientos veinte y dos reunido en formación el Regimiento de Dragones de la Unión del Estado Cisplatino, le manifestó su Comandante el Coronel d.n Fructuoso Ribera las incalculables ventajas que resultarian á este Estado de imitar a los demas Cuerpos de tropa veterana, Pueblos, y Cavildos de las Provincias del Brasil, q.e habían declarado
solemnemente su Independencia y confederacion aclamando p.r Su Primer Emperador Constitucional al Sr d.n Pedro de Alcantara, antes Principe Regente y Defensor Perpetuo del Brasil, bajo juramento solemne = de jurar, guardar, mantener, y defender la Constitución Política del Imperio, que hiciere la Assamblea General Constituyente y legislativa de Brasil, compuesta de los representantes de todas las Provincias Confederadas; cuya aclamación acababa de hacer el dia l2,, del Corriente el Exmo Sr. Baron dela Laguna General del Exercito y Gobernador de este Estado, y lo seguirian los Pueblos, Cavildos, y Cuerpos de Milicias de todos los Departamentos; como la única medida de fixar la libertad è independencia de este Estado, sofocar las aspiraciones de los anarquistas, y garantir bajo la poderosa protección del Imperio los derechos delos Pueblos, el sociego público, la seguridad individual, y la propiedad de los Ciudadanos, poniendo un termino felis a la rebolucion de estos paises = Y à continuación, en el tono el mas expresivo y patriotico entusiasmo, dio el Sr Coronel Comand.te del Regimiento dela Union del Estado Cióplatino los sigtes Vivas, que fueron correspondidos con el mayor jubilo p.r todos los Señores Oficiales y Soldados con aclamaciones y salvas de artilleria =
l.o Viva ntra Sta Religion –
2.o Viva la Indep.a del Brasil y del Estado Cisplatino
3.o Viva la Assamblea Gral Const.te y leg.va del Brasil
4.o Viva el Emperador Constitucional del Brasil y del Estado Cisplatino el Sr d.n Pedro Primero –
5.o Viva la Emperatriz del Brasil y del Estado Cisplatino y la Dinastia de Braganza Imp.te en el Brasil y Estado Cisplatino –
6.o Viva el Pueblo Constitucional del Brasil –
7.o Viva la incorporación del Estado Cisplatino al Grande Imperio Brasiliense –
“De este modo concurrio con sus votos el Regimiento de Dragones de la Union a la exaltacion del Sr d.n Pedro Primero al Trono del Imperio del Brasil; y acordó q.e [sic] que se estendiese acta de esta aclam.n en el libro del Regimiento firmada p.r el Coronel y Oficiales; y q.e se pase una copia autorizada al Exmo Sr Capitan Gral Baron de la Laguna p.a su Conocimto; y otra al Exmo Sr Síndico Gral del Estado para q.e se digne elevarla a la Augusta Presencia ([del Consejo]) del Emperador con las mas plausibles felicitaciones; y activar en quanto estè de su parte las elecciones de los diputados a la Assamblea General Const.te y Legislativa del Brasil.” (Cfr.: Instrucción para el acta del Regimiento de Dragones de la Unión del Estado Cisplatino,
s. I., s. d., en Archivo General de la Nación, Montevideo, Fondo Colección Oliveres, caja 6, carpeta 23, doc. 53.).
Aquí es necesario señalar que el acta de la aclamación del Regimiento de Dragones de la Unión, extendida en el libro del nombrado Regimiento, ofrece muy pocas variantes con respecto al modelo arriba transcripto. Contiene si, y es uno de los más importantes cambios en ella introducidos, la alocución que el coronel Fructuoso Rivera hizo en ese acto, la cual dice: “Soldados: doce años de desastrosa Guerra por nuestra Regeneracion Política nos hicieron tocar el infausto término de nuestra total ruina, con tanta rapidez cuanto mayor fue nuestro empeño por conseguir aquel fin laudable: este desastre era consiguiente á nuestra impotencia, á nuestra pequeñez, á la falta de recursos, y demas causas que por desgracia debeis tener bien presentes, y que mas de una vez habrán hecho verter vuestra sangre infructuosamente. El remedio de tantos trabajos, desgracias, y miserias, demasiadamente nos lo tiene exigido y enseñado la experiencia, pues que no es otro que apoyarnos de un poder fuerte é inmediato para ser respetables ante los ambiciosos y anarquistas que no pierden momento para proporcionarse fortuna y explendor á costa de vuestros intereses, de vuestro sosiego y tranquilidad, y ultimamente de vuestras vidas, mil veces mas apreciables que la de aquellos fratricidas”.
Fuente:
Cronología Histórica Documentada – Tomo 3 – Walter Rela
Creación del Banco de Buenos Aires, también conocido como Banco de Descuentos – Actual Banco Provincia de Buenos Aires
El Banco de la Provincia de Buenos Aires (comúnmente llamado Banco Provincia o incluso BAPRO), abrió sus puertas el 6 de septiembre de 1822, es el banco más antiguo de Hispanoamérica, emisor del primer billete nacional, y uno de los más importantes de Argentina y Sudamérica en la actualidad. El 15 de enero de 1822 en Buenos Aires se convocó a una reunión de vecinos para tratar el proyecto de la creación de un banco. En ese momento el gobierno bonaerense estaba a cargo de Martín Rodríguez, teniendo considerable influencia Bernardino Rivadavia, entonces Ministro de Gobierno. Dicha reunión fue convocada y presidida por el entonces Ministro de Hacienda Manuel José García. En ella se decidió crear el Banco de Buenos Aires, también conocido como Banco de Descuentos,3 al que se lo organizaría bajo la figura jurídica de sociedad anónima privada. El 1º de julio de 1824, el Gobierno contrató con la Banca Baring el empréstito por 1.000.000 de libras esterlinas, del cual el Banco fue el administrador. El 15% de diferencia de colocación representó 150.000 libras, de ellas el consorcio en su conjunto se llevó 120.000 libras en carácter de comisión, y los 30.000 restantes fueron para Baring, lo que sería señalado como el origen de la deuda externa argentina. En cuanto el préstamo llegó, el dinero fue entregado al Banco de Descuento para que lo entregara como créditos a sus clientes, a intereses mucho más bajos que los que pagaba la provincia por ese dinero. De la suma recibida, solo llegaron al Río de la Plata en oro, como estaba convenido, el 4 % de lo pactado, 20.678 libras.
En particular este banco, además de haber impreso el primer billete argentino, también fue la primera sociedad anónima constituida en Argentina. La composición accionaria de la sociedad era variada, había hacendados, militares, clérigos, profesionales, criollos, ingleses, españoles, franceses y alemanes.
Durante su historia el banco tuvo distintos nombres y formas jurídicas. Como ya se ha mencionado, en 1822 fue bautizado como Banco de Buenos Ayres, constituido como una sociedad anónima privada, con promoción y auspicio del gobierno provincial. Cuatro años más tarde, en 1826 se reestructuró y pasó a llamarse Banco de las Provincias Unidas de Río de la Plata, aunque popularmente se lo denominaba Banco Nacional, bajo el estatus de sociedad mixta con sección de Casa de Moneda anexa.
Participantes: Martín Rodríguez, Bernardino Rivadavia, Manuel José Garcia
Cuando el Rey Juan VI retornó a Portugal el 25 de abril de 1821, la mayoría de los privilegios que se le habían concedido al Brasil fueron suprimidos, provocando la ira de los independentistas. El príncipe Pedro, regente del Brasil, se terminó aliando con estos últimos, por lo cual fue presionado por la Corte portuguesa para que retornara, aunque terminó negándose, trayendo como consecuencia el retiro del cargo de regente, quedando como un simple representante de la Corte de Lisboa en Brasil.
Al conocer la noticia, en las márgenes del río Ipiranga el 7 de septiembre de 1822, desenvainó su espada y exclamó: «¡Independencia o muerte!» “¡Independencia ou morte!” en lo que se llamó «Grito de Ipiranga».
El 12 de octubre Don Pedro fue aclamado emperador constitucional de Brasil, siendo consagrado el 10 de diciembre siguiente. Pronto se conoció en Buenos Aires el decreto por el cual se declaraba traidor a la corona al que estuviera al servicio de Don Pedro y ordenaba al ex príncipe regresar a Lisboa.
Tras la separación ocurrida del Reino del Brasil y del Reino de Portugal, la cual fue refrendada por representantes de ambos Estados por el Tratado de Río de Janeiro del 29 de agosto de 1825, Pedro de Portugal devenido ahora en Pedro I, asumiría como emperador titular del Brasil, quedando concluida la etapa de reino. Su hijo Pedro II de Brasil asumiría como segundo emperador.
Como resultado de la Independencia de Brasil, las tropas portuguesas que ocupan Montevideo se dividen en dos grupos: “los imperiales” que apoyan al nuevo Emperador (son las comandadas por Lecor, que pretenden que la Prov. Cisplatina pase a manos de Brasil sin más trámite) y “los lusitanos” (los Voluntarios Reales, cuyo jefe es Alvaro da Costa) que siguen fieles al rey de Portugal.»
Cronología Histórica Documentada – Tomo 3 – Walter Rela
Participantes: Pedro I
9 de septiembre
Lisboa se declara a Lecor como “traidor” al Rey de Portugal.
Lecor no pudo (o quiso) aplicar las medidas que derivaban de la comunicación del 14 de agosto y optó por salir con sus fuerzas de Montevideo e instalarse en Canelones primero y definitivamente en San José (donde fijó su cuartel general).
Lo acompañaron Nicolás Herrera y García de Zúñiga (convertidos ahora en “abrasilerados”) con quienes inició las acciones para que los cabildos de la campaña oriental se adhirieran a la anexión con Brasil.
Por estas actitudes en Lisboa se declara a Lecor como “traidor” al Rey de Portugal.»
18 de septiembre
En Brasil se adopta una bandera nacional con colores verde y amarillo con un símbolo central.
Sobre fondo verde pleno un rombo amarillo. Y en su centro una esfera armillar ceñida con un collar de 19 estrellas, símbolo del número de Provincias que forman el imperio.
El emperador Pedro I de Brasil fue quien eligió los colores de la bandera. Por otro lado, el pintor francés Jean-Baptiste Debret fue el encargado de diseñarla. Debret creó una bandera que representa un diamante amarillo sobre un fondo verde. El escudo de armas del Imperio también se agregó a la bandera.
Cronología Histórica Documentada – Tomo 3 – Walter Rela
20 de septiembre
Renuncia de San Martín al Cargo de Protector de Perú – Fin de la vida pública del Libertador
El mismo día de la instalación del Primer Congreso Constituyente de la República del Perú. En la madrugada del día 22 de septiembre, en el bergantín “Belgrano”, se embarcó rumbo a Valparaíso. El general argentino tomó entonces una drástica decisión: retirarse de todos sus cargos, dejar sus tropas a Bolívar y regresar a su país.
Luego José de San Martín regresó a Lima y renunció a su cargo de Protector del Perú. Dijo “La presencia de un militar afortunado, por más desprendimiento que tenga es temible a los estados que de nuevo se constituyen”. “…Por otra parte ya estoy aburrido de oír decir que quiero hacerme soberano. Sin embargo siempre estaré a hacer el último sacrificio por la libertad del país, pero en clase de simple particular y no más.”
La Constitución Política de la Monarquía Portuguesa aprobada en 23 de septiembre de 1822 fue la primera ley fundamental portuguesa y el texto constitucional portugués más antiguo. Supuso un intento de poner fin al absolutismo e instaurar en Portugal una monarquía constitucional. A pesar de haber estado vigente sólo durante dos periodos efímeros —el primero entre 1822 y 1823 y el segundo de 1836 a 1838— fue un momento fundamental para la historia de la democracia en Portugal. Fue sustituida por la constitucional de la monarquía portuguesa de 1826.
Se discute en la Corte Constituyente de Lisboa el destino de la Prov. Cisplatina, con dos tendencias: diputados portugueses que ”se pidiese orden al Ejecutivo para retirar de la Prov. de Montevideo las tropas portuguesas” y los diputados brasileños opuestos a esto, que entendían que la Provincia debía seguir bajo su “protección”.
Fuente:
Cronología Histórica Documentada – Tomo 3 – Walter Rela
Del 24 al 28 de Agosto
Se celebra con festejos en Montevideo la incorporación de la Provincia Cisplatina a Portugal
En esta ocasión, los actos tuvieron un carácter esencialmente popular y se cumplieron en la plaza principal, frente al Cabildo, desde cuyo balcón fueron presenciados por el Barón de la Laguna. Por la mañana hubo formación militar, salvas y Te Deum en la Iglesia Matriz. Por la tarde, la función, bulliciosa y propicia para ganarse la simpatía del pueblo, se compuso de desfiles de mascaradas y carros alegóricos; de danzas, en las que intervinieron “bailarines blancos, cada uno con un arco en la mano”, y “bailarines blancos negros”; y de corridas de toros portugueses; todo ello animado bien por la música o por las piruetas y contorsiones de los enmascarados.
Abrió la marcha un carro “llamado triunfante —dice en malicioso tono el corresponsal— con tres personas dentro, y un negro con una culebra en la mano”. Agregando, luego, a título de comentario, que en el acto pensó “que el triunfo era, el de las cuatro personas sobre la libertad de este pueblo; y que las tres personas eran, un Barón, un intendente, un magistrado: y el negro, un jefe de una primera brigada.” Y proseguía: “El otro carro conducía una gran música, tocando con tanta destemplanza, que todos fallaron por esta muestra que tan miserable sería la función toruna de la tarde, como lo había sido la de la mañana.
En seguida entró otra música desmontada toda vestida de blanco, y representando el candor, bien de aquel congreso que hizo la incorporación, ó del general que se la prescribió.”
Por la noche hubieron luminarias, aunque éstas fueron pobres, limitándose al Cabildo, la casa del general Lecor y a aquellas otras en que habitaban portugueses, pese a los anuncios que se fijaron para que el vecindario cooperase en la iluminación.
“Con la orden —expresa el cronista— se había aventajado que pusiese tres luminarias un boticario, pero no pasó mucho sin que se las robasen dos soldados portugueses.” Gesto de desdén e indocilidad, a no dudarlo, esto de no atender a la sugerencia de las autoridades portuguesas; signo de descontento público y de hostilidad, evidentemente también, que da la tónica de los sentimientos políticos de un pueblo altivo que así, a poco de la decisión histórica de incorporar la Provincia al Reino de Portugal —decisión en la que no había participado—, mostraba mantener su voluntad de resistencia en medio de las más duras pruebas y adversidad.
Fuentes:
Cronología Histórica Documentada – Tomo 3 – Walter Rela
Varios artículos de los catorce que componen el Tratado de Concordia entre el ciudadano jefe de los Orientales y el Gobierno de Buenos Aires, contrapropuesta artiguista a la misión de Pico y Rivarola, refieren precisamente a la indemnización que Artigas solicita a Buenos Aires por los bienes extraídos de la Provincia Oriental durante la ocupación porteña de la ciudad de Montevideo.
Art. 1ro. – Se reconocerá la Convención de la Provincia Oriental establecida en Acta del Congreso de 5 de abril de 1815 en el tenor siguiente:
La Banda Oriental del Uruguay entra en el rol para formar el estado denominado Provincias Unidas del Río de la Plata. Su pacto con el de las demás Provincias es el de una alianza ofensiva y defensiva. Cada Provincia tiene igual dignidad, iguales privilegios y derechos y cada una renunciará al proyecto de subyugar a otra. La Banda Oriental está en el pleno goce de toda su libertad y derechos, pero queda sujeta desde ahora a la constitución que organice el Congreso general del Estado legalmente reunido, teniendo por base la libertad.
Art. 2º – Se reconocerá que al comenzarse la revolución general en cada pueblo, cada Provincia entraba en ella mirando como propio cuanto le pertenecía en aquel acto y que podía desprenderse y enajenarla de cualquier porción en auxilio de las demás Provincias, según las exigencias de cada una de ellas.
Art. 3º – Se reconocerá que la introducción de tropas de Buenos Aires en la Banda Oriental del Uruguay jamás fue con el objeto de conquista.
Art. 4º – Consiguientemente, será reconocido como perteneciente a la Provincia Oriental del Uruguay cuanto extrajo de ella el Gobierno anterior.
Art. 5º. – De lo expresado se devolverán: 3 mil fusiles, de ellos 1500 de contado: mil sables: 12 piezas de artillería de 2, 4 y 6: se coronarán la Plaza con todas las piezas de muralla que precisen debiendo de ser de bronce la mayor parte de ellas: el servicio competente para todas y cada de ellas. 9 lanchas cañoneras: pólvora suelta, cartuchos de cañón y fusil y balas: 5500 piezas de chispa: morteros y obuses la mitad de los que queden: bombas y granadas: todo con lo preciso para el servicio: la Imprenta.
Art. 6º – Reconocerá la caja de Buenos Aires la deuda de 200 mil pesos en favor de la Provincia Oriental del Uruguay por las cantidades extraídas de ella, pertenecientes a propiedades de españoles de Europa; cuya suma debe ser satisfecha en el preciso término de dos años: admitiéndose, para ayudar la facilitación del pago, la mitad de los derechos que los buques de la Provincia Oriental del Uruguay deben pagar a Buenos Aires.
Art. 7º – Se auxiliará con instrumentos de labranza a los labradores de la Provincia Oriental del Uruguay en la forma bastante a resarcir, al menos en una quinta parte, los grandes perjuicios que han sufrido.
Art. 8º – Queda por el Artículo anterior satisfecho el vecindario que quedó sin documentarse de las cantidades de trigo y ganados con que proveyó a la subsistencia del Ejército Auxiliador desde la penúltima hasta la última campaña.
Art. 9º – Todo lo demás que perteneciera a la Provincia Oriental del Uruguay de lo extraído, quedará en clase de depósito en Buenos Aires para auxiliar con ello a las demás Provincias; con precisa intervención de dicha Provincia y a ella misma según sus urgencias ulteriores.
Art. 10º – Será particularmente protegido el comercio de la Provincia Oriental del Uruguay con Buenos Aires.
Art. 11º – La artillería de muralla que se pide y lo preciso para el servicio de ella será conducido directamente a Montevideo a costa de la caja de Buenos Aires y la artillería de campaña, sables, fusiles y los demás artículos de guerra pedidos, vendrán a costa de la indicada caja a este Puerto de Paysandú.
Art. 12º – Se admitirá por el Gobierno de Buenos Aires un sistema equitativo para indemnizar a Montevideo de la contribución enorme que se le hizo sufrir después de haber sido ocupado por el Ejército Auxiliador.
Art. 13º – Las provincias y Pueblos comprendidos desde la margen oriental del Paraná hasta la occidental, quedan en la forma inclusa en el primer artículo de este tratado como igualmente las provincias de Santa Fé y Córdoba, hasta que voluntariamente quieran separarse de las Protección de la Provincia oriental del Uruguay y Dirección del Jefe de los Orientales.
Art. 14º – Los trece artículos precedentes serán ratificados dentro de 9 días por el Excelentísimo Gobierno de Buenos Aires.
Ley para la organización y el reclutamiento del Ejército.
Creo un Ejercito de permanente de 2500 plazas con ciento trece oficiales con mando directo de tropas. Estas tendrían en lo sucesivo dos tipos de reclutamiento: voluntario, por un plazo no menor de dos ni mayor de cuatro años, compulsivo, cuya práctica quedó pronto reducida al enganche de vagos o malentretenidos.
La reforma militar, aprobada por ley de la legislatura en noviembre de 1821, redujo drásticamente el aparato militar heredado de la década revolucionaria. El objetivo que se perseguía era doble: reducir los gastos del fisco frente a un ejército que resultaba muy oneroso de mantener una vez terminada la guerra de independencia y reorientar las fuerzas militares hacia nuevas metas.
En esta dirección, se pasó a retiro a los oficiales que tuvieran entre cuatro y veinte años de servicio con la tercera parte de su sueldo, a los que tuvieran entre veinte y cuarenta años de antigüedad con la mitad de su sueldo y a los que contarán con más de cuarenta años se les concedió el derecho a percibir la totalidad del sueldo. En virtud de esta ley fueron retirados más de doscientos oficiales, quedando reducido el ejército a unos 2500 hombres y 135 oficiales.
Aunque el proyecto original preveía que una parte significativa de ese ejército estaría constituida por soldados contratados y el resto por reclutados, rápidamente se manifestó la dificultad para cubrir las plazas previstas. Se recurrió, entonces, al creciente reclutamiento de «vagos y mal entretenidos» –sectores a los que también intentaba disciplinar el gobierno– y al necesario complemento de las milicias, que fueron reorganizadas según una ley dictada en 1823. Se creó, así, un nuevo ejército regular que acompañado por las fuerzas milicianas, se orientó hacia la frontera y la campaña, pasando a ser la defensa de los ataques indígenas una de sus tareas fundamentales. Entre otras cuestiones, la razón que motivó el apoyo de los sectores dominantes de la campaña al gobierno surgido de la crisis del año ’20, fue su firme propósito de defender la frontera y, con ella, la expansión ganadera que comenzaba a darse en el campo bonaerense.
Bernardino Rivadavia, Martín Rodriguez, Fernández de la Cruz
2 de julio
Las tropas portuguesas radicadas en Brasil evacúan Bahía y regresan a Lisboa.
9 de julio
Oficio del Ministro de Negocios Extranjeros Silvestre Pinheiro Ferreira al Srio. de las Cortes Juan Bautista Felgueiras advirtiendo sobre el estado actual de la Prov. Cisplatina y su anexión a Portugal.
“Dominada la Banda Oriental, Portugal quiso perfeccionar la posesión de hecho mediante esta fórmula jurídica con la cual intentaba evitar los compromisos que la irregular, injusta, ilegal e impolítica ocupación militar traía en el plano diplomático frente a los países interesados en la suerte de esta Provincia, esto es, España y algunas de las provincias que habían formado parte del Virreinato del Río de la Plata”.
Mas, precisamente, ese acto, por el cual se declaraba de un modo formal y en carácter definitivo la anexión de la Provincia Oriental a la Monarquía portuguesa, levantó una inmediata resistencia que tuvo consecuencias en el futuro desenvolvimiento político ya que, evidentemente, sirvió para que fuese cobrando forma una conciencia revolucionaria en los habitantes de la Provincia. Surgen, así, muy pronto,
en el año de 1822, los primeros proyectos de acción de los orientales contra los conquistadores, alentados, a la vez, por condiciones circunstanciales favorables.
Participantes: Silvestre Pinheiro Ferreira
Fuentes:
Cronología Histórica Documentada – Tomo 3 – Walter Rela
24 de julio
Proclama de Álvaro da Costa declarando obediencia a Lisboa.
“Cedemos nuevamente la palabra a João Manuel Pereira da Silva («Historia da Consolidação do Imperio Brazileiro”):
Decretada la elección de una asamblea constituyente y legislativa en el Brasil, el general Saldanha, presidente de la Junta Gubernativa de Río Grande, se negó a obedecer, fundándose en que ese acto significaba la independencia del Brasil y su separación de las Cortes Portuguesas. El Ministerio le dió orden de salir de la Provincia, y él se embarco para Lisboa. Su ejemplo fué imitado por la Junta de Montevideo, dominada por el brigadier don Alvaro da Costa. En su proclama de 28 de junio de 1822, establecía la Junta su resolución de obedecer exclusivamente a las Cortes de Lisboa y recordaba a las tropas y al pueblo “que la Provincia Cisplatina había sido conquistada por las armas portuguesas y que no debía dignamente separarse de la causa de Portugal para seguir la suerte del Brasil”. Lecor aceptó la proclama, pero al llevarla a conocimiento de Don Pedro le expresaba particularmente su resolución de obedecerle en tanto cuanto él ordenara. “No tardó Don Pedro en suprimir dicho consejo militar y en ordenar que Lecor reasumiese toda la autoridad de la Provincia, cumpliera las órdenes transmitidas y concediese baja a cuantos soldados y oficiales inferiores lo solicitasen” (decreto de 24 de julio de 1822).
Cuando Lecor puso en conocimiento de sus colegas el decreto del príncipe regente en que se declaraba disuelta la Junta o Consejo Gubernativo militar y se le nombraba gobernador de la Provincia, don Alvaro da Costa y sus amigos desacataron la orden, y de acuerdo con algunos oficiales superiores declararon que la División portuguesa sólo obedecería a las Cortes de Lisboa. Lecor abandonó aterrorizado, la plaza de Montevideo el 11 de septiembre y se retiró a Canelones, donde proclamó a los pueblos y a las tropas brasileñas a nombre de Gobierno de Don Pedro, rodeado por soldados y oficiales brasileños. “Prefirieron también los habitantes de la Provincia seguir la suerte de Lecor, del Brasil y del príncipe regente, en vez de la de Portugal y sus Cortes, que por ser de Europa no les merecían simpatías. Fructuoso Rivera fué uno de los primeros orientales que al frente de un regimiento cisplatino corrió al lado de Lecor, Ie prestó su apoyo y su sujeción a Don Pedro de Alcántara y a la unión brasileña. El propio síndico de Montevideo abandonó sus funciones de la ciudad y se estableció en Canelones, protestando su fidelidad. Numeroso pueblo y un importante núcleo de soldados reunió Lecor en poco tiempo bajo su mando, a expensas de la población de Montevideo, cuya memoria no quería ponerse a las órdenes de don Alvaro da Costa”.
Agrega Pereira da Silva (invocando un discurso del doctor Obes a Don Pedro en septiembre de 1822) que cuando se produjo la lucha entre Lecor y don Alvaro en Montevideo, “el síndico escribió al diputado Lucas José Obes, que se hallaba en Río de Janeiro., encargándole que anunciara al príncipe que la Provincia se conservaría fiel y no reconocería otra autoridad que la suya”.
Entrevista de Guayaquil, en la cual San Martín cede a Bolívar la responsabilidad de terminar con la Guerra de Independencia en el Perú.
Veamos ahora los antecedentes de la entrevista. Bolívar había acariciado siempre el plan de federación entre estas repúblicas, una vez libres de la dominación española y luego que se supo la ocupación de Lima por los patriotas, determinó enviar al sur un representante suyo que preparara los ánimos para la federación. En Enero de 1822 escribía con este fin a O’Higgins y le anunciaba el envío de D. Joaquín Mosquera, como ministro plenipotenciario de Colombia. Otro tanto hizo con San Martín, que simpatizaba con este plan, pues ya en su proclama a los limeños de 13 de Noviembre de 1818, decía: “La unión de los tres estados independientes (Argentina, Perú y Chile) acabará de inspirar a España el sentimiento de su impotencia y a los demás poderes el de la estimación y del respeto. Afianzados los primeros pasos de vuestra existencia política, un Congreso central, compuesto de los representantes de los tres Estados, dará a su respectiva organización una nueva estabilidad y la constitución de cada uno, así como su alianza y federación perpetua se establecerán en medio de las luces de la concordia y de la esperanza universal”. Conociendo las ideas de Bolívar y de San Martín sobre ellos no es difícil adivinar en qué discreparon y en qué convinieron. La anexión de Guayaquil a Colombia era un hecho y sobre él no cabía discusión alguna. Bolívar se había excedido, sin duda, y se olvidó de aquella frase que puede leerse en su carta a San Martín de 22 de Junio de 1822: “la espada de los Libertadores no debe emplearse sino en hacer resaltar los derechos del pueblo”, pero tenía de su parte el haber sido Guayaquil parte integrante de la Nueva Granada. El envío de tropas al Perú no ofreció dificultades, porque ya Bolívar había resuelto enviar a Paz del Castillo con 1.400 hombres esto es con un contingente casi idéntico al de la división auxiliar de Santa Cruz, pero San Martín hubo de manifestarle que esto no bastaba y que se hacía necesario mayor número de soldados para poner fin a la guerra. Fue entonces que San Martín, con magnánimo desinterés, se ofreció a militar a las órdenes de Bolívar si éste pasaba al Perú al frente de sus divisiones. Bolívar, no por cortesía, sino porque la presencia de uno y otro en el ejército habría de crear dificultades, no aceptó”.
Participantes: Simón Bolivar, José de San Martín
Fuentes:
En: Guillermo Ugarte Chamorro, Historia del Perú. Citado por Walter Rela Tomo III
Complicado este junio de 1822 para el Río de la Plata y en especial en la Banda Oriental donde la rivalidad entre los Braganza y los Borbones se mostraba a flor de piel. La idea de hacer una confederación compuesta por las Provincias Unidas del Río de la Plata, Brasil, Portugal y España, en la que se comprometieran a mantener relaciones comerciales y a proteger sus respectivos gobiernos liberales ante la amenaza que la Santa Alianza representaba para el sur de Europa y América en estos inicios de los años veinte. La independencia de Brasil y la dependencia de la Provincia Cisplatina… de Portugal o Brasil? Aún estabamos en la guerra por la independencia que estaba lejos de terminar y los malones asolaban las poblaciones del sur de la provincia de Buenos Aires a solo 200 km de la ciudad.
3 de junio
Lucas Obes pronuncia un discurso en el Consejo de Estado como procurador general del Estado Cisplatino de adhesión a la política del Regente.
“De ayer para hoi, que distancia! De ayer para hoi, cuantos sucesos! De ayer para hoi que gloria para V.A.R., que ventura para todos nosotros! Ayer no teniamos patria; ayer no teniamos leyes; ayer no teniamos un soberano… Hoi tenemos todo! Y tenemos mas que todo, porque tenemos á V.A.R. – Yo me transporto señor cuando lo refiero tenemos á V.A.R. iris de paz, luz que disipó las tinieblas, y por quien ésta porción encantadora de la América meridional conseguirá mantener su integridad”. Y poco más adelante añadía: “Está vencido el grande paso: lo que resta será obra del tiempo. Que vengan señor los representantes de los pueblos, que se reunan alrededor de V.A. que lo oigan, que lo conozcan, que lo admiren, y que reciban de V.A.R. nuevos testimonios del amor que debemos al fundador de la libertad brasiliana, al amigo de la nación, al digno sucesor de aquel benéfico monarca que primero donó á la playa brasilica el explendor de la magestad, y el germen de una santa independencia. – Y nosotros excmos. señores para perpetuar la memoria de este dia en que comienzan los siglos del Brasil, mandemos grabar en bronce aquellas palabras de S.A.R. en desempeño de mi honor y amor al Brasil, dará la vida por el Brasil”.
Discurso del procurador General del Estado Cisplatino, Lucas J. Obes, en el Consejo de Estado, Río de Janeiro, 3 de junio de 1822, en Provincias del Río de la Plata. / Montevideo, en El Argos de Buenos Aires. t. 1o, no 52, miércoles 17 de julio de 1822, en El Argos de Buenos Aires, 1822, ed. facsim., cit., t. II, pp. [211]-[212].
Walter Rela, Cronología Histórica documentada Tomo 3
6 de junio
Tratados de Amistad y Unión Colombiano-Peruano
Bolívar, Bernardo de Monteagudo Ministro de San Martín en el Perú y Joaquín Mosquera como representante de la Gran Colombia (después Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador), firman los Tratados de Amistad y Unión Colombiano-Peruano.
Participantes: Bolivar, Bernardo de Monteagudo (1785-1825) y Joaquín Mosquera (1787-1877)
Fuentes:
Walter Rela, Cronología Histórica documentada Tomo 3
22 de junio
Olañeta tomó Jujuy y avanzó sobre Salta, en donde, al estar cercado, firmó el 14 de julio un armisticio y se retiró al Alto Perú. (Guerra en el Norte)
Olañeta realizó la última incursión en suelo argentino en junio de 1822, llegando hasta Volcán (40 kilómetros al norte de Jujuy). El 6 de diciembre de 1822 se retiró de territorio argentino finalizando la última invasión realista. Su fuerzas permanecieron, sin embargo, ocupando algunos pueblos fronterizos.
El Brg. Alvaro da Costa de Sousa ante la situación provocada por la actitud radical de Lecor jura con sus Voluntarios del Rey (cuerpo militar cuya jefatura ejercía) fidelidad a Juan VI y a la Corte de Lisboa. Se crea el Consejo Militar.
“Y, efectivamente, de inmediato se exteriorizó un sentimiento de protesta por parte de la oficialidad portuguesa, el cual se revela en la proclama del Consejo Militar de 28 de junio de 1822 haciéndose ostensible —como ya indicáramos— un desentendimiento de este Consejo con el gobierno de la Provincia provocado por la actitud del diputado Obes en Río de Janeiro; pronunciamiento y desentendimiento que, a su vez, trajo como consecuencia conflictos y disensiones en el ejército de ocupación que, a poco, aparecerían patentes. Recuérdese a este respecto lo que dijimos en el capítulo sexto de este trabajo acerca del choque de opiniones que dislocaba a las huestes lusitanas estacionadas en la Provincia Oriental, luego de haberse hecho circular en los distintos cuerpos de la División de Voluntarios Reales la mentada proclama y cuando éstos procedieron a deliberar sobre el asunto en ella planteado. Y, particularmente, obsérvese un pasaje de un oficio de Correa da Cámara, de 7 de julio de 1822, —que entonces citáramos— en el cual manifestaba que el referido pronunciamiento había encontrado resistencia en una porción considerable de la oficialidad de la susomencionada División; y lo que además consigna en nota de 13 de julio en la que alude al parecer del 2o. regimiento de Infantería y a una carta del intendente Curado y otra del coronel Flangini.
El Consejo Militar de la División de Voluntarios Reales lanzó una proclama en la que mostraba su apoyo a las Cortes lisboetas y al rey João VI, y desaprobaba la incorporación de la Cisplatina al Brasil, la presencia de Obes en Río de Janeiro como representante de la provincia, y las aspiraciones independentistas de don Pedro:
El Reino Unido, Europa y el mundo entero debe conocer que no tenemos parte en tan ruinosos planes, que nuestro pensar es el mismo que en el medio de transportes de alegría manifestamos, y juramos en el siempre memorable día 20 de marzo del año pretérito; que respetamos la nación, que amamos el rey, y que sabemos ser lo que debemos
Participantes: Alvaro da Costa de Sousa
Fuentes:
Walter Rela, Cronología Histórica documentada Tomo 3